Sapos y Alacranes
Por Orlando Segura Hervert.
En Tuxpan, ninguna manifestación o protesta dura más allá de las 2 de la tarde, fiel a este principio y tras 3 horas de enarbolar justicia por el esclarecimiento de los hechos en la que fue asesinado el fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, arteramente ejecutado en la colonia Narvarte, allá en el Distrito Federal el pasado 31 de julio, Don Paquito Vargas Perales, levantó la bambalina y se alejó sin huestes, con el deber cumplido, la conciencia tranquila, la soledad y la sombrilla.
El posicionamiento se suma al presentado por la Asociación de Periodistas Independientes de Tuxpan A.C., (APITAC) planteado el 03 de agosto, difundido en redes sociales, medios digitales, impresos y radiofónicos: 1.- la investigación puntual de los hechos por parte de las autoridades judiciales, 2.- El clamor de que el crimen no quedara impune.
Desafortunadamente los acontecimiento, la descomposición social, nos están rebasando y el Estado se ha visto incapaz de garantizar la seguridad no solo de los periodistas, sino de todos los mexicanos, esa advertencia la lanzábamos en esa ocasión porque se respira en el aire.
En estos tiempos, caminar, escribir, ejercer las libertades y los derechos, recorrer una calle, tener amigos, viajar, estar en el momento y lugar “equivocado” es riesgoso, a ese extremo hemos llegado.
Pasaron 11 días y durante éste periodo arreciaron las voces críticas, y no hubo respuesta, los adversarios políticos, las organizaciones sociales, los periodistas demandaban que el mandatario veracruzano Javier Duarte de Ochoa declarará ante las autoridades,
Los asesores decían que si lo hacía… malo y si no, pues el asunto resultaba peor.
Este martes, el Gober respondió el interrogatorio, algo inusual e histórico, dice su comunicado, porque no cree en el fuero, y mediante una “comparecencia pactada y arreglada” con la PGJDF, se deslindó del crimen, negó cualquier participación, rechazó los linchamientos y apeló al versículo bíblico Juan 8:32 …”la verdad os hará libres”
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