jueves, 10 de diciembre de 2015

Reordenar mercado agroalimentario y el poder de las multinacionales.

POSICIONAMIENTO DEL BARZÓN
Por Alfonso Ramírez Cuellar*I. 
La investigación de Flor Alejandra Bautista, Irma Cecilia Díaz y Miriam Lastiri viene a contribuir y a fortalecer los argumentos e iniciativas para reordenar el mercado agroalimentario de nuestro país. 

El enorme poder que han alcanzado las empresas multinacionales en la producción y distribución de insumos, en la producción de granos, leche, carne, huevo, y en el acopio y comercialización y las ventas al menudeo, proyecta y actualiza un nuevo punto de debate nacional: Es el que se refiere al abuso de los grandes conglomerados agroalimentarios en el precio y calidad de los productos, en el flagelo del hambre, la desnutrición y los grandes problemas de salud pública. 

Nuestra meta es poner orden en un mercado donde priva la fuerza y el abuso del más grande y en donde las instituciones del estado y los mecanismos de la regulación han dejado un enorme vacío que es ocupado por la colusión sistemática de los pocos agentes económicos dominantes para fijar los precios al productor y al consumidor. Un mercado sujeto a precios de monopolio y sustentado en márgenes de intermediación insostenibles que oscilan entre el 70 y el 90% y en donde las familias más pobres y de clase media dedican más del 50% de su ingreso en la compra de comida.
II

El mercado agroalimentario mexicano tiene un valor superior a los 715 mil millones de pesos como valor de la producción de alimentos. Pero también la industria alimentaria participa con más de 300 mil millones de pesos. Es un mercado que tiene un valor anual de más de un billón de pesos. Un valor muy por encima de los 380 mil millones de pesos de telefonía fija y móvil o de los 40 mil millones de pesos anuales que representa el negocio de la publicidad en la televisión mexicana.

Es un mercado integrado por más de cuatro millones de unidades de producción y por 119 millones de consumidores y con cerca de 8 millones de trabajadores que laboran en la producción y procesamiento de los alimentos. El grave problema es que más de 3.5 millones de las unidades de producción sólo tienen ingresos anuales de 17 mil pesos en promedio. Otras 442 mil tienen como ingreso 75 mil pesos al año. Las 528 mil alcanzan 152 mil pesos anuales. Otras 448 mil reciben 562 mil pesos en promedio por año y sólo 18 mil representan grupos empresariales con mayor dinamismo en sus ingresos económicos. Hay un gran dominio de empresas trasnacionales en los mercados de alimentos procesados y de gran consumo por parte de la población nacional.

Es un mercado que vende al exterior 22, 805 millones de dólares y que compra de otros países 27, 774 millones de dólares. Tenemos un déficit de más de 5000 millones de dólares de los cuales 2, 653 millones corresponden a alimentos procesados o agroindustriales y 2, 317 se refieren a productos agropecuarios.

Es un mercado con un reducido nivel de productividad por persona. Es un mercado caracterizado por un escaso nivel de innovación y desarrollo tecnológico y por la presencia de pocos compradores de cosechas y de pocos participantes en los eslabones de acopio, comercialización y ventas al menudeo. La fuerte presencia del oligopsonio y del oligopolio es la principal característica de dicho mercado.

III
Luego de mucho esfuerzo de nuestras organizaciones, la COFECE inició la evaluación sobre los niveles de competencia en el mercado agroalimentario. Las conclusiones debieron de presentarse en el pasado mes de agosto. La investigación aún no concluye. Pero sus resultados tendrán que ayudar a cambiar muchas de las políticas y programas gubernamentales. Pero sobre todo a establecer nuevas regulaciones y emprender la aplicación de sanciones. 

El mercado agroalimentario ha sido sistemáticamente olvidado de la aplicación de multas, penas de prisión y medidas de desconcentración a pesar de que los principales agentes económicos han convertido a la colusión, las exclusividades, las ventas atadas, la fijación de precios, el ocultamiento de productos, la segmentación de mercados y la especulación y las ganancias desproporcionadas, en comportamientos reiterados y permanentes.

En el país ya tenemos nuevos instrumentos para combatir el poder de los monopolios. Las actuales definiciones de barreras a la competencia y a la libre competencia para dificultar o anular, o también distorsionar, ya sea por las características estructurales del mercado o por disposiciones jurídicas o de políticas públicas, la entrada de nuevos competidores, o los nuevos conceptos de insumos esenciales, la exigencia de des- inversión no como sanción de las prácticas monopólicas, sino por el hecho mismo del daño a partir de la concentración o control de mercados y la necesidad de nuevos participantes, así como los nuevos mecanismos de denuncia que se pueden ejercer en forma individual y colectiva para la reparación de daños, nos ayudan a establecer medidas para garantizar mayores niveles de crecimiento en la producción y el consumo de alimentos y mejores niveles de bienestar para los consumidores.

IV

La situación es verdaderamente dramática en lo que se refiere a los principales insumos para la producción alimentaria. Monsanto, Pionner, Syngenta y Limagrain, tienen el control del 94% de la venta de la semilla. En fertilizantes un mercado de más de 1500 millones de dólares al año lo tienen concentrado cinco firmas a través de Isasosa, Proferno, Disagro, Pacifex, Omagro y Fertiquim. Lo mismo ocurre con los agroquímicos y plaguicidas a través de Bayer de México, Cheminova, Agromex, Arysta, Dupont. Desde el inicio de la producción, los agricultores enfrentan la exclusividad, la fijación de precios, la falta de competencia y el encarecimiento de los costos de producción, así como la existencia de grandes extensiones de tierra sin semillas mejoradas y sin fertilización.

Podría decirse que hay una “democratización” en la producción de alimentos a partir de la existencia de millones de productores en el país que pudieran actuar con absoluta libertad. Pero la modalidad de la agricultura por contrato está llevando muchos procesos productivos a partir de nuevas concentraciones que permite segmentar mercados, imponer exclusividades en la compra de insumos y financiamientos, establecer las ventas atadas de paquetes tecnológicos completos y de abusos mayores por la inexistencia de formalidades en el establecimiento de las contrataciones.

En el país, 2 millones de agricultores producen poco más de 20 millones de toneladas de maíz. De las 10 millones de ton. Que se utilizan para la producción de tortilla más del 70% está bajo el control de las dos grandes harineras con Maseca y Minsa y de una industria de la masa y la tortilla que opera en la arbitrariedad absoluta. Y el resto de la producción de maíz utilizada para el alimento de ganado y de aves, la industria de aceites y alimentos comestibles también encuentra altos niveles de concentración en el acopio con Cargill, Maseca, Bimbo y Provemex del grupo Tayson de México.

Una situación similar viven los 180 mil productores de frijol que producen poco más de 1 millón de toneladas y donde el 80% del acopio lo controlan seis empresas y sólo 10 grandes dominan la comercialización del 70% del producto. A partir de ello se fijan los precios y se logra obtener márgenes de intermediación cercanos al 90%. La concentración es mucho más fuerte en la producción de carne de pollo, dominado por tres grandes empresas encabezadas por Bachoco, Pilgrims Pride, Tyson con 1400millones de aves y el control absoluto del alimento balanceado y la venta final del producto. Son empresas que forman parte del oligopolio integrado por 7 grandes grupos que tienen el control de las 2326 millones de toneladas de huevo. Tanto en pollo como en huevo estamos ante la presencia de una estructura vertical, centralizada y donde prácticamente han desaparecido las pequeñas granjas familiares.

A pesar de existir 1.13 millones de unidades de producción ganadera, el 70% del mercado de la carne está concentrado en el grupo Vis. SuKarne, el Consorcio Internacional de Carnes (grupo ViBa), Procarnes procesadas, Empacadoras de Carnes Don Fileto, Carnes la Laguna, Pradera Huasteca, entre los más importantes. El Grado de concentración en el mercado de la leche y cuyo valor supera los 40 mil millones de pesos con 789 mil unidades de producción y donde el 55% del mercado lo controlan Lala y Alpura, seguidos por Nestlé, lechera Guadalajara y Grupo Zaragoza.

Los altos niveles de concentración se expresan con mayor fuerza en los alimentos procesados. En la comida para bebé, la empresa Nestlé controla el 60.50% del mercado. En los productos de panadería, las 2/3 partes son productores artesanales totalmente dispersos, en la producción industrial Bimbo tiene el mayor porcentaje del mercado. Los cereales para desayuno el 43% lo maneja Kellogg Co

La comida enlatada está en manos de Grupo Herdez, Pesados Industrializados, Conservas la Costeña, Marindustrias con poco menos del 50% del mercado. Los alimentos procesados refrigerados en manos de Sigma alimentos, Grupo Bafar, Xignux con el 70% del mercado. El Mercado chocolates, confituras de azúcar y goma de mascar es controlado por Cadbury, Bimbo, Nestlé, The Hershey Co con el 60% del mercado. El mercado de yogurt, el 85% del mercado en manos de Danone, Yakult, Lala, Nestlé.

El mercado de la cerveza controlado por grupo modelo y Heineken con el 98% del mercado. También en tequila, ron, brandy, coñac, whisky, ginebra y otros la concentración descansa en Groupe Pernod Ricard, Cuervo, Bacardy. El mercado de las sodas, de agua embotellada, bebidas deportivas y energéticas está en manos de Coca Cola, Pepsi; grupo Danone.
V

Nuestra propuesta fundamental está dirigida a la entrada del Estado Mexicano como un nuevo competidor en el mercado agroalimentario. Es el competidor en el acopio, en la comercialización y en las ventas al menudeo de maíz, frijol, leche, huevo y en la producción y comercialización de semillas y fertilizantes. El paso inmediato es la fusión de Diconsa-Liconsa y la reconstrucción del sistema de almacenamiento público y la operación como almacenes generales de depósito y el otorgamiento de créditos a la comercialización sobre la garantía de las cosechas. El siguiente paso es la formación de las empresas productoras de semillas y fertilizantes cuya base está en la reconstrucción de la empresa nitrogenados y en la consolidación de un nuevo sistema de investigación y producción de semillas mejoradas en el país.

A partir de la investigación promovida por Oxfam y el Barzón y por muchas otras reflexiones e iniciativas que documentan la creciente desigualdad social que vive nuestro país se consolida el esfuerzo por construir un nuevo espacio de coordinación entre muchas organizaciones de productores, de grupos de consumidores, instituciones académicas, nutriólogos, institutos de salud pública, especialistas y legisladores para construir un orden distinto en el mercado agroalimentario de nuestro país.

Ese es el propósito de del trabajo que hoy presentamos ante la opinión pública. 
*Dirigente nacional del Barzón. 

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