Enrique Krauze ha dicho que con Marcelo Ebrard como candidato la izquierda habría ganado las presidenciales. Es falso.
Jorge Volpi ha expresado lo mismo: Ebrard habría arrasado. Falso.
José Antonio Crespo lo ha dicho también: Ebrard habría conseguido más votos que AMLO. Falso.
Lo he leído en El Mundo, de España: la candidatura exitosa era la de Ebrard, no la de López Obrador. Falso.
Lo repiten en el Financial Times, de Reino Unido: Ebrard era mejor opción que López Obrador. Falso.
Los que dicen que AMLO era el mal candidato y Ebrard el bueno, se equivocan.
Ebrard, antipático y hasta mamón, no conecta con la gente. Se habría quedado lejos de Peña Nieto.
Ebrard, arrogante y físicamente descuidado (cada día está más pasado de peso), no habría superado a Vázquez Mota.
Ebrard ya no es, después de AMLO, el político más popular de la izquierda en el DF. Ahora lo es Mancera.
En 2006, AMLO obtuvo más votos, muchos más, que Ebrdad en la capital mexicana.
En 2012, Mancera obtuvo más votos, muchos más, que AMLO en la capital mexicana.
Ebrard nunca fue opción para las presidenciales mexicanas de 2012. Durante seis años la izquierda solo tuvo un líder, AMLO.
Ebrard no es opción para las presidenciales de 2018. AMLO, con su gran liderazgo, seguirá vigente.
El competidor de AMLO en 2018 no será Ebrard, quien se va a diluir en la irrelevancia sin cargo público.
El competidor de AMLO en 2018 será Mancera, un político realmente carismático que sabrá aprovechar los reflectores del GDF.
El argumento de la “juventud” de Ebrard aplica para AMLO: ambos tienen más o menos a misma edad.
AMLO, para todo fin práctico, es de la misma generación de Ebrard: seis años de edad los separan.
El joven es Mancera, por lo tanto es el que puede crecer.
Mancera será el hombre más popular del próximo sexenio, lo que Peña Nieto fue el anterior. Pero…
La fuerza de AMLO no solo es popularidad y carisma, que los tiene de sobra, sino liderazgo real.
A los 65 años de edad, en 2018, AMLO estará en condiciones de buscar por tercera vez la Presidencia.
A los 59 años de edad, en 2018, Ebrard será un político del montón, y no estará en condiciones de buscar la Presidencia.
A los 52 años de edad, en 2018, Mancera en plenitud de desarrollo político buscará la Presidencia.
No veo a nadie más en la izquierda con fuerza para intentar la hazaña de llegar al poder.
Solo veo a Andrés Manuel López Obrador y a Miguel Ángel Mancera fuertes rumbo al 2018.
Y, desde luego, creo que la ventaja la llevará AMLO, especialista en hacer de la derrota una victoria.
Donde solo veo crisis es en el PAN. Nadie destaca en este partido y, sin poder, nadie destacará.
En el PRI veo políticos fuertes de sobra. Los que hoy acompañan a Peña Nieto.
El futuro del PRI se decidirá a la hora de sacar adelante las reformas estructurales.
Si el PRI logra las famosas reformas, sobre todo la laboral, la tributaria y la energética, será tal vez invencible.
Si AMLO detiene esas reformas, sobre todo la laboral y la energética, se consolidará como el principal líder del país.
Mancera va a tener que navegar entre apoyar institucionalmente a Peña Nieto y su lealtad política a AMLO.
Mancera le debe lealtad a AMLO porque este ha sido el constructor del proyecto que llevó a Mancera al poder.
Pero Mancera, si quiere cumplir sus objetivos, no podrá dejar de trabajar con Peña Nieto. Desde el primer día y desde antes.
¿Qué harán Ebrard, Camacho, los chuchos? Lo único que se les da: grilla, de bajo nivel.
Esperemos, pues, a ver cómo se presentan las cosas luego de que se califique la elección presidencial.
He reflexionado sobre esto porque es falsa la campañita de que Ebrard habría sido mejor candidato que AMLO. Por supuesto que no.
