Adhesiones

La escena veracruzana

La fortaleza de López Obrador en el camino hacia la presidencia de la República se observa tanto en las encuestas que se han publicado como en la gran cantidad de adhesiones que ha logrado a la fecha. En sentido contrario, los desprendimientos y desafectos de sus contrincantes muestran sus debilidades de inicio y las que van en curso.

Tanto el PAN como el PRI sufrieron pérdidas al hacer sus designaciones. La de Ricardo Anaya conllevó el desprendimiento de Zavala y del grupo encabezado por Felipe Calderón, Ernesto Cordero y Roberto Gil Zuarth.

El enfrentamiento de Calderón con Anaya sigue, lo que continuará restándole adeptos a éste. Recién el expresidente culpó a Ricardo Anaya y los diputados del PAN de los gasolinazos que padecemos. Otro desprendimiento del PAN que le pesa a Anaya es el de Javier Lozano, el prototipo del político saltimbanqui, quien pasó a las filas de José Antonio Meade, convirtiéndose en su vocero. En este papel arremetió contra AMLO tratando de involucrarlo con supuestos apoyos de Moscú. Ya el “camarada” Andrei Manuelovich reviró con ironía y buen humor. Tal parece que ésta será la carrera presidencial más divertida que haya tenido AMLO de las tres que lleva, producto de los disparates y desaciertos de sus competidores.

Por el lado del PRI el parto para designar a José Antonio Meade fue difícil, a tal punto que el presidente tuvo que apaciguar al dolido Osorio Chong y liberar del encierro a Elba Esther Gordillo para conducirla a prisión domiciliaria. No obstante, en esa operación se dejaron cabos sueltos, como el PES que finalmente se unió al planteamiento de Andrés Manuel y sectores fuertes como el sindicato magisterial, que por todos lados chorrea fugas. El propio yerno de Elba Esther, Fernando González Sánchez, y su nieto, René Fujiwara Montelongo, además del ex dirigente del SNTE, Rafael Ochoa Guzmán declaran hoy su apoyo a Andrés Manuel.

La ventaja de MORENA ha sido la unidad interna en torno a AMLO y la estrategia de alianzas aprobada por su Congreso Nacional, del que se desprenden el Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México y la coalición electoral lograda con PT y PES bajo el nombre Juntos Haremos Historia. Las alianzas giran en torno al Proyecto Alternativo de Nación, del que MORENA no ha hecho concesión alguna.

El Acuerdo de Unidad logró en 2017 adhesiones en cascada de muchos grupos de ciudadanos provenientes de las 32 entidades federativas y de todos los sectores: empresariales, ambientalistas, sindicales, de profesionistas, así como líderes sociales y partidistas de diversos colores.

Ahora, en la definición aliancista con PT y PES se han sumado más expresiones políticas. En las últimas semanas han sido importantes las adhesiones del Movimiento Nacional de la Esperanza, corriente del PRD, lo que desfonda aún más a ese partido; las de Tatiana Clouthier, como coordinadora de campaña, y Gabriela Cuevas, como candidata de la Coalición, desprendimientos significativos ligados al PAN, que quiebran aún más las aspiraciones de Anaya. En este mismo camino se anuncia la adhesión de Manuel Espino y 400 organizaciones del llamado Movimiento Ruta 5, que seguramente se concretará en los primeros días de febrero. Y prepárense, ha dicho AMLO, porque vendrán más. Habrá que ver qué sucede ahora que Andrés Manuel recorra Chiapas, donde el crecimiento de MORENA ha dividido el acuerdo PRI-PVEM

La estrategia de MORENA ha logrado quebrar las estructuras de los contrincantes y adherir una gran cantidad de fuerza ciudadana en torno al proyecto alternativo de Nación. En esa estrategia han confluido figuras controvertidas. Unos se adhieren con toda conciencia para cambiar a fondo el futuro de nuestra patria, otros lo harán para ejercer el voto útil, unos más lo ven como la simple posibilidad de estar con el ganador. En cualquier caso, la suma lograda resta a los contrincantes y apoya la llegada al poder de un proyecto transformador y justo. Es el objetivo.

Marco Antonio Medina Pérez

marco.a.medinaperez@gmail.com