domingo, 14 de agosto de 2016

GRACIAS, DR. RAFAEL VELASCO FERNANDEZ (1927-2016)

POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA
Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo. 
Era el inicio del año 1972, estudiaba la carrera de Psicología en la Universidad Veracruzana, ubicada en esos años en la Calle de Juárez no. 81 de la zona centro de la ciudad de Xalapa. Su servidora estudiaba el 3er semestre en el turno vespertino, estudios que combinaba con mi trabajo matutino en la Oficina Federal de Hacienda.

En aquellos años, para los que apenas nos adentrábamos al estudio de la psicología, recibimos con gran beneplácito--al inicio del semestre-- la noticia de que tendríamos como maestro en la materia de Psicopatología, a --nada menos--que al Doctor Rafael Velasco Fernández, hombre que era ya un personaje reconocido a nivel local y nacional en el área de salud mental y en el momento, Rector de la Universidad Veracruzana.

Desde luego, a quienes seríamos sus alumnos, nos brincaba la pregunta: ¿Cómo un hombre tan importante profesionalmente y además Rector de la UV, podría aceptar ir a “perder su tiempo” con jóvenes inquietos, que cursaban los niveles iniciales de la carrera, teniendo cosas más importantes qué hacer en la rectoría?, pues la respuesta al obtuvimos una vez iniciado el semestre.

El primer día de clases pudimos ver en él, muchas cualidades: un hombre cuya personalidad imponía por sus vastos conocimientos en la materia, que proyectaba mucha seguridad en sí mismo, que era reconocido por los profesionales del área de ciencias de la salud y además, que poseía calidad y valores personales de primer nivel. El simple hecho de reducir su posición de Rector para convertirse en esas horas de clase, en el MAESTRO –así con mayúsculas-- interesado en compartir sus conocimientos, dándonos elementos para que fuéramos en el futuro conocedores de una materia elemental en nuestra formación, nos demostraba que poseía una gran humildad y calidad de persona.

Nuestras clases eran “conferencias magistrales”, en donde no sólo asistíamos los alumnos, sino que concurrían médicos especialistas, psiquiatras, egresados, etc. El aula resultaba insuficiente para albergar a tanta gente ahí congregada. Por eso para nosotros—sus alumnos, psicólogos en formación--, esto era motivo de orgullo. Aprender del Doctor Velasco y además aclarar dudas con él –con los argumentos absolutamente limitados que poseíamos en ese momento--, era un verdadero reto.

Un día recuerdo que salió de su clase y ya casi para abordar su automóvil, me llamó y me dijo: “Lladó, quiero que sus participaciones en clase sean más útiles, no me discutan cosas que no saben, estudien, estudien y estudien y pregunten primero , porque aún les falta mucho”. Entonces recuerdo que yo le conteste: “Doctor, es cierto a nuestro nivel no sabemos nada, pero díganos en donde nos adelantamos a revisar los temas y seguro que nuestros argumentos en clase serán mejores”. Y en ese momento me dio el nombre de un libro sobre Psicología Médica, para que ahí revisara las definiciones de los principales trastornos mentales. Desde luego, busqué el libro y logré de esa manera poder estar un poco más informada y, a partir de ahí sus clases fueron una delicia. Solo nos dio clases un semestre, pero fue más que suficiente para aprovechar la sapiencia del experto, habiendo sido—como dije antes—un privilegio de la vida haberle conocido como persona y como profesional de las ciencias de la salud.

Un año después, cuando ya ingresaba al 5º semestre de la carrera, tuve una maravillosa noticia que como alumna no lo podía creer, el Dr Rafael Velasco Fernández, me invitaba a trabajar a la rectoría de la UV en el naciente departamento de Personal, compartiendo la responsabilidad con la Lic. Rosario Huerta Lara que era nombrada en el momento como Jefa de esta dependencia y la propuesta a su servidora era, que fungiera como Subjefa, desarrollando funciones de selección y capacitación de recursos humanos. El Psicólogo Wilfredo Salas—gran amigo ya fallecido--, quien fungía en ese momento como Encargado de la Dirección de la Escuela de Psicología en esa fecha, me notificó esa intención, manteniéndolo en reserva hasta que estuvimos frente al Rector en sus oficinas quien me lo propuso directamente. Oportunidad que por supuesto no la deje pasar. A partir de ese momento ingresaba a una institución educativa de educación superior, a la que le aprendí mucho en la práctica profesional y dichos conocimientos fueron determinantes posteriormente cuando incursioné en la docencia universitaria, en el ejercicio libre de mi profesión y en la política.

Por eso siempre le tuve y le tendré gratitud a la persona del Dr. Velasco Fernández, porque como yo, fuimos muchos los que él ayudó a su paso por los diferentes cargos que ostentó en su vida académica, científica y en la administración pública.

