Blogpost por Edith Martínez
Después de las cenas navideñas y la deliciosa rosca de Reyes, ahora sí es momento de arrancar con uno de los propósitos más complicados –y comunes- de todos los años: cambiar nuestra forma de comer.
El principal motivo –me atrevo a decirlo- es volver a entrar en esos pantalones que tanto nos gustan; así que el cereal de fibra, el pan integral, las bebidas light empezarán a llenar nuestra alacena porque creemos que son más sanos.
Lo cierto es que muchos de estos productos no son sinceros con nosotros, sus consumidores; no nos dicen cómo y de qué están hechos, negándonos el derecho de saber qué estamos comiendo y tener la certeza de que lo que llevamos a nuestra boca es realmente saludable no solo para nuestro cuerpo, también para el planeta.
Comer sano va más allá de solo contar las calorías que consumimos. En México, la mayoría de nuestros alimentos se producen con base en la agricultura industrial, que utiliza fertilizantes y plaguicidas químicos que contaminan el agua y la tierra además de enfermar a las personas.
Esa forma de producción es alimentada por grandes empresas como Bimbo, Hérdez, Bachoco, Maseca y La Costeña quienes consumen la materia prima que se cultiva en el campo: maíz, chile, jitomate, entre otros, y que después de ser procesados llegan a nuestra mesa en forma, por ejemplo, del pan con “menos grasa” para cuidar la línea.
Si nosotros de verdad queremos cambiar nuestros hábitos alimenticios y consumir comida sana, necesitamos que las empresas cambien la forma en la que producen nuestros alimentos y opten por una agricultura libre de agroquímicos y transgénicos para sus productos: una agricultura ecológica.
La agroecología es la opción más viable para tener comida sana en nuestra mesa y una tierra sana para producirla. Los beneficios son muchos: alimentos sin químicos que se acumulan en nuestro cuerpo, siendo factores de riesgo para desarrollar enfermedades, promoción del comercio justo para los productores locales y lo más importante, la posibilidad de elegir qué comer.
Cada vez somos más las personas que queremos comida sana y nos hemos unido para pedirle a las empresas de alimentos que transiten hacia la agricultura ecológica, pero aún falta mucho por hacer y tú puedes ayudar para cumplir este gran propósito en el 2016:
Súmate a las miles de personas que ya exigimos Comida Sana y pídele a las empresas que se comprometan AQUÍ
De esta forma, el propósito de alimentarnos mejor será una realidad.

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