Uriel Flores Aguayo
No estoy de acuerdo con quienes culpan y ofenden a los ciudadanos Xalapeños que no votaron o que lo hicieron por el PRI en las recientes elecciones, me parece que se equivocan y se precipitan al emitir juicios que para mí son superficiales e injustos. Para medio entender lo que pasó se requiere contar con suficiente información y conocimiento de los antecedentes, el contexto y el escenario real de la competencia electiva. Creo que, en su sencillez, el mensaje abstencionista tiene algo de sabiduría práctica cuando se entiende como una postura determinada, cuando expresa algo; no vale para mí en los casos en que solo es indiferencia y "valemadrismo", cuando es producto de personas ajenas a todo lo público.
Me parece que la elección en Xalapa quedó definida esencialmente cuando se vino abajo la coalición opositora; en ese momento el partido oficial ya podía cantar victoria porque había logrado dividir a sus oponentes, creando un ambiente de alejamiento y resignación ciudadanas; sin desmerecer lo que hicieron Abel y Dulce, sobre todo esta última dado lo pequeño de su partido, era casi imposible que le pudieran ganar al PRI en un ambiente abstencionista y de división como al final se comprobó.
Solo le puedes ganar al sistema, como es mejor tratarlo, en una coyuntura determinada donde se eleve la participación ciudadana y se presente unida la oposición. Cuando la gente no creyó que fuera posible ganarle al PRI tomo la decisión mayoritaria de no votar; por supuesto que hubo otros que si lo hicieron, apoyando perfiles, famas y propuestas; de hecho, al sumar los votos de Abel y Dulce, superan a los de Américo. El sistema opera con todos los recursos a su alcance, incluyendo las estructuras institucionales de los tres niveles, con dinero y en especie, con clientelas corporativas y, como recurso fácil y conclusivo, con el manejo maquillante y adulterador de las urnas.
A la maquinaria oficial le tienes que enfrentar otra, es perfectamente posible, encabezada por figuras políticas creíbles y fuertes, con movilización creativa y rotunda de tal manera que produzca una percepción de triunfo y alternancia; en adelante no hay de otra, si se aspira a otros resultados más positivos, se tiene que buscar con seriedad y eficacia la unidad opositora, en la que se puede incluir al PRD en la medida de que se libere del yugo corruptor del oficialismo y recupere la dignidad perdida.
Sigo pensando que Xalapa es la ciudad más anti priista de Veracruz, lo veo en la baja votación de Américo, muy menor a la que tuvo su antecesora, en los afanes hasta violentos para destruir a la coalición opositora, en el envilecimiento del PRD local, en el estilo del abstencionismo, en fenómenos como el del gato "MORRIS" y en los montos y tipos de recursos que se emplearon para que ganara el " tricolor". Por un resultado como este u otros más, si es que vienen, no va a cambiar el fenómeno anti priista Xalapeño; tal vez adquiera otras modalidades y tenga otros objetivos pero persistirá hasta que no vivamos en democracia.
Sería un error no entender estos fenómenos, culpar a los ciudadanos y, peor, caer en fatalismos que siempre terminan siendo de papel; este es un momento político determinado, nada más, no hay porque creer que siempre será igual; si los del PRI piensan que se van a quedar para siempre, está bien, que vivan en el error, pero los demócratas y progresistas no tenemos razones para caer en la confusión y el desconsuelo; hay mucha vida y quehaceres por delante.
Recadito: Este sábado entregamos constancias a los RC y RG del MOPI.
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