En la organización estamos muy contentos porque un juez federal suspendió las solicitudes de siembra de maíz transgénico a escala experimental, piloto y comercial de estas semillas al ambiente.
La noticia la dieron los compañeros Antonio Turrent Fernández, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad; René Sánchez Galindo, defensor de derechos humanos y director de Colectivas, A.C.; y Adelita San Vicente Tello, directora de la Fundación Semillas de Vida.
Este logro se consiguió a través de un amparo colectivo que promovieron un grupo de organizaciones y ciudadanos. Por ello, reconocemos este mérito y lo celebramos.
La decisión del juez federal es el primer paso para la protección definitiva de la diversidad biológica de nuestro país y un reconocimiento pleno de los derechos humanos de los mexicanos a un medio ambiente sano, a una alimentación de calidad y al maíz como patrimonio cultural.
¿Sagarpa cambiará de opinión?
A diferencia de la medida precautoria aplicada por el juez para emitir la suspensión de las siembras comerciales, durante este año el Poder Ejecutivo ha tenido una postura a favor de los transgénicos e insiste en que estos cultivos patentados no suponen ningún peligro para la biodiversidad mexicana, dado que no tienen problemas de convivencia con los cultivos convencionales.
Así lo constató Greenpeace al recibir una carta de la embajada de México en Alemania en la que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) señala que “la decisión del Gobierno Mexicano de autorizar nuevas tecnologías en el territorio nacional, apuntan a amortiguar las fluctuaciones de precio en alimentos, elevar la productividad y la competitividad y alcanzar sustentabilidad y un desarrollo justo en los espacios rurales”.
Hasta ahora, las decisiones del gobierno sobre este tema han estado enmarcadas en un clima de opacidad: 9 de las 14 solicitudes de siembra comercial de maíz transgénico, presentadas hasta la fecha, ya se encuentran fuera del plazo de 4 meses estipulado por la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) para que las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la Sagapra emitan una respuesta; y aun así aparecen como pendientes de resolverse.
Greenpeace ha señalado que los cultivos transgénicos, además de tener un gran impacto en la biodiversidad, afectan de manera negativa al medio ambiente y a los campesinos, favoreciendo el monopolio y el control de las trasnacionales de la biotecnología sobre los granos base de nuestra alimentación. El caso más reciente es el de una variedad de trigo transgénico experimental de Monsanto (probablemente MON 71800), y que no fue autorizada en 2005 en Estados Unidos y que llegó 8 años después a campos de cultivo de trigo en el estado de Oregón”.
Fuente: Greenpeace...
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