martes, 30 de abril de 2019

México en Guardia

ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña

El presidente de la República apuesta la integridad de los mexicanos en la

Guardia Nacional, tras un proceso complejo para que surja como un detonante

en la tranquilidad de un país que se convulsiona a causa de la creciente

violencia.

Los obstáculos que colocaron en el proceso de la conformación de la Guardia

Nacional no fueron pocos. Su creación fue un camino difícil.

Los medios, por sí solos, escogieron el lugar donde debió iniciar sus

actividades. Porque habiendo estados y municipios más violentos, le dieron

mucha importancia a lo ocurrido en Minatitlán, en una fiesta donde murieron 13

personas.

La manera de actuar de la delincuencia que llevó a cabo este brutal crimen

tiene no sólo la consigna del exterminio sino la espectacularidad del terror. La

manera de operar con saña y mostrar el momento del asesinato a otros,

obligándolos a ver cómo los sacrificaban, nos habla de una intención que va

más allá de la venganza o el ajuste de cuentas.

El 26 de abril, la Guardia Nacional empezó operaciones de urgencia, sin que

todavía ocurra el banderazo oficial de su puesta en marcha. Desde luego que

hay que hacer muchos ajustes y, sobre todo, darles a los mandos no sólo

responsabilidades sino exigirles compromiso.

Porque después de un proceso tortuoso para el surgimiento de la principal

propuesta del actual sexenio contra la inseguridad no podrá permitirse ni

inexperiencia ni deshonestidad. Hay que colocar bajo la lupa a quienes no

debieron estar ahí nunca y darle mayor poder de decisión a quienes han

mostrado entrega.

Porque en anteriores administraciones, cuando la Policía Federal actuaba,

algunos mandos estaban más cerca de la complicidad que del compromiso. En

este contexto se abrían espacios dentro de la corporación a amistades y

compadres, amantes, familiares y vecinos para que formaran parte de la

nómina sin ninguna experiencia en las tareas policíacas.

La tropa, en su gran mayoría, son egresados de la Academia Superior de

Seguridad Pública de San Luis Potosí, donde aprendieron a ver en la práctica

diaria, honestidad y compromiso hasta la muerte; sin embargo, los mandos

superiores, que llegaron ahí por recomendación, no pudieron competir en

ningún momento con la formación de los policías de base, y optaron por

reducirlos a esclavos de la oficina cuando en realidad podrían haber hecho




mejor papel en el campo, donde esos mismos mandos actuaban con tanta

libertad que sus acciones no diferenciaban lo legal de lo ilegal.

La conformación de la Guardia Nacional debe ser un trabajo permanente. Su

creación debe tener cambios que sean acordes a la realidad y deben marcar la

vanguardia de la lucha contra la delincuencia. Porque durante muchos años las

estrategias, que en algún momento hubo, de acción, las marcaban los

delincuentes.

Las autoridades, los medios, y la población deben tener muy en cuenta que el

narcotráfico no es el único delito que se comete en territorio nacional. Puede

que sea el que más saña presenta en sus acciones delictivas, pero hay otros

que laceran a la población de manera directa.

La transformación de la actuación policíaca, a través de la Guardia Nacional

también debe cambiar su manera de ver la realidad de la delincuencia y así

mantener un paso adelante para llegar al nivel de la prevención.

Es decir, la tarea de combatir a la delincuencia es un trabajo conjunto entre

autoridades y población, pero la responsabilidad innata, sobre todo un trabajo

peligroso es el de la Guardia Nacional, que debe mantener una

evidente responsabilidad en todas sus acciones y, sobre todo, no dejar solo al

Presidente.

Así como el capital político estuvo en riesgo durante el proceso de la creación

de la Guardia Nacional, así está también en posibilidades de perder parte del

prestigio que mantiene, creciente, por cierto, si la Guardia Nacional se

convierte en un aparato burocrático o surgen evidencias de complicidad con la

delincuencia.

El presidente de la República en sólo cinco meses ha echado a andar una

policía que pretende disminuir, con paso seguro, buena parte de los delitos a lo

largo y ancho del territorio nacional.

Es necesario que los compromisos en los altos mandos sean en realidad

sinceros, que vayan de la mano con el firme propósito del presidente de limpiar

de delincuencia el suelo del país.

La primera coordinación de las 266 que habrá en el país de la Guardia

Nacional comenzó a operar en Minatitlán, Veracruz, luego del asesinato de 13

personas en una fiesta familiar; sin embargo, en la Ciudad de México inició

también tareas desde días pasados en la zona limítrofe de Iztapalapa y

Gustavo A. Madero con el Estado de México; así como el límite de Tláhuac y

Xochimilco.

Claudia Sheinbaum, señaló que la Guardia Nacional opera por horarios en tres

puntos de la Ciudad de México, en especial por la tarde y la noche, por lo que




se habló con el comandante de la Primera Zona Militar para que la vigilancia

sea las 24 horas del día.

La Guardia Nacional, sus jefes, su supervisión y operación no pueden dejar

solo al Presidente. Este ha hecho mucho para darle vigencia a una estructura

que combata al crimen, pero dependerá de la actuación de todos y cada uno de

quienes integran este cuerpo policíaco que debe contar con la confianza de la

población, porque hasta el momento la gente le teme a la policía, ahora deberá

tener en cada miembro de la Guardia, un protector y, en algunos casos, un

amigo. En la Guardia Nacional está una de las grandes apuestas del sexenio,

debemos darle ese valor en su verdadera dimensión. PEGA Y CORRE. - El

INE asegura que todo está listo para las elecciones del 2 de junio, dentro de un

mes, en Aguascalientes, Baja California, Durango, Quintana Roo y

Tamaulipas, y una extraordinaria en Puebla, donde se elegirán gobernador y

cinco alcaldías. Pero la pregunta que se hacen los mexicanos es ¿quién puede

afirmar que el INE esté, en realidad preparado para esa elección y otras que

vienen, si no goza de credibilidad?…

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