Jorge Volpi ha expresado lo mismo: Ebrard habría arrasado. Falso.
José Antonio Crespo lo ha dicho también: Ebrard habría conseguido más votos que AMLO. Falso.
Lo he leído en El Mundo, de España: la candidatura exitosa era la de Ebrard, no la de López Obrador. Falso.
Lo repiten en el Financial Times, de Reino Unido: Ebrard era mejor opción que López Obrador. Falso.
Los que dicen que AMLO era el mal candidato y Ebrard el bueno, se equivocan.
Ebrard, antipático y hasta mamón, no conecta con la gente. Se habría quedado lejos de Peña Nieto.
Ebrard, arrogante y físicamente descuidado (cada día está más pasado de peso), no habría superado a Vázquez Mota.
Ebrard ya no es, después de AMLO, el político más popular de la izquierda en el DF. Ahora lo es Mancera.
En 2006, AMLO obtuvo más votos, muchos más, que Ebrdad en la capital mexicana.
En 2012, Mancera obtuvo más votos, muchos más, que AMLO en la capital mexicana.
Ebrard nunca fue opción para las presidenciales mexicanas de 2012. Durante seis años la izquierda solo tuvo un líder, AMLO.
Ebrard no es opción para las presidenciales de 2018. AMLO, con su gran liderazgo, seguirá vigente.
El competidor de AMLO en 2018 no será Ebrard, quien se va a diluir en la irrelevancia sin cargo público.
El competidor de AMLO en 2018 será Mancera, un político realmente carismático que sabrá aprovechar los reflectores del GDF.
El argumento de la “juventud” de Ebrard aplica para AMLO: ambos tienen más o menos a misma edad.
AMLO, para todo fin práctico, es de la misma generación de Ebrard: seis años de edad los separan.
El joven es Mancera, por lo tanto es el que puede crecer.
Mancera será el hombre más popular del próximo sexenio, lo que Peña Nieto fue el anterior. Pero…
La fuerza de AMLO no solo es popularidad y carisma, que los tiene de sobra, sino liderazgo real.
A los 65 años de edad, en 2018, AMLO estará en condiciones de buscar por tercera vez la Presidencia.
A los 59 años de edad, en 2018, Ebrard será un político del montón, y no estará en condiciones de buscar la Presidencia.
A los 52 años de edad, en 2018, Mancera en plenitud de desarrollo político buscará la Presidencia.
No veo a nadie más en la izquierda con fuerza para intentar la hazaña de llegar al poder.
Solo veo a Andrés Manuel López Obrador y a Miguel Ángel Mancera fuertes rumbo al 2018.
Y, desde luego, creo que la ventaja la llevará AMLO, especialista en hacer de la derrota una victoria.
Donde solo veo crisis es en el PAN. Nadie destaca en este partido y, sin poder, nadie destacará.
En el PRI veo políticos fuertes de sobra. Los que hoy acompañan a Peña Nieto.
El futuro del PRI se decidirá a la hora de sacar adelante las reformas estructurales.
Si el PRI logra las famosas reformas, sobre todo la laboral, la tributaria y la energética, será tal vez invencible.
Si AMLO detiene esas reformas, sobre todo la laboral y la energética, se consolidará como el principal líder del país.
Mancera va a tener que navegar entre apoyar institucionalmente a Peña Nieto y su lealtad política a AMLO.
Mancera le debe lealtad a AMLO porque este ha sido el constructor del proyecto que llevó a Mancera al poder.
Pero Mancera, si quiere cumplir sus objetivos, no podrá dejar de trabajar con Peña Nieto. Desde el primer día y desde antes.
¿Qué harán Ebrard, Camacho, los chuchos? Lo único que se les da: grilla, de bajo nivel.
Esperemos, pues, a ver cómo se presentan las cosas luego de que se califique la elección presidencial.
He reflexionado sobre esto porque es falsa la campañita de que Ebrard habría sido mejor candidato que AMLO. Por supuesto que no.
1 comentario:
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