jueves, 14 de julio de 2016

(MOVIMIENTO RUMBO AL 2018: M-18) vs “la rapiña del poder”

ENVIADO A VAXTUXPAN
A lo largo de su historia, El Barzón ha levantado, acompañado y encabezado diversos movimientos sociales y campesinos. Durante los últimos 25 años, ha sido partícipe de las principales coyunturas nacionales: el apoyo a los ciudadanos en cartera vencida; la denuncia contra el Fobaproa; el acompañamiento social al movimiento zapatista; el Campo no Aguanta más, Sin Maíz no hay País y las sucesivas movilizaciones sociales que a lo largo de estos años han resistido defendiendo sus derechos, su patrimonio y sus condiciones de vida, afectados por las políticas públicas, los megaproyectos y la terrible violencia que azota del Pacífico al Golfo de México y de norte a sur, donde se manifestó con especial crudeza en Ayotzinapa. Especial mención merece la defensa de los consumidores y la lucha que ha llevado a cabo El Barzón contra los monopolios, que además de evadir impuestos, controlan mercados, se apropian de la mayor parte del valor agregado de las cadenas productivas y presionan al poder público para obtener mayores ventajas

Por esas razones, El Barzón es una organización que goza de un reconocimiento nacional e internacional y se puede decir que tiene un carácter decisivo en la vida del país. Ahora nos encontramos ante la necesidad de aprovechar esa experiencia para contribuir, en un gran movimiento social, a recuperar pacíficamente el futuro que se pretende arrebatar a los mexicanos.

Hoy, nuevamente nuestra organización entra en una etapa de discusión, la cual versa sobre la propuesta de promover, forjar y acompañar un movimiento nacional a favor de un Cambio de Gobierno en el 2018 (M-18). El objetivo principal es frenar el proceso de descomposición, en el que gobiernos corruptos, de rapiña, sin disposición para defender el interés nacional y apoyados en una cuestionable legitimidad, han entregado el patrimonio que es de todos, para el beneficio de unos cuantos

En las últimas décadas, ese grupo de rapiña que ha gobernado al país, ha intensificado, encubierto en una cuestionable legalidad, el robo y despojo de los derechos, recursos y territorios de los mexicanos, con lo que alimentan las excesivas ganancias de “las pocas manos” que pretenden controlar totalmente el futuro de la patria.

La situación de corrupción con el gobierno actual ha alcanzado niveles inimaginables, porque los márgenes de beneficio se han limitado y porque actúan con un gran cinismo, al tiempo que la sociedad está más atenta de los actos de corrupción y/o represión. Este grupo gubernamental, guiado por funcionarios preparados en el exterior y en escuelas al servicio del sector privado, los nuevos científicos del porfirismo, ha consentido la apropiación corrupta de recursos públicos; el uso privado del ahorro de los trabajadores; la elusión o evasión de las obligaciones fiscales por parte de las grandes empresas; el crecimiento de la deuda y, a la vez, la salida cada año hacia el exterior, de decenas de miles de millones de dólares.; el control oligopólico de mercados de bienes y servicios, incluso de alimentos básicos; la importación discrecional de bienes que desplazan a los productores nacionales del mercado y de su patrimonio; el incumplimiento de las normas laborales y ambientales y el aprovechamiento abusivo de tierras ejidales y comunales. Incluso, ese grupo favorece a grandes fondos de inversión y consorcios empresariales, con contratos y concesiones en las que entregan la explotación de los recursos nacionales y asociaciones en las que además comprometen recursos presupuestales o con proyectos, como las Zonas Económicas Especiales, en las que alcanzan el extremo de concesionar la administración de las obligaciones del Estado.

Es un grupo que guiado por los nuevos “científicos”, ha puesto a México entre los países con peor calificación en el entorno internacional, por la enorme corrupción que practica y propicia; por las violaciones a los derechos humanos y la violencia generalizada, que divide comunidades y municipios para despoblarlos o para “convencerlos” de que cedan el paso al “desarrollo”; por la inequidad social en la que una minoría concentra la riqueza y más de 50% de los mexicanos viven en condiciones de pobreza. Incluso lo ha llevado a perder posiciones en lo referente al tamaño de la economía, a las condiciones de salud, de educación y en general en los índices de desarrollo. En este contexto, las operaciones de los gobernadores de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, son sólo una expresión pequeña y grosera del “modus operandi” del gobierno federal: gobiernos ajenos a la sociedad, congresos sumisos, justicia manipulada, empresas fantasma, empresas beneficiarias, modificaciones de los contratos, desprecios por los derechos de los trabajadores y de los poseedores de la tierra, violencia para expulsar a quienes estorban sus negocios y represión de los opositores.

En años de bonanza petrolera, o en el momento actual de bajos precios del crudo, los gestores del grupo gobernante, como modernos “científicos” del porfirismo, siempre han sido especialmente eficientes y eficaces para “ahorrar” o malgastar los recursos disponibles, impidiendo la inversión pública productiva y erosionando los cimientos de la estructura social y productiva del país, poniéndolo en condiciones de gran vulnerabilidad. Y todo, porque su mayor interés ha estado puesto en su decisión de beneficiar impunemente a unas cuantas grandes empresas.

