Apolinar Dávila Contreras
Hemos visto como poco a poco en nuestro municipio se van ensanchando los núcleos poblacionales, así como se van estableciendo sectores industriales, comerciales y de servicios, si bien esto reporta halagos para los gobernantes en funciones como promotores del desarrollo del pueblo al que dedican –dicen ellos—cada instante de su vida, también conlleva retos y obligaciones.
Al existir un mayor numero de casas habitación, naves industriales, locales comerciales y espacios de servicios, crece también la posibilidad de un siniestro ígneo y con el sus secuelas.
Esta verdaderamente capacitado el personal de contra incendio (bomberos) municipal, cuenta con el equipo y agentes extintores necesario para afrontar todas las clases de incendios que se presenten en el municipio.
El municipio no cuenta con una red de hidrantes, el ayuntamiento ordena labores que distraen al personal de contra incendio, aquí es digno de alabar a los bomberos, ya que tienen un sueldo no acorde a su trabajo, jornadas mas allá de lo legal y humano, inseguridad social para ellos y sus familias, carentes de estímulos y aun así se la juegan ellos si cada minuto de su vida.
Ing. Juan Ramón Ganem Vargas, Regidora Azalea Portilla Núñez, contemplen una partida presupuestal que tecnifique material e intelectualmente y dignifique a los trabajadores del departamento de contra incendio, mejoren sus salarios ya no al nivel de los países vecinos del norte o de Europa que tienen salarios anuales elevados, no les distraigan de su cuartel para realizar actividades como colgar o colocar los adornos navideños el pasado lunes ocho de diciembre por la noche.
El estar listos y prestos a servir a la población puede ser la diferencia entre salvar vidas o verlas extinguirse en el fuego, rescatar patrimonios o verlos consumirse impotentes.
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