Si yo pinto mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.
1. ENJAMBRE.- Sólo dos, sólo dos putos términos se requieren para condensar la actitud asumida por los apocados integrantes del comité directivo municipal del Pan, al pedir la expulsión de aquellos militantes de su partido que no han querido ajustarse a su pendeja visión patrimonialista y pragmática: COBARDÍA E INTOLERANCIA. Incapaces de convivir con el que piensa y actúa distinto, estas cabezas huecas aún no asimilan la magnitud de su derrota electoral reciente y la caída de su imagen, edificada en fango. Refractarios a la crítica, defienden su estúpida virginidad de grupo dominante y se apilan como moscas alrededor de su maloliente cacho de carne. De él viven. Para él viven. Y como enjambre lo defienden.
2. EXPOSICIÓN DE RANCHO.- Basta ir a la imprenta de esquina Allende y Ocampo e ingresar a la oficina del responsable del negocio para ver colgado detrás de su sillón un cuadro de una belleza desamparada: sobre la arena a distancia de la playa unas barcas encalladas yacen inútiles. Nunca la tristeza y el abandono de la vida habían cabido en una pintura como en ésa. Quien la mira, es tocado por su muda fuerza, arropado por su vacío. Esta pintura, colgada en la pared de un polvoso y atestada cuarto, vale más que todos esos feos cuadros que se exhiben, con gratuito cinismo, en una anodina sala del mal llamado museo de arqueología, frente al parque De la Reforma. Guillermo Chao fue un buen periodista, incursionó en la literatura con poca fortuna, pero ha resultado un fiasco en su aventura de aprendiz de pintor. Si acaso, de sus cuatro piezas mostradas, aquella de los rostros claros sobre un fondo oscuro y unas manos, podría ser un boceto para algo de mayor ambición estética; las tres restantes zozobran en el lugar común. Por ejemplo, la de la dama acompañada de su soledad en un andén de viaje es una estampa elemental, predecible. No hay en esos cuadros el más mínimo rastro de misterio o de sorpresa, claves que descubrir, ni en los trazos, ni en los colores, ni en los volúmenes. El lienzo, donde la figura de la joven bailarina en la bañera alzando una pierna, bien podría haberlo rubricado un alumno del taller gráfico de la casa de cultura municipal. Por lo demás, los trabajos de Luis Corres y Gabriel Ruiz... para el arrastre, no requieren comentarios. ¡Ahh! Se reconoce en ellos el valor para presentar en público tales quehaceres fruto de su ocio. Estéril ocio.
3. SALIVA.- Esta pegajosa sustancia, producida por glándulas exocrinas alojadas en la cavidad bucal, es la materia prima con la que se ha venido construyendo la imagen del gobierno que encabeza Fidel Herrera. La campaña mediática no tiene tregua, y su costo en dinero le ha representado a los ciudadanos veracruzanos muchísima demanda que no será atendida en obras o servicios. Dinero para ocupar todos los medios impresos y electrónicas hay, y de sobra. Nadie, como esta administración estatal, recibió recursos federales provenientes de los fondos generados por los excedentes petroleros, desde los últimos años de Vicente Fox hasta los actuales. Sin embargo, el prietito en el arroz apareció. Fue la semana pasada en Tecolutla donde ni toda la saliva acumulada pudo sostener el descrédito, la mentira. Frente al presidente Felipe Calderón, en la entrega de viviendas a damnificados por un huracán que pasó por estas costas hace ya buen tiempo, fue imposible explicar por qué éstas no tenían baño en su interior. “Es que la costumbre de esta gente es tenerlo afuera”, se intentó tejer en saliva un argumento salvador. Saliva, pura saliva.
Miguel Camín
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