Por Orlando Segura Hervert
Este martes, el grupo moscovita, procedente de la Universidad Veracruzana se lucieron, sacaron la casta, mostraron sus dotes musicales, de manera magistral, presentaron en el marco del LII aniversario de la partida del Granma, diversas canciones en las que fundieron el conocimiento versátil del ritmo afroantillano.
A pesar de un equipo que no funcionó como debía, los integrantes del grupo moscovita “prendieron al público”. TOCARON POCA MADRE… CON UN SONIDO DE LA CHINGADA, de la nada, lograron conjuntar voces, timbales, trompetas, saxofón, y otros instrumentos.
En un principio el Alcalde Juan Ramón Ganem Vargas lucía tenso, preocupado, ocupado y encabronado, no sabía que decir, las bocinas bajaban, el voltaje subía, de repente, no se escuchaba absolutamente nada.
Los comentarios salieron a relucir… Alguien tendrá que pagar la factura, alguien no aparecerá en la nómina, se extraño el recientemente expulsado del ayuntamiento porteño, Víctor Guzmán, el hombre que se las sabe de todas, todas; en esos menesteres de los cables y la electricidad, hizo falta.
Los organizadores no checaron la luz, no midieron los tiempos, ni los cables, ni las conexiones y tal situación se vio reflejada en un evento en el que se contó con la presencia de figuras de la Hermana República de Cuba, nada más y nada menos que el embajador Manuel Aguilera de la Paz y el Cónsul Alcides de la Rosa del Toro, entre otros personajes de renombre.
Al final la chamacada rompió el estatismo, arribaron a la pista y a bailar se ha dicho, las personas de la tercera edad le pusieron su sello, danzaron hasta el cansancio; es más, el preciso de Juárez Número 20, se dio tiempo para desempolvar algunos pasos y todo quedó en un encuentro entre dos pueblos que entusiastamente festearon la partida de 82 revolucionarios, un 25 de noviembre de 1956, dirigidos por El Che Guevara, Fidel Castro Ruz, Camilo Cienfuegos.
La logística no funcionó, por lo tanto, reinó la improvisación
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