ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Monreal volverá a vestir la camiseta que abandonó en el guardarropa su conciencia. El ex gobernador de Zacatecas, viene al encuentro de Eruviel Ávila en las oficinas del PRI capitalino, en medio de uno de los más sórdidos rincones de la Ciudad de México, en más de un sentido.
Cada uno de los dos personajes debe darle un giro de 180 grados a sus respectivas derrotas. En el caso de Eruviel Ávila, la victoria electoral del PRI no resulta clara para nadie, tampoco para la cúpula priista, los esfuerzos de la oposición por demostrar el fraude fueron inútiles ante la maquinaria pro-priista del INE. Eso nadie lo puede negar.
El hecho de que no se hayan castigado delitos electorales que se mostraron a plena luz del día habla mal de los delincuentes electorales asociados al PRI y de la autoridad electoral, también vinculada al PRI desde sus orígenes, tanto en lo individual en el caso de los consejeros, como del INE en lo general.
La elección del Estado de México este 4 de junio fue un cochinero, si hay un gobernador ilegítimo en el país ese es Alfredo del Mazo. Es por ello que Eruviel Ávila, uno de los responsables de esa derrota disfrazada de victoria, debe reivindicarse ante su partido sin importarle que baje de nivel dentro de la estructura del poder.
Con el simple hecho de acercar de nuevo a Ricardo Monreal al PRI se encamina hacia la reivindicación y el perdón.
Por su parte, el zacatecano, se encaminaría al seno materno político donde pudo llegar a tener, desde 1985, un cargo público, primero en el PRI, en cuyas filas se convirtió en Primer Regidor y Secretario del Ayuntamiento de Fresnillo; luego, diputado y después senador.
De ahí se pasó al PRD para competir por la gubernatura de Zacatecas, que no le quiso otorgar el tricolor, y de ahí ha militado en todos los partidos menos en el PAN.
Porque ha sido Coordinador del Grupo Parlamentario del PT en el Senado (2006-2012), Coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados (2012-2014) y Coordinador de la Agrupación Política Morena en el mismo recinto (2015). Luego sería delegado del Gobierno de la Ciudad de México en Cuauhtémoc, al considerar que ese era el puente para la candidatura a gobernar la ciudad de México, pero al no obtener el pase automático de la delegación a la gubernatura ahora quiere encontrarse a Eruviel para regresar al redil de los priístas a cambio de la candidatura que siempre soñó.
La falta de claridad en las elecciones del Estado de México obligan al PRI y a Eruviel Ávila a contar con una victoria electoral clara como antecedente que no manche la victoria electoral de la Presidencia de la República, donde seguramente también podrán hacer chanchullos con la complicidad de los consejeros del INE.
Si el PRI no cuenta con un triunfo claro y de amplia diferencia ante su competidor más próximo, la propia Presidencia de la República estaría en juego, o en el peor de los casos, carecería de credibilidad su presunta victoria.
De tal suerte que la presencia de Eruviel Ávila en el PRI de la Ciudad de México no es gratuita sino que obedece a darle claridad y brillo a la supuesta victoria electoral priista de la Presidencia de la República.
El antecedente electoral del Estado de México no le sirve al PRI para consolidar un triunfo en las urnas por la Presidencia de la República.
El PRI debe tener una victoria holgada aunque sea en una presidencia municipal, para justiciar el triunfo holgado en la Presidencia de la República y qué mejor que ese triunfo suceda en un bastión de la oposición como lo es la Ciudad de México. Pero la conciencia social es irreversible, de eso parecen no estar conscientes ni Monreal ni Ávila.
Ricardo Monreal puede volver a competir por el PRI en la capital, pero los capitalinos no pueden creer más en el PRI.
Hay decisiones sociales irreversibles, por mucho que haya una espectacular campaña de otras opciones partidistas.
La fachada del PRI en la capital del país tiene la descripción más aproximada a su realidad interior, es una especie de tiendita ambulante, que ocupa la recepción de sus oficinas. Afuera la prostitución trabaja las 24 horas, la ausencia de autoridades en los alrededores motiva a los asaltantes a hacer de las suyas impunemente. La presencia de pordioseros y malvivientes afean más aún un espacio céntrico que lo mismo tiene de vecino al PRI nacional que a la delegación Cuauhtémoc. La suciedad en las calles de los alrededores es un foco de infección pestilente, las personas que deben atender al público también despachan cigarros sueltos y mantienen una plática permanente con el lustrador de calzado de la entrada, etc.
Eruviel debe primero definir las actividades de quienes les abren las puertas del PRI de la capital a los candidatos, a los militantes, a los simpatizantes y a los nuevos votantes.
Después limpiar la casa y expulsar a muchos que no hicieron la tarea, aunque se queden sin nadie. Sólo así creerán, dentro y fuera del organismo, que quiere hacer algo diferente y, sobre todo, eficiente.
No es fácil ni rápida la tarea de Eruviel, más aun tomando en cuenta que tiene el tiempo encima. Es mucho trabajo para un solo hombre y poco tiempo para tan inmensa tarea, sobre todo cuando cuenta con un supuesto candidato que en lugar de arrasar en las elecciones podría mandar al tricolor al quinto lugar electoral en lugar del cuarto en el que ahora se encuentra.
Por su parte, Monreal deberá plegarse a la congruencia más que a la ambición y rechazar la seducción de un PRI agonizante que en lo único en que pudiera ayudarle el zacatecano es a bien morir. PEGA Y CORRE.- El diagnóstico que realizó el jurista Francisco Berlín sobre la salida de Javier Duarte, la llegada de Flavino Ríos, su suplente, y la cómplice pasividad de los legisladores locales, hace de la clase política veracruzana un solo grupo que se consolida como el puente hacia la impunidad y que cuenta con fuero para que nadie se quede sin gozar en libertad los millones de pesos que le robaron a los veracruzanos. Señala Berlín Valenzuela: “los legisladores que representan a más de siete millones de veracruzanos privilegian intereses particulares por encima de los principios que nos rigen”. Como decíamos en este espacio son cuatro legislaturas en Veracruz, que permitieron el saqueo del estado y no hay un solo funcionario público preso. Todos los cómplices de Fidel Herrera y de Javier Duarte tienen asegurado su sustento por varias generaciones, a cambio de la pobreza de los veracruzanos que están condenados a vivir en la miseria de por vida…
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