jueves, 8 de agosto de 2013

ESCENARIOS

•El hombre bisagra

•Fidel sin Duarte 

•Duarte sin Fidel

•Duarte sin Peña Nieto

Luis Velázquez 

I

A Enrique Jackson, asesor del gobernador de Veracruz, llaman “El hombre bisagra” por lo siguiente:

De acuerdo con las versiones, Jackson se ha ubicado en medio del fuego amigo y enemigo entre los tres siguientes actores políticos: 

El primero: Fidel Herrera.

El segundo: Javier Duarte.

El tercero: el presidente Enrique Peña Nieto y/o el grupo peñista, tanto el político, encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y el financiero, comandado por Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y Crédito Público.

Su tarea (ahora) como asesor del sexenio próspero es tejer y seguir tejiendo los vasos comunicantes entre el trío de personajes.

Pero, desde luego, más, mucho más a favor del “Tío de Nopaltepec” y Duarte, pues, en todo caso, se trata de la fuerza estatal ante la fuerza nacional. La provincia frente al altiplano. “El localismo empobrecedor” del que hablaba José López Portillo ante el centralismo. 

II

De algún modo, pues, su chamba como súper asesor del gobernador es la de Penélope, que tejía y destejía mientras Ulises regresaba de su peligroso viaje a Itaca.

Aquí, por el contrario, se trata de tender puentes y amarrar candados para que a Veracruz le vaya bien en los próximos dos años y medio que restan del duartismo.

Claro, claro, claro, desde el boletín oficial se habla de que la relación entre el góber y Los Pinos resulta inmejorable. Quizá. En todo caso Los Pinos representan el poder absoluto ante los gobernadores priistas. 

Pero, al mismo tiempo, lo decía el poeta español, León Felipe, lo importante es llegar todos juntos, y a tiempo al destino final.

Es decir, “El tío” y su alumno, entrando a Los Pinos, pues se trata de una dupla indisoluble. Inconcebible una parte sin la otra.

Y como Enrique Jackson fue asesor en el sexenio anterior y ahora también, entonces, su cabildeo está empeñado en el objetivo.

III

En la remada contracorriente, Jackson tiene como aliado a José Murat Casab, el gobernador de Oaxaca que se inventara un autoatentado para emerger a la pasarela mediática, quien fuera (¿es?) asesor del góber jarocho y coordina el Pacto México, el programa estelar de Peña Nieto.

Y si Murat Casab ya se metió a la cocina de Los Pinos, con todo y su pasado con la APPO y “La doctora Escopeta”, recién fallecida, entonces, significa un aliado de Jackson para zurcir fino la vigencia del trío Fidel-Duarte y Los Pinos.

Más aún si se considera que desde el sexenio de Luis Echeverría, Fidel, Jackson y Murat han caminado juntos.

Más, mucho más aún, Fidel y Murat, a quienes Echeverría ungiera al mismo tiempo como diputados federales por vez primera.

Por eso es que a Jackson llaman “El hombre bisagra”. 

IV

Pero, además, contra los vientos adversos trata de mantener el equilibrio para evitar una ruptura apocalíptica. Un cisma. Un tsunami.

Por ejemplo, en el Veracruz de hoy resultaría inconcebible pensar en un Fidel sin Duarte y/o en un Duarte sin Fidel.

Y al mismo tiempo, en un Duarte sin Peña Nieto… aun cuando, claro, Peña Nieto convertido en el tlatoani mayor con el regreso de la presidencia imperial, sería posible sin Duarte.

Por eso Jackson juega y rejuega con los hechos y circunstancias, basado, además, en la vieja enseñanza de la cultura priista: si un gobernador está bien con el presidente, a la entidad federativa va bien; por el contrario, si el góber tiene un cortocircuito con el “preciso”, entonces, al estado le va mal, por añadidura.

Y nadie lo salva de la congeladora sexenal.

Por eso, Jackson es el hombre-bisagra.

Y por eso mismo, dicen quienes saben, percibe un sueldo mensual de un millón de pesos. 

Es decir, 12 millones de pesos anuales. 

72 millones de pesos, libres de polvo y paja, en un sexenio.

POSDATA: En blog.expediente.mx el lector encontrará crónicas, reportajes y columnas picosas fuera de serie.

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