jueves, 15 de septiembre de 2016

Inaugurando el capítulo 2: "Asia Central"

Entre México y la República de Kirguistán hay 12,700 kilómetros, 11 zonas horarias, un océano, un mar, dos continentes y 22 horas de vuelo divididas en cuatro escalas. Por eso, cuando se aterriza en la capital del segundo país más grande de Asia Central, rodeado por China, Kazajistán, Uzbekistán y Tayikistán, surge la agradable idea de haber llegado casi exactamente al otro lado del mundo.

A partir de entonces se comparte el huso horario +6 con Sri Lanka, Bután y una sección del centro de Rusia. Esto significa que aquí los días terminan cuando los habitantes de las zonas horarias -6 y -7, a las que pertenece México, apenas han despertado. De ahí que algunos digan que esto es como “vivir en el futuro”.

Así que haciendo como que esto tiene sentido, diré que escribo los siguientes datos sobre el país en el que viviré durante los próximos doce meses, siendo las 23:55 horas del jueves 15 de septiembre.

República de Kirguistán: 
- 25 años de independencia obtenida en 1991 tras la desintegración de la Unión Soviética. 

- 90 por ciento del territorio se encuentra a más de 1,000 metros sobre el nivel del mar. 

- Ruso y kirguiz son los idiomas oficiales. 

- Un dólar estadounidense equivale a 68 soms kirguises. 

- De los 5.7 millones de habitantes: 75 por ciento profesa el Islam y 40 por ciento vive en pobreza.

Ya tocará contar sobre habitantes, estilos de vida, paisajes, corrupción policial, radicalización religiosa, manifestaciones que han tumbado presidentes y herencia soviética. Así que dense pronto una vuelta por El Barrio Antiguo.

Nota 1: Las colinas en el fondo de la foto forman parte del sistema montañoso Tian Shan que une Kirguistán, Kazajistán y China. Su pico más alto mide 7,439 metros.

Nota 2: A propósito de vivir con +11 horas de diferencia, los mexicanos en la zona ya “dimos el grito”.
Por Oziel Gómez Pérez

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