Ese fue el propósito de no invertir en su momento los excedentes del petróleo, pero lo derrocharon con gran irresponsabilidad, impidieron el fortalecimiento del país y lo dejaron en la debilidad actual. Ahora, el objetivo de beneficiar a unos cuanto es lo que explica las contrarreformas educativa, laboral, de telecomunicaciones, y energética y se advierte el riesgo de que quieran imponer algo semejante en materia de salud y con el agua. Era lo que faltaba para terminar la redistribución. Y todo para crear las condiciones, las garantías y el campo atractivo para las grandes corporaciones, para que sigan explotando los recursos nacionales.

No está de más señalar que en sus esfuerzos, se apoyan en campañas mediáticas, en medios de comunicación controlados que sólo enajenan las conciencias de los mexicanos. Eso, y el abuso de recursos públicos, permite que el gobierno, que genera pobreza e impide el fortalecimiento del mercado, esté en condiciones de explotar las necesidades repartiendo despensas para promover el voto a favor de sus partidos.

Todo lo anterior continúa lacerando la dignidad nacional y por eso hoy amplios sectores sociales manifiestan su rechazo a la actual situación. Lo más grave es que no existe en el grupo gobernante la menor intención de corregir el rumbo. Al contrario, todo indica que prefieren atender a su ambición, antes que buscar soluciones colectivas, que a pesar de que se advierte el entorno se complicará, agravando aún más las condiciones de vida de la población.

Por eso, consideramos que es necesario decir basta. Ese proceso de descomposición de apariencia institucional, en gran y pequeña escala, no puede continuar.

Por eso hoy expresamos toda nuestra solidaridad con los maestros que con movilizaciones luchan contra la reforma educativa, que sólo busca eliminar derechos de los maestros y promover una educación utilitaria, no formativa;

También expresamos nuestro apoyo a los profesionales de la salud, médicos y enfermeras, que enfrentan el riesgo de que ese sector se entregue a inversionistas con propósitos lucrativos.

En el campo apoyamos a las comunidades que se movilizan contra los caciques y los megaproyectos que quieren destruir su patrimonio; contra quienes promueven los transgénicos como instrumento para apropiarse los recursos del campo, aunque pongan en riesgo a los consumidores.

En la ciudad, estamos atentos en contra de los riesgos de nuevos incrementos a la cartera vencida, ante el encarecimiento del dinero, la falta de seguridad laboral por la precariedad propiciada por el outsourcing y la falta de empleo, agravado por los ajustes presupuestales. Asimismo, rechazamos cualquier intento de concesionar la administración del agua.

Consideramos que para el año 2018 se vislumbra una gran oportunidad para lograr la transición política para gobernar de manera alternativa, a la ya conocida receta neoliberal, que día a día se confirma como fracasada. Ante este reto de importancia mayúscula para nuestra nación y nuestra gente, consideramos imprescindible que nuestra organización se preparare de manera seria, comprometida y consciente, para emprender una etapa de reestructuración política nacional para construir un gran movimiento comprometido con la recuperación del futuro de los mexicanos, cuyo horizonte político sea el cambio de gobierno en el 2018.

Dicho Movimiento al 2018 (M-18), deberá reunir a organizaciones y movimientos sociales, así como personas en lo individual, cuyo objetivo principal sea la transición democrática del gobierno de la República en el 2018. No se pretende tener filiación partidista en particular, sino tener la claridad necesaria para distinguir la necesidad de un cambio en la forma de conducción política y económica que México necesita. Esta ineludible coyuntura que debemos afrontar con responsabilidad, nos obliga necesariamente a reagrupar y dirigir la fuerza social y política de nuestra organización, la cual debe darse con una orientación de izquierda y alternativa en el ejercicio de conducción política, que no se ha logrado y cuyos intentos se remiten a casi treinta años.

Los ejes principales que proponemos en esta lucha, son los siguientes:

* Abatimiento de la Corrupción

* Combate a la Pobreza y desigualdad en el ingreso

* Fin de las Violaciones a los Derechos Humanos

* Contra los monopolios y a favor de los consumidores

* En Defensa de la economía campesina y de las luchas por el territorio

El propósito es que, al cabo de 50 días, estemos en posibilidades de ofrecer propuestas que permitan con otras organizaciones con las que haya coincidencia, convencer a la mayoría de los mexicanos de la necesidad y la posibilidad real de construir una alternativa que impida que nuestro país, el entorno en que se desarrollarán las futuras generaciones, sea destruido por la ambición y la irresponsabilidad de unos cuantos.

No podemos permitir que esa situación propiciada por la rapiña siga avanzando y consideramos que la alternativa está en el cambio de gobierno, y en el trabajo de millones de mexicanos y cientos de organizaciones que queremos cambiar para fortalecer y mejorar a nuestro país en todos los aspectos: el respeto irrestricto de los derechos humanos, la democracia política, el desarrollo económico sostenible y sustentable, la equidad social, la recreación cultural, la justicia y la paz.

Comisión Política de El Barzón ANACC

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