Por Orlando Segura Hervert.
Lo que se anunció previamente en este medio y en otros, éste domingo, se impuso la estructura, los compromisos con el poder, la prevalencia e identidad con la derecha. Un discurso juvenil pero reiterativo, un mensaje conservador pero “moderno”, un estilo negociador, conciliador y demagogo.
Arrasó Ricardo Anaya Cortés en las elecciones internas del PAN, lo respaldaron los que se acostumbraron al confort de la política: los diputados, senadores, gobernadores, los neopanistas. El 81 por ciento de las preferencias internas panistas, quienes lo ungen como nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
Javier Corral intentó renovar y despertar las buenas conciencias azules, no lo logró y solo se llevó el 16 por ciento de los votos. Así las cosas, Acción Nacional aprobará las reformas que proponga el PRI, pactara el diálogo, dejará de ser oposición. Una nueva forma de hacer política.
En Tuxpan Javier Corral obtuvo 9; Anaya 274 y 2 nulos de un padrón de 526. En Alamo la maquinaria hizo lo propio el senador de Chihuahua 03 y el queretano conquistó 424. Ya lo dijo el columnista Julio Hernández lo pronosticó genialmente y le atinó: “los panistas votarían por la prolongación Madero”
Nada oculto y extraordinario bajo el sol, no hubo sorpresas, Javier Corral seguirá siendo la voz estridente en la Cámara Alta, pero nada más, no le dieron la oportunidad de dirigir uno de los partidos más viejos de México, uno que ha virado más a la derecha, olvidándose de la democracia y de las demandas de los mexicanos. Los aires democráticos norteños no prendieron en el estado de ánimo panista.
Anaya Cortes en el discurso de la victoria afirmó que va contra la corrupción, una bonita manifestación demagógica que su público quería oír, pero que el nuevo líder no combatirá… al tiempo.
Hasta pronto. Hasta siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario