domingo, 28 de abril de 2013

POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

La sucesión en la UV 

Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo 

Despierta gran interés la sucesión de la Universidad Veracruzana, cosa que habrá de consumarse el 31 de agosto de 2013, al dejar el cargo el Dr. Raúl Arias Lovillo, actual Rector. 

Y como siempre, se apuntan muchos, pero pocos son los que pueden cubrir los requisitos que exige la Ley Orgánica, de la Autonomía , Reglamentos y Estatuto General de la UV, para poseer los merecimientos académicos, de investigación, editoriales y de arraigo universitario, como para siquiera aspirar a tan alta investidura. 

Antes de 1992, la Universidad Veracruzana fue dirigida, en algunas ocasiones por académicos de sepa, en otras por académicos-políticos y en sus momentos de menos luz, por políticos nunca académicos; pero eso pasó a la historia a partir de 1992 en que un Gobernador visionario, el Lic. Patricio Chirinos Calero, un Secretario de Educación que amaba la UV, el Dr. Roberto Bravo Garzón (impulsor de la UV en su descentralización) y un Rector en turno que además de querer a nuestra Alma Mater, pensó en cerrar el paso a los oportunistas que sin ningún mérito académico, pudieran presionar para encabezar en un futuro, una institución de primer nivel como lo es nuestra Alma Mater: el Dr. Emilio Gidi Villarreal, se dieron a la tarea de darle un nuevo giro a la UV, pensando en su futuro como institución y como sector educativo de nivel superior al servicio del Estado de Veracruz y de la Nación. 

Y el 22 de diciembre de 1993, se deroga la anterior Ley Orgánica de la UV (la de 1992) y da entrada a la nueva y, 3 años más tarde, 26 de noviembre de 1996, entran los transitorios y se expide el decreto de autonomía universitaria, signada por el mismo Gobernador Patricio Chirinos Calero. Lo que por supuesto, fue el gran avance y el sueño anhelado cumplido, para verla auto-directiva y autogestora, sentando las bases para ajustarla a la modernidad y al nivel de las grandes instituciones de nivel superior nacionales e internacionales. 

Pero ¿qué significaba la autonomía, para la comunidad de la UV y para las siguientes generaciones del Estado de Veracruz? Varias razones fundamentales, entre otras: 

1.- Que la institución, pudiera hacer uso pleno de sus derechos universitarios, en la constitución o fortalecimiento de órganos específicos, elegidos y legitimados dentro de la propia comunidad, destacando el Consejo Universitario General, los Consejos regionales, y dándoseles mayor poder , generándose además una nueva figura: la Junta de Gobierno. 

2.- La Junta de Gobierno sería un órgano de autoridad de la Universidad Veracruzana, integrado sobre la base de la calidad moral y los méritos académicos de sus miembros y tendría entre sus principales atribuciones la relativa a la designación del Rector de la Universidad Veracruzana. 

3.-Y para ese fin, y en el ejercicio de esta responsabilidad, dicho órgano, se obligaría a lograr una consulta a la comunidad universitaria, de manera que ésta participara activamente en el proceso de elección de su Rector y opinara sobre los candidatos a ocupar el puesto de mayor responsabilidad dentro de la Universidad. 

4.-Igualmente, se buscaba lograr que dicha designación, condujera a la certeza y confianza, de que la dirección de la Institución estaría encomendada siempre a la visión objetiva de los miembros más distinguidos, honorables y capaces de la comunidad universitaria, como corresponde al interés de su comunidad universitaria y del Estado de Veracruz. [1]

Luego entonces, los artículos 68, 70 y 87 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Veracruz-Llave, delinearon desde 1996, el presente y futuro de la Universidad Veracruzana: 

“La Universidad Veracruzana será autónoma; tendrá la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí misma y realizará sus fines de conservar, crear y transmitir la cultura, a través de las funciones de docencia, investigación, difusión y extensión, respetando las libertades de cátedra, de investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinará sus planes y programas; fijará los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico, y administrará su patrimonio” [2]

Por lo tanto, la autonomía en la Universidad Veracruzana es y seguirá siendo, una base institucional y un excelente instrumento democrático interno que no permite injerencia del exterior (y ello lo deben defender por siempre los propios universitarios), que asegura que sus órganos de decisión sean siempre justos, que sus autoridades sean dignas de confianza por su arraigo, honorabilidad, capacidad y experiencia académica o administrativa, y que sus órganos de decisión interna como el Consejo Universitario, sea respetado a cabalidad, para el mejor cumplimiento de las funciones sustantivas de la UV, por sobre cualquier otro propósito. 

