La escena veracruzana
Imagen: Archivo Vaxtuxpan
Los gobiernos de Peña Nieto y Yunes Linares están cada vez más dispuestos a convertir estas fechas conmemorativas de nuestros queridos muertos en una bizarra muestra de terror estilo Halloween. Si algo define a un gobierno fallido es su ardoroso compromiso con la negligencia, la torpeza y el abandono de sus responsabilidades en materia de seguridad pública y procuración de justicia.
La fallida estrategia iniciada por Felipe Calderón y continuada por Peña Nieto contra el crimen organizado ha provocado el crecimiento exponencial de ese lastre social más que aminorarlo. Echarle más leña al fuego no ha dado resultados. Pues lenguas de fuego no dejan de salir por todos los poros del país.
Veracruz es un caso doloroso y patético. Yunes, como Fox en su momento, cuando prometió resolver las demandas zapatistas en 15 minutos, se tomó sus 6 meses y las cosas van de mal en peor. Al terminar el plazo no ha devuelto la mínima disculpa a los electores que le creyeron. Pero además no parece estar muy preocupado de que las cifras del dolor, la impotencia y los daños a la sociedad se sigan multiplicando.
Ahora que tenemos a la mano los últimos datos de septiembre, echemos un vistazo a lo que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (http://secretariadoejecutivo.gob.mx/docs/pdfs/estadisticas%20del%20fuero%20comun/Cieisp2017_092017.pdf). De 142,656 delitos en enero de este año a nivel nacional, la cifra en septiembre subió a 150,992. Los 17,797 delitos de robo con violencia de principios de año, se convirtieron en 20,029 el mes pasado.
En cuanto a homicidios cometidos en el país, el promedio se ha mantenido en alrededor de 3,300 al mes, es decir, 110 al día. Pero los homicidios dolosos siguen incrementándose, en enero eran 1,928; en septiembre fueron 2,184. Los secuestros denunciados en el país han promediado los 96 al mes, en tanto que el delito de violación registró la cifra negra de 1,096 en promedio. Sin embargo, fatalmente, este último creció de 939 a 1,171.
En algunos casos la situación en Veracruz es más desastrosa. Si bien el total de delitos reportados en Veracruz han disminuido de 4,522 a 3,912, en marzo y junio tuvieron un repunte muy fuerte, 5029 y 4901 respectivamente. Además, algunos delitos siguen representando un porcentaje alto del total nacional. Por ejemplo, el robo con violencia a negocios, que significa 5.8% del país; el abigeato, el 12.5%; el robo en carreteras a autobuses y a vehículos particulares, 9.1 y 18.2% respectivamente. Por su lado, el delito de lesiones culposas con armas blancas es alto respecto al total nacional, 20%.
En Veracruz se cometen 7.1% del total de homicidios en el país. Y de éstos, los producidos por arma distinta al arma blanca o a la de fuego es muy alta, 11.5% de la tendencia nacional. También alta es la cifra de delitos de extorsión, que representa 9.7% del total. Los secuestros en nuestra entidad se han mantenido en un promedio de 14.8 secuestros mensuales, lo que significa 15.9% de todo el país, una cifra espeluznante para las familias veracruzanas.
En su pasado informe de labores legislativas, el diputado Amado Cruz Malpica, coordinador de la bancada morenista en el Congreso veracruzano, ofreció a su audiencia una cifra por demás significativa: en los diez primeros meses de los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte los eventos delictivos de alto impacto fueron de 2,404 y 6,587, respectivamente. En el mismo periodo de Yunes Linares la cifra es de 8,727, es decir, casi la suma de los dos anteriores gobernadores. Ningún caso es de alabarse. Pero el del gobierno yunista es doblemente funesto.
Lo dicho, necesitamos un cambio verdadero.
Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario