jueves, 5 de septiembre de 2013

VERACRUZ, PAÍS DE MACHOS POLÍTICOS

•Dura, extenuante, desgastante, la lucha de las mujeres por acceder a un espacio público

•El 55 por ciento de la población es femenina y, por tanto, ellas deben gobernar 

Luis Velázquez

04 de septiembre de 2013 

La rectora de la Universidad Veracruzana y las secretarias Académica y de Finanzas, mujeres.

21 alcaldesas de las 212 presidencias municipales del “estado ideal para soñar”. Dos de ellas, de Xalapa y Veracruz, las demarcaciones más importantes.

Una sola mujer, Protección Civil, en el gabinete legal de Veracruz, de las 17, 18 secretarías del sexenio próspero, cuando con José López Portillo una mujer, Rosa Luz Alegría, llegó por vez primera al gabinete federal. Secretaria de Turismo.

Una sola mujer, en la historia del periodismo local, como directora en un medio. Diario de Xalapa, tiempo atrás, sexenio de Patricio Chirinos Calero.

Ni una gobernadora de los 73 jefes del Poder Ejecutivo que han caminado en Veracruz, cuando en Colima, en el sexenio de Miguel de la Madrid, una mujer poetisa, Griselda Álvarez, gobernó la entidad federativa. 

Ni una mujer como titular del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior.

Tampoco como coordinadora de la Junta de Gobierno del Congreso jarocho.

Ni tampoco ninguna mujer como presidenta de la Comisión de Vigilancia del Congreso, que tanto sirve para “meter la mano al cajón”.

EL VERACRUZ IDEAL QUE ALGUNOS SUEÑAN…

Dura, extenuante, desgastante, ha sido la lucha de las mujeres en Veracruz para alcanzar un cargo público.

Y más, por lo siguiente: el 55 por ciento de la población es femenina. 

Y aun cuando la elite política se corta las venas hablando de la cuota de género y la oportunidad política, la realidad es otra. 

Lo ideal sería, por ejemplo, que la mitad del gabinete estatal estuviera presidida por mujeres.

Y también la mitad de los cargos académicos en la Universidad Veracruzana.

Y de igual manera, la mitad de las presidencias de las Comisiones del Congreso fueran encabezadas por mujeres.

Y la mitad de las 212 tesorerías municipales de Veracruz estuvieran a cargo de mujeres.

Y la mitad de los 50 diputados locales fueran mujeres.

Y en la mitad de los puestos gerenciales en la iniciativa privada existieran mujeres al frente.

Pero, ni hablar, el complejo de Tobi permanece arraigado en el alma masculina del país y, por añadidura, de Veracruz. 

MENOSPRECIO LA LLAMADA “CUOTA DE GÉNERO”

Para la historia, Adolfo Ruiz Cortines otorgó el voto a las mujeres, el derecho a ejercer su punto de vista, creencia doctrinaria, en las urnas.

Pero desde entonces han caminado por Los Pinos diez presidentes de la república y el legítimo derecho universal, derecho humano, de las mujeres a ser postuladas como candidatas a un cargo de elección popular sigue en disputa. 

Peor tantito, en el menosprecio hablando de ‘la cuota de género’, como si se tratara de una generosa concesión.

LA MUJER, SIMPLE OBJETO DE DECORO

Bastaría referir lo siguiente: una característica del ejercicio del poder priista en Veracruz es que las mujeres, si son barbies y reinis, tienen un espacio, pero sólo como adorno. 

Y si alguna duda existiera voltee el lector a mirar a la Secretaría General de Gobierno y a la presidencia anterior del CDE del PRI para constatar que, en efecto, la mujer ha sido considerada por el titular como un objeto de decoro… para lucirse él mismo.

Y, bueno, si por órdenes superiores abrió la puerta a unas barbies para contender por las alcaldías (Shariffe, por ejemplo, para Emiliano Zapata) fue por otros motivos, más allá de la llamada “cuota de género”.

LA ÚLTIMA GOBERNADORA DEL PAÍS

En México, las Adelitas sirvieron para preparar los alimentos y hacer el sexo con los revolucionarios.

En Alemania, las mujeres de la elite social fueron utilizadas por Adolf Hitler para acceder al estrato económico y financiero.

Pero mientras en Alemania gobierna una mujer, Angela Maerkel, en el país, ni una presidenta de la república ni tampoco una gobernadora en Veracruz.

Es más, ninguna en el país, una lucha que fuera interrumpida con la última, la perredista Amalia García, en Zacatecas, ahora senadora de la república.

Extenuante, agotadora, pues, la lucha femenina por abrirse espacios…

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