La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció a inicios de esta semana un plan para endurecer la protección de la vaquita marina, aunque es una buena señal aún falta mucho por hacer.
Para los que aún no lo sepan, el organismo del gobierno federal dijo que invertirá 30 millones de pesos para comprar tres aviones no tripulados, también conocidos como drones, equipo que recorrería 100 kilómetros con una capacidad de autonomía de 12 horas. El objetivo, según dijeron, es combatir la pesca y tráfico de totoaba, una práctica ilegal que pone en riesgo la vida de la vaquita ya que en las redes de la totoaba, que por cierto también está en peligro de extinción, quedan atrapadas.
Silvia Díaz, responsable del programa de Océanos de Greenpeace México, consideró que la medida permitirá contribuir a atender una de las principales preocupaciones de las organizaciones ambientales, el control y vigilancia de esta zona fuertemente afectada por la pesca ilegal de totoaba.
No obstante, aunque el uso de drones representa un avance para la protección de la vaquita y ya tenemos a la vuelta de la esquina un acuerdo para suspender la pesca de camarón y escama con redes de enmalle, cimbras o palangres, que ponen en peligro la vida de la vaquita, aún quedan varios frentes que atender.
El primero es el control y la auditoría del programa de compensación para pescadores, con el fin de que se garantice que el dinero que recibirán a cambio de no pescar durante dos años se reparta de forma justa y equitativa entre los afectados, con base en un padrón actualizado, es indispensable atender la necesidad de desarrollar y promover alternativas económicas y sustentables para las comunidades, y es fundamental detener la pesca ilegal de totoaba.
Súmate a Greenpeace y todos los que quieren salvar a la vaquita marina firmando nuestra petición en línea: http://www.greenpeace.mx/vaquita-marina/
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