viernes, 6 de abril de 2018

Del despeñadero al salto al vacío

La escena veracruzana
La nota fundamental de la intercampaña fue la disputa por el segundo lugar, una especie de elección primaria para definir al candidato del PRIAN que se enfrentaría contra López Obrador, la cual fue fallida. Hoy es evidente el fracaso de la estrategia priista para desplazar a Anaya del segundo lugar, pero además, en esa disputa, el “ganón” fue AMLO: tanto Anaya como Meade bajaron en la preferencia del voto; de manera paralela se hundieron ambos aunque conservando sus lugares.

La mayoría de las encuestas levantadas en la segunda quincena de marzo sitúan a Andrés Manuel con una preferencia electoral por encima del 40 por ciento, con un promedio del 43%, en tanto que Anaya tiene el 27 y Meade 21% de promedio. (ver: Compilación de Encuestas Presidenciales Nacionales en https://www.facebook.com/moller.mercadotecnia/photos/pb.594357973924429.-2207520000.1522821514./2141997765827101/?type=3&theater). La diferencia entre el primero y segundo lugar es de 16 puntos porcentuales, mucho mayor al 10% en que se situaba antes del periodo intecampañas.

Consulta Mitofsky señala que el crecimiento de Andrés Manuel no sólo es en la preferencia electoral, sino en la expectativa de un potencial triunfo de López Obrador “ya que sube de 31% a 39% el porcentaje de mexicanos que así lo piensan” (http://consulta.mx/index.php/estudios-e-investigaciones/elecciones-mexico/item/1011-preferencias-intercampana-mx). Esto refuerza la opinión nuestra de que se va conformando una estrategia de “expectativas cumplidas” a favor de López Obrador.

Las encuestas también han dejado traslucir que el candidato de los jóvenes es AMLO, pese al esfuerzo de Anaya por presentarse como el de las ideas innovadoras. Andrés Manuel también sigue puntero en la buena opinión de la gente y en la medición de la confianza para sacar adelante al país.

AMLO se mantiene alejado de los dimes y diretes, pero marcando los temas de la agenda del cambio que propone. Anaya, en cambio, inicia campaña con nueva estrategia: ahora, asesorado por Jorge Castañeda, comparará a AMLO no con Chávez sino con Echeverría, comparación que ya fue calificada de ridícula por Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña de López Obrador. Por su lado, Meade ha disminuido la denuncia contra Anaya, al redituarle negativos también a él. En tanto, el gobierno federal arrecia la publicidad oficial tratando de mejorar su imagen y pensando apuntalar a su candidato, pues sabe que la posición tercerista de Meade se debe al lastre de la opinión negativa que se tiene de Peña Nieto.

Es inmejorable para la estrategia de López Obrador que los partidos del régimen estén divididos y no hayan resuelto quien lo enfrentará. Y que, como lo dijo Clouthier en debate con sus pares, se identifique al PRI y al PAN como los partidos que representan el pasado, pues ya han gobernado y son responsables de la tragedia económica, social y de inseguridad que se vive en México. Sin acuerdo entre ellos, lo que vivirán es un salto al vacío, después de haber participado del despeñadero. Enhorabuena para México. Lo dicho, necesitamos un cambio verdadero.

MIENTRAS TANTO, en la escena veracruzana se velan las armas para entrar en la contienda electoral definitiva a fines de abril. La inseguridad ya es asfixiante, lo que juega decididamente contra el candidato oficial, Yunes Márquez, que no podrá desmarcarse de su progenitor, pues aún lo lleva de vacaciones como buen muchacho a la playa de Chachalacas. En tanto que el otro, Yunes Zorrilla, tampoco podrá hacerlo de su amigo Meade, que lo arrastrará, como lo está haciendo, a un lugar tercerón. Se vislumbra pues, una primavera veracruzana con el Ing. Cuitláhuac García el frente, el único al que le fortalece la vinculación con su candidato presidencial.
Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com

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