viernes, 15 de noviembre de 2013

¿QUE HACEMOS CON LA OPOSICIÓN?

Uriel Flores Aguayo

Me interesa abordar este tema desde la perspectiva del país pero, sobre todo, referirme al caso de Veracruz, donde la vida de la oposición política transcurre con más pena que gloria y corre el riesgo real de ser barrida por una realidad a la que se ha unido con especial y torpe entusiasmo. En México se vive una alternancia a la inversa, el PRI regreso al poder después de doce años de haber sido desplazado por el PAN; en realidad la oposición priista fue “suigeneris” en tanto conservó una fuerte y a veces mayoritaria presencia en las cámaras legislativas, Ayuntamientos y Gobiernos Estatales; en cierto sentido, el PRI hizo una especie de cogobierno con Acción Nacional, no sólo en la formalidad de los acuerdos interpartidistas sino, de fondo, en la confluencias de los intereses económicos que representan. La vuelta del PRI - que no su regreso - se muestra vigorosa en el control político del país, gracias al Pacto por México, donde ha alineado en lo general a las oposiciones; la paradoja de estos efectos es que se dan en un entorno de violencia, de casi nulo crecimiento económico y de una amplia protesta social. Si las oposiciones tradicionales siguen sumándose al poder con muy poco a cambio y alejándose cada vez más de la sociedad, aceleraran la ruta de desvanecimiento que han elegido por ganancias grupales y burocráticas casi exclusivamente, sobre todo el PRD que tiene tras de sí la sombra de MORENA. Se observa en el plano nacional a unas oposiciones embelesadas con el poder, disfrutando las mieles del mismo y dedicadas a la administración más que al liderazgo ciudadano.

En nuestro terruño estamos peor en esa materia, con unas oposiciones muy debilitadas o, de plano, cooptadas por el oficialismo, con una presencia apenas testimonial. Podemos considerar, más o menos, como de oposición al PT, al MC, al PRD y al PAN; cada una con su fuerza territorial y espacios de poder, en general pequeños; los dos primeros son apenas perceptibles, aunque conservan un discurso de oposición, es decir, de crítica; el PRD se pintó de rojo, está en manos de comparsas y mercachifles, enlistándose como uno más de los membretes que dicen algo, lo que sea, pero a nadie importa; su futuro se ve difícil, casi imposible; el PAN pesa más, es competitivo coyunturalmente, pero se encuentra atravesado por fuertes corrientes de corrupción; es de contrastes: una parte es de oposición real, mientras otra es simuladora.

Sin oposición política pierde la sociedad porque deja de tener representación, pierde la democracia porque desaparece la crítica y la vigilancia de los actos del poder en la cámara de Diputados, en el Ejecutivo Estatal y en los Ayuntamientos; pierde la vida pública que se vuelve monótona y mediocre, pierde el debate ya sin voces distintas y pierde la transparencia ante la avalancha de la hegemonía tricolor. Sin oposición o con una de membrete se instala la corrupción en grande, se envilece la vida pública y se cancelan las iniciativas sociales que no pasen el filtro de la mayoría partidista. En primer lugar la discusión tiene que ir al terreno de lo actual, en el sentido de cuestionarnos sobre la existencia de la oposición veracruzana, sobre su papel y definiciones principales. No debe ser un pronunciamiento facilón o lleno de eufemismos; las respuestas deben ser claras y concretas: se necesita o no a la oposición, de qué tipo y cuáles son sus deberes con la ciudadanía.

Al menos son unos 20 años los que se han retrocedido políticamente en Veracruz, con precaria y casi inexistente división de poderes, con partidos comparsas en su totalidad o parcialmente, con instituciones autónomas de membrete, es decir, con un ambiente poco democrático y acumulación de descontentos que, tarde o temprano, se van a manifestar electoralmente. En ese escenario se requiere a la oposición, siendo indistinto su sello ideológico para efectos locales; de esa realidad se van a nutrir nuevos esfuerzos políticos y los liderazgos emergentes que surgen de la sociedad sin los filtros ya muy oxidados de los partidos tradicionales.

Recadito: Preparen las palomitas para ver el espectáculo por el botín del prd-rojo.

No hay comentarios: