Orgullo y Prejuicio
Por: Nancy Jácome
Hace ya más de cien años que falleció la escritora británica Jean Austen y su escritura sigue inspirando y conmoviendo a muchos en la época actual. Si aseguras que tú nunca la habías conocido y mucho menos leído, te diré que fue su obra Orgullo y Prejuicio la que inspiró a la también británica Helen Fielding a crear “El diario de Bridget Jones” que seguramente viste adaptada a película con los actores Renée Zellweger, Hugh Grant y Colin Firth.
Pero regresemos a Orgullo y Prejuicio que fue el origen de todo, la escritora nos cuenta la historia de amor entre Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy, cuyo libro inicia con una frase que lo dice todo para los tiempos en que se escribió «Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.»
Antes casar a las mujeres era una prioridad innegable sobre todo cuando en la familia no había un hermano varón que pudiera darles sustento, pues una vez fallecido el padre las tierras pasaban al hombre más cercano a la familia, de esta forma las hijas quedaban sin herencia, ni independencia económica para poder mantenerse ellas mismas (gracias a Dios nacimos en otros tiempos, no sé qué hubiera sido de mi).
Es por ello que para la madre de Elizabeth era una prioridad encontrarles el mejor marido a sus hijas, pero es precisamente la protagonista la que juega con los nervios de su madre, buscando la independencia de su elección para casarse. Su padre juega un papel muy contenido, mientras que la madre es un gran personaje insistente, metiche, conspirador, pero siempre buscando lo mejor para sus hijas.
Cuando Elizabeth conoce al Sr. Darcy, es cruelmente rechazada por el aristócrata dueño de medio pueblo. No obstante el carácter alegre de la Señorita Bennet hace que el rechazo se convierta en algo divertido. La hermana de esta Joan comienza a tratar al Sr. Charles Bingley quien acaba de rentar una casa por los lugares para radicar por algún tiempo, ambos quedan enamorados, pero la timidez impide que muestren sus sentimientos. Un frágil amor que Darcy separa con sus comentarios.
En este libro Jean Austin abunda en dos sentimientos que si bien pueden a veces jugarnos a favor, en este caso juegan en contra para ser los principales problemas entre los protagonistas.
El Señor Darcy, bueno a sus 25 años era un partidazo, nacido en una cuna noble, que se juntaba con lo mejor de la sociedad londinense, desde que llega al pueblo se muestra muy orgulloso y arrogante, pero también comete el error de prejuzgar a Elizabeth y a su familia.
Por su parte Elizabeth no se queda atrás y tras el desaire del hombre, comienza a tener pensamientos prejuiciosos sobre él y su actuar, el orgullo se le va a la cabeza cuando se trata de defender a su familia. Dándose cuenta después de algunas explicaciones que tal vez las críticas emitidas no estaban del todo fuera de lugar y que el Orgullo y el Prejuicio habían cegado su buen juicio.
Un amor en el que el gran complot son los propios sentimientos, manejados con comedia, romanticismo y una gran habilidad para detallar a las personas de aquellos tiempos.
Jane Austin ha sido admirada por su escritura, pero también criticada pues justamente cuando escribió sus obras se dieron grandes acontecimientos en el mundo. Pero ella nunca los involucro en sus historias. Para aderezar la lectura pueden rentar la película Orgullo y Prejuicio estelarizada por Keira Knightley y Matthew Macfadyen. También está la serie de televisión producida por la BBC de Londres.
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