viernes, 24 de junio de 2016

Piden a Bimbo compromiso por los derechos humanos

Escudándose en una legislación ineficaz y desactualizada, las prácticas corporativas de Grupo Bimbo a lo largo de su cadena de valor, dificultan el ejercicio de derechos humanos en México así como la alimentación adecuada, la salud, el acceso a la información, a un medio ambiente sano y el derecho al trabajo conforme a la dignidad humana (1).

A pesar de que dentro de los compromisos de Grupo Bimbo está la preocupación por la salud de las personas, por la cual, dice “trabajar bajo las directrices nacionales e internacionales fijadas por instituciones como la Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la Salud para la formulación de todos sus productos” (2), deja de lado el respeto a los Códigos de la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y de la Agricultura (FAO) que establecen: la eliminación gradual y sustitución de plaguicidas tóxicos y la preocupación sobre los efectos a la salud, pues existen informes de altas incidencias de contaminación y envenenamiento de usuarios de plaguicidas, de trabajadores agrícolas y comunidades aledañas; así como efectos al medio ambiente sobre todo por contaminación de agua, suelo y demás recursos naturales, flora y fauna (3). 

Según los Principios Rectores sobre las Empresas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas (2011) se consigna que: Las empresas deben respetar los derechos humanos. Eso significa que deben abstenerse de infringir los derechos humanos de terceros y hacer frente a las consecuencias negativas sobre los derechos humanos en las que tengan alguna participación.

Sin embargo, el modelo agroindustrial del que se abastece y que hace uso indiscriminado de plaguicidas que han sido prohibidos en otros países (4), además de fertilizantes altamente tóxicos, ponen en riesgo la biodiversidad, contaminan recursos naturales como el agua y la tierra, y ponen en riesgo la salud de las y los campesinos, así como el bienestar y el derecho a un trabajo conforme a la dignidad humana de las personas que aplican estas sustancias. La falta de transparencia en sus procesos de producción también amenaza el acceso a la información de sus millones de consumidores y a una alimentación adecuada.

El uso de estos plaguicidas genera afectaciones a la salud como son alteraciones endócrinas, disrupciones hormonales, aparición de cáncer e incluso se ha encontrado en leche materna de mujeres que habitan cerca de los campos de cultivo.

Es por ello que, Greenpeace hace un llamado a Grupo Bimbo, la principal panificadora en el mundo, a transitar hacia un modelo de agricultura ecológica para promover los derechos humanos de miles de personas que se ven vulnerados con las prácticas del actual modelo agroindustrial del que se abastece. 

Esta empresa ha mostrado una contradicción en su discurso como empresa socialmente responsable y las prácticas que incentiva a lo largo de su cadena de valor. De acuerdo con un comunicado del pasado 5 de junio -en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente-, la panificadora afirma que “[…] los efectos negativos (o potencialmente negativos) en el medio ambiente deben reducirse lo más posible en la operación, al mismo tiempo resguardando la seguridad y la salud de la población”; y se deslinda de su responsabilidad al afirmar que actúa conforme a la legislación desactualizada e ineficaz en el país (4): la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no ha actualizado el catálogo oficial de plaguicidas en más de una década. Lo cual permite que 30 sustancias que han sido prohibidas en otros países se sigan usando indiscriminadamente en México.

Greenpeace afirma que si bien es responsabilidad del Gobierno mexicano garantizar el libre ejercicio de los derechos humanos, una empresa de la talla de Bimbo que se abastece del modelo agroindustrial para llegar al 99% de los hogares en el país, tiene la capacidad de hacer una diferencia para garantizar dichos derechos, a través de un compromiso real con la gente y el medio ambiente, al transitar hacia un modelo de producción más justo y sano.

La organización destaca los beneficios de la agricultura ecológica, que permite medios de vida justos y dignos para las personas mediante el respeto a la soberanía alimentaria, así como la protección de la biodiversidad y la salud de las personas, haciendo de este modelo una solución real para el ejercicio pleno de los derechos humanos.

Fuentes:

1. Declaración Universal de Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

2. http://www.grupobimbo.com/es/por-un- mundo-mejor/salud.html 3. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Directrices para el desarrollo de políticas de manejo de plagas y plaguicidas, versión en español. Consultado en internet el 13 de abril del 2016.

http://www.fao.org/fileadmin/templates/agphome/documents/Pests_Pesticides/Code/Spanish_Policy10.pdf

4. Comunicado de prensa. Grupo Bimbo. Disponible en: http://www.grupobimbo.com/es/sala-de-prensa/comunicados-de- prensa/2016/junio/grupo-bimbo- reafirma-su- compromiso-con- el-medio-ambiente.html

Fuente: Greenpeace

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