Federico Arreola
“Me separo de los partidos de izquierda”, dijo Andrés Manuel López Obrador en su discurso del Zócalo de la Ciudad de México este domingo.
Antes de eso expresó que someterá a consulta, entre las bases de MORENA si este movimiento debe dar el paso, o no, hacia convertirse en partido político.
No hay duda de que lo dará, es decir, MORENA será el cuarto partido político de izquierda en México.
En el mismo mensaje, López Obrador reiteró que no reconoce a Enrique Peña Nieto como presidente de México.
Es lo de menos, ya que AMLO transitará la senda de las instituciones, que son las que, en un proceso electoral complejo, hicieron presidente a Peña Nieto.
También dijo el dirigente tabasqueño que luchará toda la vida por sus ideales, lo que significa que se opondrá, en el corto plazo, a las reformas estructurales que han planteado el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, y su principal operador, Luis Videgaray.
Al despedirse de los dirigentes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, Andrés Manuel les dijo: “Estamos en paz y a mano”.
Es decir, los tres partidos de izquierda apoyaron mucho a López Obrador, pero este también apoyó bastante a los partidos.
Ha sido un divorcio pactado en buenos términos en el que nadie le ha quedado a deber nada a nadie.
En el Zócalo, Andrés Manuel elogió al movimiento juvenil #YoSoy132, que al margen de su eficacia, que ha disminuido, no parece muy dispuesto a transitar las vías institucionales.
Ojalá el #YoSoy132 apoye a las instituciones, como lo harán AMLO y MORENA.
Agradeció AMLO, igualmente, el trabajo que en la pasada campaña electoral realizaron algunas personas, como el empresario Alfonso Romo, el cineasta Luis Mandoki, el productor Epigmenio Ibarra, etcétera.
Lo que ha pasado es bueno para López Obrador y MORENA, y muy malo para el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano, sobre todo para estos dos partidos que no han terminado de consolidarse.
¿Quiénes dejarán el PRD para irse a MORENA? No sé si Alejandro Encinas lo haga. Arturo Núñez, que estuvo en el mitin, tendrá incentivos para hacerlo ya que es gobernador de la entidad en la que, fuera del Distrito Federal, más fuerza tiene López Obrador, Tabasco.
No parece que Marcelo Ebrard vaya a abandonar el PRD. Ni Miguel Ángel Mancera (este no milita en el PRD ni en ningún partido, pero creo que las circunstancias lo obligarán a sumarse a alguna corriente perredista).
Los chuchos seguirán mandando en el PRD. Siempre teniendo como contrapeso a René Bejarano, que apoyará y no apoyará a MORENA.
En el PRD, que sufrirá bastante por la creación de MORENA, se queda gente destacada, popular y con recursos. Dará la pelea el perredismo, sin duda. Será un golpe duro para el perredismo la salida de AMLO y la creación de MORENA, pero si Ebrard, Mancera, los chuchos y Bejarano trabajan adecuadamente podrán superar el problema.
Si creen que no les pasará nada, los perredistas morirán engañados.
Ya se verá.
En el 2015 sabremos de qué tamaño es MORENA como partido. Y conoceremos también la fuerza real del PRD sin López Obrador.
El gran duelo en la izquierda, por la popularidad, se va a dar entre Mancera, un hombre extraordinariamente carismático, y López Obrador, el fuerte y obstinado líder social.
Lo mejor de todo es que AMLO ha decidido recorrer el camino de la política institucional.
En efecto, el de esas instituciones que, retórica al margen, reconocen a Enrique Peña Nieto como presidente de la República Mexicana.
Antes de eso expresó que someterá a consulta, entre las bases de MORENA si este movimiento debe dar el paso, o no, hacia convertirse en partido político.
No hay duda de que lo dará, es decir, MORENA será el cuarto partido político de izquierda en México.
En el mismo mensaje, López Obrador reiteró que no reconoce a Enrique Peña Nieto como presidente de México.
Es lo de menos, ya que AMLO transitará la senda de las instituciones, que son las que, en un proceso electoral complejo, hicieron presidente a Peña Nieto.
También dijo el dirigente tabasqueño que luchará toda la vida por sus ideales, lo que significa que se opondrá, en el corto plazo, a las reformas estructurales que han planteado el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, y su principal operador, Luis Videgaray.
Al despedirse de los dirigentes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, Andrés Manuel les dijo: “Estamos en paz y a mano”.
Es decir, los tres partidos de izquierda apoyaron mucho a López Obrador, pero este también apoyó bastante a los partidos.
Ha sido un divorcio pactado en buenos términos en el que nadie le ha quedado a deber nada a nadie.
En el Zócalo, Andrés Manuel elogió al movimiento juvenil #YoSoy132, que al margen de su eficacia, que ha disminuido, no parece muy dispuesto a transitar las vías institucionales.
Ojalá el #YoSoy132 apoye a las instituciones, como lo harán AMLO y MORENA.
Agradeció AMLO, igualmente, el trabajo que en la pasada campaña electoral realizaron algunas personas, como el empresario Alfonso Romo, el cineasta Luis Mandoki, el productor Epigmenio Ibarra, etcétera.
Lo que ha pasado es bueno para López Obrador y MORENA, y muy malo para el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano, sobre todo para estos dos partidos que no han terminado de consolidarse.
¿Quiénes dejarán el PRD para irse a MORENA? No sé si Alejandro Encinas lo haga. Arturo Núñez, que estuvo en el mitin, tendrá incentivos para hacerlo ya que es gobernador de la entidad en la que, fuera del Distrito Federal, más fuerza tiene López Obrador, Tabasco.
No parece que Marcelo Ebrard vaya a abandonar el PRD. Ni Miguel Ángel Mancera (este no milita en el PRD ni en ningún partido, pero creo que las circunstancias lo obligarán a sumarse a alguna corriente perredista).
Los chuchos seguirán mandando en el PRD. Siempre teniendo como contrapeso a René Bejarano, que apoyará y no apoyará a MORENA.
En el PRD, que sufrirá bastante por la creación de MORENA, se queda gente destacada, popular y con recursos. Dará la pelea el perredismo, sin duda. Será un golpe duro para el perredismo la salida de AMLO y la creación de MORENA, pero si Ebrard, Mancera, los chuchos y Bejarano trabajan adecuadamente podrán superar el problema.
Si creen que no les pasará nada, los perredistas morirán engañados.
Ya se verá.
En el 2015 sabremos de qué tamaño es MORENA como partido. Y conoceremos también la fuerza real del PRD sin López Obrador.
El gran duelo en la izquierda, por la popularidad, se va a dar entre Mancera, un hombre extraordinariamente carismático, y López Obrador, el fuerte y obstinado líder social.
Lo mejor de todo es que AMLO ha decidido recorrer el camino de la política institucional.
En efecto, el de esas instituciones que, retórica al margen, reconocen a Enrique Peña Nieto como presidente de la República Mexicana.
Fuente:www.sdpnoticias.com
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