lunes, 30 de noviembre de 2015

#De MaromasyMareados incondicional de los recuerdos

Memorias de un incondicional de los recuerdos
No toques mas la puerta, eres de aquellos que las puertas siempre estarán abiertas para ustedes, ven, descansa tu abrigo sobre el respaldo de la silla y siéntate en el sillón para que descanses, hace tanto tiempo que deseaba que llegara este momento, te he esperado desde entonces y si me turbo al comentarte es que los nervios van a flote como la primera vez que te mire a los ojos, la vez que te vi danzar de un lado al otro con esa gracia angelical de una niña de 11años y me ruborizaba cuando tu mirada se topaba con la mía en alguna circunstancia, o cuando mire tu pelo un día que llegaste al colegio con tu melena recortada y quise decirte que lamentaba la perdida de tu característica esencial pero que ahora te veía más linda, te he esperado desde entonces y permanecerás conmigo aunque te encuentres tan lejos y tu memoria se pierda entre los días y las horas del trajín de tu vida diaria, y si en algún momento de la existencia tus pasos se cruzaran con los míos y al mirarnos a los ojos, tu, acaso no me recuerdas, ten la seguridad que deletreare tu nombre suavemente en un tono delicado para que al escucharlo evoques un día en un año cualquiera de la distancia una voz, una mano, unos labios, unos ojos que se prendaron a los tuyos y que se atormentan cada vez que vuelves de no sé donde ni desde hace cuanto.
¡¡No!!! No digas nada, déjame contemplarte así, sin tropiezos, sin prisas, prisas de esas que nos despiertan cada mañana con el córrele de tu existencia y nos devoran los minutos sin permitir que entres en esta habitación convertida en el cajón donde guardo las cosas que he vivido que son tan solo para mí y que a veces ni siquiera entiendo ni logro entender, como aquellas preguntas que no he respondido, respuestas que no he dado, canciones inacabadas y perdidas en papeles arrugados y tirados a la basura, dibujos que he iniciado, donde solo he puesto un punto pero que es la partida para un gran mural que no ha sido inaugurado, poemas que no he escrito porque el sentimiento ha sido tan fuerte que me ha dado cobardía escribir algo tan importante y transmutarlo en palabras que pueden ser perennes, por lo cual dejo la pluma en el aire con la hoja en blanco para luego acordarme que he guardado muchas plumas, a tal grado que me han dicho si las colecciono todas.

No, no te vayas aun que hay miles de cosas que quisiera contarte ahora que has estado lejos por tanto tiempo distante, contarte que he deseado mirar tus ojos con la claridad de mi infancia trasgredida por tu mirada y convertida en adolescencia que me llenaba de melancolía mirarte a lo lejos sin que repararas de mi existencia, no te vayas sin que responda la pregunta que nunca te hice o que dudo ahora a estas alturas de mi vida hubieses querido decir y ese es mi mayor argumento de que sigas aquí, de que vengas cuando te plazca e intentes llevarme a esos lugares donde viví mi infancia, donde una tarde de verano cuando las palomas arrullaban con sus sonidos, en el pasillo aparte del patio del colegio enfrente de los lavabos bajo el techo de baldosas donde los nervios tenían mis manos convertidas en agua de tanto sudor, las mejillas ruborizadas, las piernas temblando ahí donde mi amigo me alentaba a avanzar, ahí entre tantas cosas que mi mente recuerda siempre como si lo estuviese viviendo en ese mismo instante, te mire a ti, caminar hacia adelante con tu uniforme escolar tus dos trenzas amarradas colgando a tu espalda, con tu mirada al frente, sin nervios, claro ejemplo de la tranquilidad que parecías haber adquirido y un halo de luz que ahora entiendo son cosas de mi niñez que solo en mi imaginación existieron, ahí en ese mismo instante donde el reloj perdió las horas, las palomas callaron, los murmullos cesaron, ahí en ese instante que la vida ha guardado, te robe un beso , solo uno, un beso en los labios húmedos de tus 11años, un beso que me quemo de emoción y transformo mi existencia porque conocí la poesía y las canciones de amor que escuchaba en las noches cuando fingía dormir y tan solo pensaba en lo que estarías haciendo en ese mismo instante.

Ahora puedes irte tranquila, déjame con mis recuerdos y mis melancolías, déjame en el mismo lugar donde guardo todas las cosas que de vez en cuando abren la puerta que nunca cierra y entran como tú, en el preciso instante en que me siento más nostálgico, regresa, al libro que escribí en un cuaderno de pasta dura, con palabras tachadas que cambiaba o frases nuevas que conseguía, el cual nunca leíste porque de alguna forma cambiamos nuestros momentos juntos además de que alguien me robo justo cuando termine de escribirlo, vuelve al poema sublime jamás escrito en hoja alguna con el cual me paso días enteros pensando, buscando e intentando conseguir plasmar las primeras palabras, vuelve cuando quieras que siempre te estaré esperando bajo el mismo lugar donde unos niños jugaron a ser palomas.
Fuente: Radio Amlo

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