Amador Medina Rivera, dirigente de los petroleros, se arrugó y no fue a la marcha por la refinería.

Orlando Segura Hervert.
Ya es costumbre en el dirigente petrolero, Amador Medina Rivera, siempre dice que si, pero nunca cuando; en días pasados, los gremios obreros se reunieron y en forma emotiva, propusieron realizar una marcha para exigir la instalación de la refinería en Tuxpan, el líder sindical, perteneciente a la sección de la Barra Norte, hasta pronunció un emotivo discurso en las instalaciones de los telefonistas, ahí habló largo y tendido, durante más de diez minutos, planteo que la famosa refinería era necesaria e imprescindible, pero además, indicó que hacerla en otra parte, implicaría gastar cuatro veces más, por lo tanto se manifestó ante los medios de comunicación, para que semejante proyecto aterrizara en la ciudad de los bellos atardeceres, fue más allá, indicó que había que sumar esfuerzos, y se solidarizó con la idea de la movilización, habló muy bonito, tan es así que todos le creyeron, dieron por hecho su presencia en semejante movimiento.
Pero…, más temprano que tarde, cayó en el descrédito, ésta mañana de domingo, no acudió a refrendar la solidaridad con los tuxpeños, no se presentó, ni envió a ningún contingente, nadie del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, hizo acto de presencia, no envió mensajes, no dijo ni pío, no contestó el teléfono, tal vez, respondió a los intereses de Carlos Romero Deschamps y esta cuestión, dejó en el olvido a sus correligionarios.
No es la primera vez que actúa de esta manera, el primero de mayo del año pasado, los trabajadores estaban formaditos, muy disciplinados, y en un abrir de ojos, desintegraron la formación y cada quien se fue para sus casas, inexplicablemente, les dio la orden de retirarse, por lo tanto, no hubo mantas, ni inconformidad de aquellos que laboran en la transformación, distribución, refinación de los hidrocarburos.
Así las cosas, a Don Amador Medina, le valió madre la unidad por la refinería, prefirió aplicar la táctica y estrategia de la graciosa ausencia, dejó al pueblo de Tuxpan, echando raíces, como novia de pueblo … bien plantados.