miércoles, 25 de mayo de 2016

Las ventajas de estar en "El Reto"

Ha pasado ya una semana desde que me uní a El Reto de Greenpeace para cambiar mis hábitos al comer y sí, como lo dice el nombre de esta prueba se trata de un Reto enfrentarse a las muchas tentaciones que hay en el camino, el pan dulce, por ejemplo. ¡Pero resistí!

En los últimos días hice un viaje de trabajo a Chiapas, donde algunos de mis compañeros me invitaban a “romper la dieta”, pero aguanté porque estoy convencida de seguir con este desafío hasta el final, aunque me lancen miradas de escrutinio por ser la “delicada” que no come carne y solo pide ensaladas, huevos, verduras y frijoles; aunque se sorprenderían de las delicias que resultan de esas combinaciones.

En estos últimos días ha sido una odisea estar en El Reto: a cada lugar al que íbamos era yo la que tenía que cambiar el menú que ya tenían armado, creo que varios meseros me odiaron por eso ¡Jajaja! 

Lo cierto es que siempre se puede encontrar algo sano que comer.

De los primeros cambios que he notado es que mi cuerpo está más liviano y que al terminar de comer no siento el famoso "mal del puerco" que muchas veces llegue a tener y odiaba tanto. Al comer más saludable, mi cuerpo ya no necesitaba más energía para digerir los alimentos tan pesados que consumía antes de este Reto como los lácteos.

En estos pocos días también he visto cómo mi abdomen no está tan inflamado como antes y que mi energía ha aumentado. Ahora, hay días en los que son las 10 de la noche y tengo pila para seguir estudiando o realizando alguna otra actividad, cosa que antes no era muy notoria, daba la misma hora y moría de sueño.

En realidad, estos pequeños pero abismales cambios, son razón suficiente para seguir. Los invitó a apoyarme en esta travesía siendo parte del #TeamFati.
Fuente: Greenpeace

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