viernes, 28 de febrero de 2014

VENEZUELA, MÉXICO Y VERACRUZ

Uriel Flores Aguayo

Corren las noticias de Venezuela, país en conflicto respecto de libertades y democracia; no es para menos, las escenas de movilizaciones estudiantiles y populares, los enfrentamientos con la fuerza pública y la cobertura internacional son más que suficientes para ocupar un lugar destacado en la información mundial, además, respecto de nuestro país, con la muy intencionada difusión del duopolio televisivo que comparte agenda con la derecha latinoamericana y la de EU. En ese país la clase política tenía muchas similitudes con la mexicana: petrolizada, corrupta, de elite, poco representativa del interés general y alejada del pueblo. De la descomposición política surgió el difunto Hugo Chávez, primero como golpista, luego como presidente electo democráticamente; el canalizó el hartazgo de la mayoría de la sociedad Venezolana; el problema fue que le gusto demasiado el poder y se reeligió casi indefinidamente, hasta su muerte. Chávez, tenía a favor su personalidad carismática, su visión social y su incuestionable entrega a los intereses populares; los ingresos petroleros se repartieron en forma más equitativa, con prioridad nacional, de tal manera que le permitió impulsar políticas sociales notables y palpables, así como un despliegue muy fuerte de relaciones e influencias internacionales. Chávez, tenía en contra la concentración de poder y la reedición del modelo Cubano, absolutamente inadecuado para la realidad de Venezuela.

Con su empuje y carisma Chávez ganaba las elecciones con cierta holgura, apenas murió su bloque político se vio en aprietos en los comicios inmediatos, logrando una mayoría apenas perceptible; Maduro, el actual presidente, ha dado muestras de ineptitud y autoritarismo, con lo cual ha facilitado la crisis política en curso. La oposición de derecha es fuerte, cuenta con recursos varios y el apoyo obvio de sus pares del mundo, con el agregado de la muy fuerte movilización estudiantil que obtiene una rápida simpatía internacional; la represión, que es absolutamente injustificada, hace más fuerte a la oposición porque le da legitimidad y la une.

Los acontecimientos de Venezuela hacen ineludible la toma de posición de las fuerzas políticas de México, incluyendo al Gobierno Federal; nada normal sería adoptar posturas de avestruz o "nadar de a muertito", hay que definirse ante hechos cercanos en el continente, como reflejo de lo que pensamos y somos o como una actitud solidaria o de condena; no se vale, habla muy mal de quien lo haga, adoptar una postura de silencio que, a estas alturas, se vuelve un dato cómplice. Es mejor no acudir al simplismo ante hechos complejos, es deseable que, respetando orientaciones políticas, se expresen posturas comunes sobre lo básico y lo universal, es decir, respeto a la vida, a las libertades elementales y exhorto al diálogo.

Para la izquierda Mexicana es una buena oportunidad para aclarar sus ideas, para no rendirse a la obviedad, para marcar diferencias con discursos vetustos y de puro poder. No se debe juzgar porque si, tampoco estamos como para dar consejos y ejemplos; México padece muchos de los problemas que se observan en Venezuela. Aquí sufrimos a una oligarquía rapaz, a monopolios sanguinarios, acá tenemos elecciones poco confiables y un duopolio que juega como poder factico, juntó a otros que hacen casi imposible vivir en democracia. Es de hilaridad la hipócrita cobertura, con tono parcial, del duopolio televisivo, que festeja para Venezuela lo que aquí condena; para ellos las protestas son muy buenas pero lejos de México; recuérdese como satanizaron las movilizaciones pos electorales de AMLO y las de los maestros de la CNTE.

Lo que ocurre en Venezuela pone sobre el escenario, de forma relevante, los problemas que vive la democracia en los países de Latinoamérica; incluyendo, obviamente, a nuestro país y sus entidades federativas como es el caso de Veracruz. Ese es el debate: elecciones libres, división de poderes, libertad de expresión, pluralismo, oposición política, respeto a las minorías, etc. Lo que se pide y vale para Venezuela, también es valedero para México y para Veracruz.

Recadito: La credibilidad de "los Chuchos" pasa por que deshagan el contrato de alquiler del PRD en Veracruz, entre otras cuestiones. 

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