martes, 12 de febrero de 2013

POR LA VERDAD Y LA CONIFANZA

Mis anécdotas en la Sierra de Zongolica 

Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo 

Gracias a Don Carlos Ferraes Matus, por sugerirme que escribiera las historias y anécdotas de mis viajes , cuando fui líder estatal femenil , en el Estado de Veracruz. Espero sean de su interés. 

Viajar por la Sierra de Zongolica, con sol y cielo despejado, es un placer y al mismo tiempo un espectáculo. Para mi gusto, es la sierra más impresionante y hermosa del Estado de Veracruz, no sólo por la altitud de sus montañas (creo que es la mayor), sino por lo irregular de su conformación. Los cerros y montañas están entrecruzados (cosa que sólo he visto en el “Nudo Mixteco” en Oaxaca) y rodean a los cerros más bajos, las cañadas de las montañas más altas. Y ahí en esa región donde resaltan todos los tonos de verde, encontré mucha historia e interesantes leyendas. Pero antes, de platicar sobre éstas, describo el contexto. 

Entre 1993 y 1997, en mis giras al Estado de Veracruz, en mi calidad de Secretaria General del CIM (hoy ONMPRI), visité en varias ocasiones sus municipios y, de los viajes más interesantes y divertidos, lo fue sin duda en el distrito de Zongolica. 

Cuando disponía las giras, generalmente eran organizadas por mi coordinadoras regionales. En ese caso, lo era la Prof. Guillermina Esquivel, mujer orizabeña que controlaba los distritos de Orizaba, Córdoba y Zongolica y siempre acompañándonos, las dirigentes de los municipios que integraban el distrito serrano y los demás colindantes; entre las dirigentes más solidarias, estaba una gran amiga, la Prof. María Elena Poceros que representaba a las mujeres del distrito de Orizaba, oriunda de Cd. Mendoza, que regularmente nos acompañaba. 

Eran tiempos en que yo les decía a mis dirigentes, que primero teníamos que ganarnos el lugar para después exigir. Por eso como líder buscaba, que la organización de las mujeres del PRI se hiciera presente en todos los puntos del Estado y me abocaba a visitar todos los municipios para estar con ellas, en aquel entonces 207. De éstos recorrí 198 y de ellos, 110 más de 10 veces. 

Sólo así podía conocerlas en sus terrenos, hablaba con sus autoridades, les fortalecía su liderazgo y procuraba dejar compromisos hechos, para que fueran apoyadas y respetadas por parte de sus Presidentes y dirigentes municipales del partido. Y fue así como pudimos conformar una gran amistad, pero también una estructura estatal al 100% e hicimos escuela de líderes que respondían por cientos y miles de mujeres en cada lugar y en todo el Estado, estando prestas a responder al llamado del partido. 

Con trabajo demostrado, pudimos reclamar posteriormente nuestros espacios, bien ganados. 

Pero los municipios del estado de Veracruz, tienen pasajes históricos y hermosas leyendas y desde luego en mi convivencia con las mujeres, aprendí y conocí de sus costumbres y muchas anécdotas confirmando con ello, que la historia de los pueblos esta: en sus plazas centrales (parques), sus palacios municipales, en sus Iglesias y en sus cementerios. Y las mujeres o sus pobladores me las platicaban con gusto. 

Una de las historias más interesantes que me encontré en Zongolica fue el de la primera bandera tricolor que hubo en México, denominada: “SIERA” (aludiendo a la palabra sierra). Poco difundida pero de un valor incalculable. Esa bandera, es el testimonio de la presencia, participación destacada y de renombre de Zongolica y de los habitantes de esta sierra, en el logro de la independencia de México. 

Pero la historia, la cuentan los habitantes de la siguiente manera: 

“Después de que se iniciara el levantamiento del pueblo oprimido, encabezando por el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla; el Cura Juan Moctezuma y Cortés , secunda el movimiento en la Sierra de Zongolica, en compañía de los sacerdotes Manuel de las Fuentes Alarcón, de Maltrata, Ver., Don José María Sánchez de la Vega de Tlacotepec, Puebla, y otros sacerdotes de la región; y el primero, da el grito de Independencia el 24 de Septiembre de 1810 , atacando la ciudad de Orizaba en el mes de Abril de 1812 para luego retirarse el 10 de junio del mismo año. Sucediendo ello, unos meses antes de la ocupación de Orizaba por José María Morelos, acompañado por Nicolás Bravo. Es importante hacer notar que en aquella época el camino de Orizaba a Tehuacán pasaba por Zongolica, -(me consta porque llegué a conocer esos caminos que ocupan la Sierra Negra, en el 2009)- parte donde colindan los estados de Veracruz y Puebla, entrando por Tehuacán. Aunque el cura Morelos, tenía su propia bandera, la aparición de la bandera “Siera”, en manos de un grupo de caballería de Don Nicolás Bravo se explica, porque la historia menciona que fue el cura Moctezuma y Cortes, que había pasado a ser Coronel de las tropas de Morelos y quien ya la había tomado como bandera de su regimiento, y se la cede a Bravo, para que continuara su campaña de independencia en el Estado de Veracruz. Luego entonces la bandera “Siera”, es la primera que lleva los colores: verde, blanco y rojo, tomados de la figura de un ave denominada CUAUTOTOTL, que es originaria de la sierra de Zongolica, apareciendo por primera vez las con bandas verticales en el mismo orden de la actual bandera nacional. Lleva además bordada la figura de un “carcaj” (mochila usada por los indígenas) con sus flechas, un arco y un machete, entre otros dibujos estilizados y contiene además, la palabra: Siera” 

Y este relato por demás interesante y digno, en serio, de que los niños y jóvenes veracruzanos lo conozcan, yo lo escuché por primera ocasión en esos años, y me sentí muy orgullosa de que esta bandera nacida en mi estado, específicamente en Zongolica, fuera antecedente a la Bandera conformada en Iguala, Guerrero y reflejo patrio de los colores de actual Bandera Mexicana. Hoy, la misma, está en exhibición en el Castillo de Chapultepec, junto con las demás banderas y estandartes nacionales. 

Pero así como conocí pasajes de tanto valor, como el antes citado, también tuve anécdotas dignas de platicarse; leyendas, unidas a las casas, haciendas, iglesias o monasterios, parques o plazas, etc.; las que se conservan aun, porque se dice que mucho se destruyó durante la revolución. Pero al calor de las reuniones y convivencias con las dirigentes y grupos de mujeres, aparecen también pasajes chuscos que nos sucedían, como fue el caso del municipio de Los Reyes, siendo éste uno de los municipios más espectaculares de la sierra de Zongolica, por su colocación en medio de las cordilleras. 

En esos tiempos, en éste municipio, estaba recién nombrada una indígena muy valiosa: Bernardina Tequiliquihua, como dirigente de las mujeres del CIM y una anécdota que me pasó en este lugar, fue la siguiente: 

“Fue Los Reyes, el último municipio que visité en una muy agotadora gira a la sierra. Ahí tuvimos un acto en la casa del campesino y posterior al mismo, recuerdo que antes de subirme a la camioneta le dije a Bernardina: “Llévame a conocer al patrón o patrona de tu pueblo”. Y no pensándolo me dirigió hacia el templo, mostrándome una antiquísima, hermosa y modesta Iglesia del siglo XVI, reconstruida. Y recuerdo que entré a la misma con mucho respeto y, conforme avanzaba hacia altar, miraba buscando a algún cristo o una virgen. Pero sólo alcancé a ver 3 figuras pequeñitas que estaban a medio altar y sinceramente me sorprendió, por lo que le pregunté a Berna: ¿Quiénes son? Y me miró con sorpresa diciéndome: ¡Pues mi líder, son nada menos que Los 3 Reyes Magos! 

Por supuesto que con su respuesta, todo me quedó claro, entendiendo el nombre del pueblo. 

Y entonces, aproveché para preguntarle a un encargado de la Iglesia: ¿Por qué dejarlos todo el año en medio del altar? Y me contestó: Mire, hace muchos años hubo un padre que los quiso quitar del altar y el sacristán le decía que los reyes se iban a enojar. Pero el padre se encaprichó y un día le dijo: ¡quita esos Reyes, y guárdalos hasta la época de Navidad!” y el ayudante obedeció. Y curiosamente, a raíz de eso, en las siguientes semanas se desataron intensas lluvias, torrenciales, que arrastraban las montañas y cerraban los accesos a la sierra, la gente se estaba muriendo de hambre porque no sacaba sus productos. Igualmente el padre enfermó… y los pobladores le decían: “padre, ya ponga a los reyes magos en su lugar, vera que se compone usted y paran las tormentas”. Y el padre más se enojaba. Pero un día éste se puso muy grave y era urgente llevarlo al Hospital de Orizaba y como se pudo, se consiguieron mulas y se prepararon para que el día siguiente, se pudiera jalar al enfermo y pasarlo por los caminos destrozados. Pero la noche anterior a su salida, el sacristán le dijo al padre: “Padrecito, dé la orden para regresar a los Reyes a su lugar, por favor, porque si no se va a usted a morir” y…no le quedó otra, más que instruir que colocaran de vuelta a las figuras a medio altar y…así se hizo”. 

“Y al siguiente día, el sol brilló, el pueblo se salvó y al padre ya no lo movieron, porque amaneció sano y salvo. Después de oír eso, sólo pedí la bendición de Los Reyes”. 

Y miren que nos hicieron los milagros: la Mtra. Guillermina fue regidora y diputada local de Orizaba, María Elena Poceros fue Presidenta Municipal de Cd. Mendoza, Bernardina Presidenta en Los Reyes, además de diputada local y su servidora, diputada federal por Poza Rica. Y ni se diga de las demás distritales y municipales, que en el estado se incorporaron a las comunas, durante esos años, donde tuve el privilegio de dirigir a las mujeres veracruzanas. 

Eso es lo maravilloso de la historia y fe de los pueblos…y lo que enmarca el sentido de tantas anécdotas y…si me lo permite, yo se las seguiré contando. 

Gracias y hasta la próxima.

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