Blogpost por Juan Pablo Mayorga*
Habitat III es el nombre de la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, que en esta ocasión se desarrollará en Quito, Ecuador, entre el 17 y el 20 de octubre. Esta reunión es convocada por Naciones Unidas cada 20 años, y la edición en la capital ecuatoriana sigue a las de Vancouver 1976 y Estambul 1996.
La principal meta de estas cumbres es fortalecer el consenso global por un desarrollo sostenible de pueblos, ciudades y asentamientos humanos. Esto convierte a Habitat en el principal foro para que los países del mundo busquen acuerdos sobre el futuro de los espacios en los que vivimos el 54% de las personas del planeta.
En Habitat III se discutirán, prácticamente, todos los temas del desarrollo urbano sustentable, incluidos asuntos sociales, económicos y ambientales. Esto incluye puntos seguidos por Greenpeace como energías renovables, transporte, agua, contaminación, áreas verdes, manejo de desechos sólidos y mitigación y adaptación al cambio climático.
Para entender lo actual de estos temas, hay que traer a cuento preguntas de todos los días. ¿Por qué nuestro transporte público es tan malo?, ¿por qué no podemos respirar aire limpio?, ¿por qué los autos particulares tienen preferencia en el gasto público?, ¿por qué la vivienda se ha vuelto tan cara?, ¿por qué los parques son tan escasos?, ¿por qué las mujeres sufren acoso sexual en el transporte público?
La agenda urbana es tan profunda que incluye discusiones sobre el concepto de derecho a la ciudad, el combate de la desigualdad social y a la pobreza. Pero, a pesar de la ambiciosa agenda de Habitat III, que quedará condensada en la rimbombante Nueva Agenda Urbana —formalmente llamada la Declaración de Quito sobre Ciudades y Asentamientos Humanos Sustentables para Todos—, nadie espera acuerdos realmente sólidos.
Las negociaciones sostenidas hasta el momento dejan ver que el documento final de Habitat III no tendrá objetivos medibles ni plazos definidos para hacerlos realidad. Por lo tanto, no se espera que sea mucho más que un listado de buenas intenciones de los países firmantes.
¿Entonces mandamos al diablo a Habitat III? No ¡Todo lo contrario! Los vacíos de estas negociaciones nos exigen a organizaciones como Greenpeace, ciudadanos y pequeños actores a llenarlos, sumando voces, iniciativas y acciones en busca de soluciones.
Ante las limitaciones de Habitat III, son los pequeños actores los que están traduciendo los discursos en mejoras de verdad para la vida de la gente. Greenpeace apoya estos cambios surgidos del poder de la gente a través de su campaña Megaciudades, con especial énfasis en los retos ambientales, sociales y económicos de la urbanización.
Por esto, Greenpeace celebrará en Quito, en el marco de Habitat III, un evento alterno llamado El poder de la gente en las ciudades: Hallando formas de fortalecer movimientos urbanos (People power in cities: Finding ways to strengthen urban movements). Este encuentro busca un diálogo horizontal para compartir casos de éxito y posibles soluciones, insumos que no fluyen con facilidad desde la gente a las mesas de negociaciones de Naciones Unidas.
El debate por ciudades sustentables es urgente en México ante el deterioro de nuestras ciudades, en las que vivimos casi el 80% de los mexicanos. Lo que pase en Habitat III influirá discusiones nacionales como la Ley de Asentamientos Urbanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, actualmente analizada por el congreso federal, y la nueva constitución de la Ciudad de México, en la que Greenpeace México ha demandado que se contemple el derecho a áreas verdes, adecuadas, suficientes y accesibles.
Por esto síguenos en Habitat III y ¡reforcemos juntos el poder ciudadano en las ciudades!
*Juan Pablo Mayorga es oficial de prensa en Greenpeace México
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