jueves, 11 de diciembre de 2008

IMPUESTO = TRANSFERENCIA = INFORME


Por RICARDO GAMBOA GUERRERO*
Cel: 044783-110-8737
rgamboagmx@hotmail.com

Estimado lector, ¿Cuándo se ha visto que un plomero, carpintero, taxista o policía reciba carretadas y carretadas de aplausos por hacer su trabajo? ¿Qué diferencia hay entre lo que hace alguna de estas personas de lo que hace un político? a no ser por la enorme diferencia de sueldos, todos de alguna manera trabajan para servir –desde distintas trincheras- a la sociedad.
Lo anterior porque en este mes, vemos espectaculares por todo el estado invitando a los ciudadanos a asistir a los primeros informes de gobierno o de labores, según sea el caso. Este es un derecho que tenemos como ciudadano, conocer el destino final de nuestro dinero.
Los impuestos por definición son “Transferencias de recursos”, es decir, el ciudadano paga su impuesto, el Estado lo recibe y reparte en diferentes rubros para convertirlo en acciones concretas. Ejercer esos recursos debidamente no corresponder a ningún acto de magnanimidad o altruismo, sino más bien de obligación.
Los ciudadanos que gastan suelas están más informados que antaño, se interesan en la toma de decisiones de los tres órdenes de gobierno, de alguna manera se involucran y, aunque a veces finjan demencia, no se les engaña tan fácil como algunos creen hoy día.
Es tiempo de cambiar aquella visión del político intocable, inalcanzable y perfecto. Estos informes de labores deben servir para acercar más a la ciudadanía con el servidor público, cuentas claras partidazgos largos. Esta en nosotros los ciudadanos hacer valer nuestros derechos, así como nuestras obligaciones. Asistir a un informe de gobierno nos permite en alguna medida conocer la visión del funcionario público.
No se trata de hacer el caldo gordo a nadie, sino de estar bien informados del destino final de nuestros pesos y centavos. Estar en condiciones de exigir lo que haya que exigirse, o de reconocer lo que se ha hecho correctamente, sin llegar a reclamos y protestas ó porras y fanfarrias innecesarias en ambos casos. De ser así en el último de los casos, sería preferible cargar en hombros a aquellas amas de casa que día a día hacen más por nuestra patria.

*Licenciado en Derecho por la UV, Maestría en Políticas Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Asistente Legislativo del Dip. Fed. Iñigo Laviada Hernández.

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