Igualmente, para que en base a la norma y la reglamentación interna, evitar también caer en el extremo, de que en uso de una autonomía mal enfocada, pudiera convertir a la UV en el futuro, en un feudo de doctrinas radicales o sectarias, como sucede en algunas otras universidades del país, donde vemos casos en donde seudo-estudiantes, encapuchados, con todo lujo de prepotencia y de reto a las autoridades, paralizan una Universidad Pública (caso, UACM o la UNAM), perjudicando el avance académico, dañando los productos científicos y tecnológicos y la continuidad de la enseñanza que recibe el estudiantado universitario, defraudando finalmente la confianza de los padres de familia y a la sociedad en general. Eso, debe cuidarse en la UV siempre, para que nunca llegue a suceder. 

Por lo tanto, nombrar a quien encabece a la UV, en los siguientes 4 años de menos, es un proceso serio, que merece respeto de todos los niveles de gobierno y de la propia sociedad veracruzana, porque no se inserta en las clásicas practicas con que se rigen las propuestas que son presionadas políticamente por quienes, sin méritos, aspiren a dirigirla pensando que lo pueden lograr por el hecho de estar ligados a los cargos gubernamentales o porque poseen control mediático, y que sólo buscarían a nuestra Alma Mater, como trampolín para sus proyectos políticos personales. 

Por eso qué bueno que la UV, tiene claras las reglas. Los artículos: 34-A, 35, 36 y 37, de la Ley Orgánica de la UV definen, que el próximo Rector de la Universidad Veracruzana, deberá cumplir obligadamente, con los siguientes requisitos: 

I. Ser mexicano por nacimiento 

II. Ser mayor de 35 y menor de 65 años de edad, al momento de su designación. 

III. Tener cuando menos 5 años de servicio docente, de investigación o difusión de la cultura y extensión de los servicios, preferentemente en la Universidad Veracruzana. 

IV. Haberse distinguido en su especialidad y 

V. Poseer título de Licenciatura, preferentemente haber realizado estudios de postgrado y, publicada obra en área de su especialidad. 

Y una vez que se cubran estos requisitos, que vendrán inscritos en la convocatoria que expedirá en su momento la Junta de Gobierno rigiéndose por las disposiciones de la Ley de Autonomía, Orgánica de la Universidad y de sus reglamentos internos, habrá de pasarse a la etapa de cumplimiento del art. 36, que define con claridad que: “el Rector será designado por la Junta de Gobierno y durará en su cargo cuatro años, periodo que podrá prorrogarse por una sola vez”. 

Así que, la norma es muy clara, y al buen entendedor pocas palabras. 

Por fortuna, el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, en muy diversas ocasiones en que ha convivido con la comunidad universitaria, les ha dejado claro su interés por que la universidad pública de tradición y de mayor prestigio del Estado, tenga lo mejor y sea respetada en su autonomía, y es el primer comprometido y convencido de que, en el caso del nombramiento del Rector, deberá recaer en un hombre o mujer, que además de cumplir con los requisitos legales exigidos, también: a) pertenezca a la comunidad, b) conozca muy bien el proyecto académico de la UV y sus necesidades y c) tenga el perfil idóneo, en experiencia académica, capacidad y sensibilidad humana, para que con sus aportaciones se enriquezca la misión institucional, se consolide en la excelencia y, a sus egresados hacia la competitividad profesional. 

Estamos entonces, a 6 meses de que finalizará otra etapa en la UV, y quienes siempre la hemos querido, deseamos lo mejor en su futuro y lo menos que podemos hacer, es ser agradecidos reconociendo a quienes la han encabezado, porque con aciertos o errores, nunca se ha cambiado el propósito de luchar por el mejor proyecto universitario en favor de los jóvenes del Estado de Veracruz. 

Así que mi respeto y reconocimiento al Dr. Raúl Arias Lovillo, al Dr. Porfirio Carrillo Castilla, Rector y Secretario General respectivamente, a los funcionarios y autoridades universitarias, los docentes e investigadores, al personal administrativo técnico y manual, a los estudiantes, sus sindicatos y demás representaciones de su comunidad, deseándoles de corazón que su próxima administración universitaria, sea la idónea para no detener el avance y la misma propicie tiempos brillantes y de prosperidad para nuestra Universidad Veracruzana. 

Y eso sólo se podrá lograr, si quienes integran esta institución del saber, se mantiene unida defendiendo lo que por Ley y en justicia les corresponde, y a partir del mes de noviembre del presente, se consolide en su nueva etapa, con la garantía de que será dirigida por un universitario u universitaria de arraigo, con visión, eficiencia y lealtad a sus principios y al proyecto de desarrollo cultural y científico que merece el Estado de Veracruz. 

Gracias y hasta la próxima. 

[1] Decreto de Ley de la autonomía Universitaria. 1996. Patricio Chirinos Calero, Gobernador del Estado de Veracruz. 

[2] Constitución Política del Estado de Veracruz, Llave.

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