Pero hablar del Doctor Rafael Velasco, ayer, hoy y siempre, es adentrarse a las aportaciones de un distinguido médico , especialista en los campos de la salud mental, la psiquiatría, la paido-psiquiatría y lo más valioso, la prevención en el consumo de drogas , especialmente en los niños y jóvenes. Como mencionara el Psiquiatra Jorge Sánchez-Mejorada, cuando hablaba de su persona1: “La visión integradora o integral de los fenómenos de la salud y de la enfermedad mental es, sin duda, una de sus aportaciones más significativas a la psiquiatría, aplicando el concepto a los problemas en los que ha profundizado a los largo de los años. Su trayectoria es una muestra clara de esa búsqueda de espacios y posiciones desde donde ha hecho posible la generación y difusión de conocimientos científicos en el campo de la salud mental y la psicopatología. Del mismo modo, esta diversidad de espacios y posiciones ha convertido a Rafael Velasco en conocedor profundo de las realidades y necesidades en el campo de la salud mental a nivel local, nacional e internacional”.

Y aquí me detengo para adentrarme a algunas facetas de su vida.

El Dr. Rafael Velasco Fernández, nació en Pánuco, Veracruz en 1927. Médico con especialidad en psiquiatría por la UNAM, con estudios de Filosofía en la UV. En el ámbito de la medicina fue Director General de Salud Mental de la SSA del gobierno federal. Se entregó durante toda su vida profesional al campo de la psiquiatría infantil y de la adolescencia. Fue Secretario General ejecutivo de la ANUIES, Subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica de la Secretaria de Educación Pública y Secretario de Salud del Gobierno del Estado. Fue fundador de la Clínica de la Conducta, que fue el antecedente para crear la Escuela de Psicología de la UV, fue Director de la Escuela de Pedagogía, Ciencias y Letras, Secretario Académico y Rector de la Universidad Veracruzana. Escribió innumerable libros y artículos enfocados principalmente a la psicopatología infanto-juvenil, las adicciones y la educación. En 2003, recibió el premio nacional de la ANUIES por su aportación a la educación superior nacional. Desde el año 2005, coordinaba el programa “Formación de Recursos Humanos en la Prevención del Consumo de Drogas” en la UV. En 2008, recibió el Premio Nacional de Medicina en el área de salud mental, entre cientos de reconocimientos. Obtuvo dos doctorados Honoris Causa, uno por la Universidad Veracruzana y otro por la Universidad de Quebec, Canadá.

Su labor como defensor férreo de la eliminación de las drogas en los niños y jóvenes hará que su figura trascienda, porque fueron muchos sus trabajos donde continuamente mencionaba el impacto del consumo de la mariguana sobre el desarrollo psicosocial y escolar de los adolescentes. Por décadas habló del tema, aventurando una hipótesis sobre el posible destino del movimiento “hippie”, que hubiera sido diferente para la humanidad, de no haberse implicado con el consumo de las drogas. Por ello esa hipótesis la defendió aun en sus últimos años, especialmente ante la amenaza de la legalización de la marihuana en nuestro país, con fines lúdicos y recreativos. La posición del Dr. Velasco siempre fue a favor de la salud física y mental de los individuos, es decir a favor de la vida, por lo tanto el siempre rechazó el uso indiscriminado de una droga de la que siempre afirmó causaba adicción y alentaba el uso de otras más peligrosas en los consumidores.

Su labor altruista quedará plasmada para siempre, pues fue fundador, junto con otros reconocidos profesionales, de la institución “Casa Nueva” en Xalapa, que hoy ofrece atención a personas con problemas de adicción y de otras desadaptaciones en la conducta, labor que ya no tendrá su presencia, pero que queda en manos de sus colaboradores que hoy tendrán que honrar esas enseñanzas, continuando con esa obra tan necesaria y de gran beneficio social.

Y son tantas las facetas de la vida del Dr. Rafael Velasco Fernández, que nos llevaría muchas páginas el poder describirlas. Sólo puedo decir, que lamentamos profundamente su partida y que con su fallecimiento se va un gran mexicano, huasteco-veracruzano a quien siempre le recordaremos como el gran maestro de muchas generaciones, al que le viviremos eternamente agradecidos, por lo mucho que nos dio. Gracias Dr. Velasco, por ser hombre de bien, padre ejemplar, maestro, filósofo, científico positivista, experto en psicología, psiquiatría y neurociencias, pero sobre todo por haber sido el hombre sencillo, que ni los grados ni los cargos, cambiaron esa gran calidad humana, que le caracterizó.

Por ello ofrezco mi más sentido pésame a sus hijos, hermanos y familiares, por esa irreparable pérdida y pedimos al creador lo tenga en un lugar especial en el universo. Descanse en Paz.

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