Por Ann Itta Trejo
Tuxpan, Ver.- De blanco y con globos, hombres, mujeres y niños marcharon entre porras y cantos a favor de la familia y la vida. Fue una manifestación convocada por el Frente Nacional por la Familia.
A las seis de la tarde, el contingente formado por lo menos de 600 personas con pancartas en manos, salieron del monumento de los Niños Héroes hacia la plaza cívica de la ciudad, donde hubo pronunciamiento del porque de esta marcha.
La movilización, se caracterizó por estar encabezada por líderes religiosos y personas que defienden a la familia como padre, madre e hijos; pronunciándose por el respeto a la familia natural y contra la iniciativa por reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo; sin dejar de enfatizar que el estado mexicano reconoce a la familia en todas las formas y manifestaciones así como el derecho de todas las personas al matrimonio sin discriminación alguna.
Durante el recorrido que hicieron por más de una hora, afirmaron que el tema de los derechos a educar a los hijos libremente por cada familia y el no a la imposición de la ideología de género en la educación de los niños.
Al final, dieron voz a los pronunciamientos de la marcha a favor de la familia, haciendo énfasis que la Familia es un bien para la sociedad; el respeto al derecho a educar a los hijos de manera autónoma; el derecho de los hijos que merecen recibir la educación en valores éticos, religiosos y culturales según la idiosincrasia; se le dé el justo valor al matrimonio entre un hombre y una mujer; no se violente identificar a los niños con la propuesta de ideología de género.
Al mismo tiempo, resaltaron su respeto a las personas por su dignidad y se pronunciaron en contra de la Discriminacion; la lucha por un país ordenado, donde viva la justicia y La Paz, sugiriendo que para modificar una ley se consulte a las bases que son el pueblo, donde realmente está el valor de la democracia.
Hicieron énfasis que están a favor de la vida, del matrimonio y la familia según el orden o la ley natural, buscando que las familias gocen de derechos que realmente lleve un crecimiento moral y ético de las personas que vivan en ellas, especialmente un desarrollo de las personas en la visión Integra, del ser humano, nacido para ser feliz y plenamente humano.
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