jueves, 7 de febrero de 2019

El fantasma de la rebeldía recorre el país.




Sapos y Alacranes
Por Orlando Segura Hervert.
Hace un mes, los mexicanos celebramos el tradicional “Día de Reyes”. Festividad en la que “Los Reyes Magos” recuerdan el pasaje  del nacimiento del niño Dios, en Belén, en un pesebre, sin lugar a dudas, un escenario que se vive en las familias cristianas, esa fecha en México, se consume chocolate y rosca de reyes, es una actividad muy arraigada en la que cada quien corta un pedazo y si sale el niño, le toca poner los tamales en el “Día de la Candelaria”. Así reivindicamos la humildad
Un festín muy popular, todo muy bien, pero a la tienda de autoservicio y abarrotes “Su Bodega Aurrera” debido a la crisis económica, o a que la gente no se le antojo consumir rosca, o a que estaba muy cara,  se les quedó el producto en los anaqueles, aproximadamente 300 piezas, tal situación molestó al gerente y sopas, se espero a la quincena para descontarles a los trabajadores del área de panadería  de golpe y porrazo 500 pesos a cada empleado, con el pretexto de que no habían rendido los estándares de calidad en las ventas.
La inconformidad creció y algunos empleados lo hicieron efectivo, prefirieron renunciar a aceptar el trato injusto e indigno, ahí se dio la rebelión emergente.
Las arbitrariedades ya no se soportan, ese es el mensaje dado por los gobernados a partir del 01 de julio del año pasado, aunque en ocasiones pareciera ser que la sociedad camina a ciegas y en ese torbellino se lleva basura y a la propia mafia del poder.
En días recientes, el gobierno federal ordenó aumentar el salario en todo el país, pero en la frontera concretamente en Matamoros, los abogados de las empresas argumentaron mil argucias legales para excluir a los patrones del correspondiente pago, en ese sentido los sindicalistas contrataron los servicios de una abogada laborista de ciudad Juárez y...  48 maquiladoras pararon, se fueron a la huelga y no solo eso, los hechos trascendieron  a las tiendas de autoservicios.
No cabe duda, la palabra convence pero el ejemplo arrastra. Ya nadie se deja

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