CDMX.- Decir que ganamos es muy pretencioso, decir que somos primera fuerza en la Ciudad, también lo es. El análisis coyuntural incluye la compra del voto y la movilización de la estructura de los partidos en la Ciudad, pero no es suficiente. Decir que perdió el país no es porque perdió morena, es resultado de que se afianza el acuerdo político sobre la decisión de las mayorías.
En esta elección solo se movió el “músculo” de los partidos, y la cifra de abstención es la muestra: no se llegó a la mayoría de los electores. En ese sentido, hay que replantear el modelo de comunicación política de morena, la imagen de AMLO no fue suficiente para llamar al voto. Seguir alimentando su imagen pensando que el 2018 será la salvación, es un peligro para el futuro del partido, a estas alturas no podemos pensar en la inmediatez, sin una prospectiva que permita tener escenarios sin él.
El trabajo casa por casa movilizó al voto duro de morena, acudimos con nuestros afiliados y simpatizantes, pero aún hay 70 por ciento de votantes que no acudieron y eso, como desde 2006, debe ser foco de análisis con todos los datos en la mesa, datos con los cuales sólo cuentan las dirigencias de las delegaciones y el Estatal, por lo que es indispensable un informe detallado de las fallas, no de las “victorias”.
¿Qué está en peligro la Ciudad? No lo considero así, la gente vota más izquierda aun cuando esa “izquierda” se vista de amarillo, pero se venda a la derecha.
Escuche de muchos compañeros del partido, líderez y representantes, que la elección iba a ser complicada, de hecho, desde la aprobación de la “Reforma Política” de la Ciudad, se tenía conocimiento de que era un dardo legislativo contra el crecimiento de morena para el 2018. Lo terrible es que no se diseñó una estrategia completa que desarrollará el potencial electoral del 2015 y permitiera comunicar los riesgos de esta modificación a la Constitución.
La mayor estrategia de cohesión y de comunicación política la realiza Ricardo Monreal junto con los delegados, pero no es suficiente ni incluyente porque falta una integración de la estructura del partido y los legisladores, pero como ya se sienten los aires del 2018, la perspectiva no da para sumar todo el potencial de morena rumbo a esa elección y eso es un punto que se deberá superar si queremos recuperar al país.
El riesgo principal, que se nota ya en el ambiente, es sentirse candidato sin permitir el crecimiento del partido, porque seguimos la inercia de las cuotas regionales y sus respectivos liderazgos, pero el desarrollo pleno y comprometido de militancia no se ve por ningún lado.
Desde hoy, sin la organización necesaria y un modelo de comunicación política cohesionado impulsado por la estructura del partido, las demarcaciones donde somos gobierno, nuestros legisladores y las bases del partido, poco podremos hacer para impactar a ese 70% del electorado que no salió a votar.
Pero para ello se requiere no solo voluntad política, sino una perspectiva de miras que no se sostenga de decisiones basados en análisis coyunturales, sino en análisis de escenarios a largo plazo.
Por lo demás, decir que el PAN y PRD le ganaron al PRI son espejitos, gobernaran los mismos intereses y las mismas familias. Es terrible, pero en esta elección volvimos a perder las mayorías, volvió a perder el país.
Hay camino.
El nivel de votación alcanzado en el país y el acuerdo logrado con los maestros, son la base para organizar una gran alianza. Los votos logrados en Veracruz son un gran logro, así como los de Zacatecas y Oaxaca. El acuerdo magisterial es un paso importante para unir a morena con las causas justas y modificar ese gen partidista electorero, encausar la protesta social a las curules y los cargos de elección popular, y viceversa. La ecuación debe guiarse en ese sentido: partido-movimiento. Apostarle todo a ello e incluso, como en el caso de los constituyentes, dar paso a los ciudadanos sin partido pero con trayectorias intachables. No es un análisis que requiera mucho esfuerzo, pues esa discusión se dio desde que decidimos ser partido.
Morena tuvo un logro importante pero no debe ser calificado de triunfalista aunque tampoco, se pueden negar lo que se obtuvo, pero tenemos que dar un gran paso: organizar la esperanza.
Fuente Radio AMLO
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