POR: PATRICIO GONZALEZ QUINTANILLA
patgq52@gmail.com
Considerado el océano más pequeño y menos profundo del planeta, protegido por una capa de hielo de hasta cuatro metros de espesor, el océano ártico contiene, según estimados, el 25 porciento de las reservas de petróleo y gas natural de la tierra, que han permanecido hasta ahora prácticamente inexploradas. También es lecho de abundantes recursos minerales, tales como nódulos de manganeso, estaño, oro, platino, níquel y plomo.
Ante el cambio climático que calienta sus aguas cada vez mas y provoca paulatinamente la disminución en la capa de hielo que cubre su superficie, se abren oportunidades para explotar los hidrocarburos y minerales que se encuentran bajo el lecho marino que tiene un promedio de profundidad de solo 1200 metros y una vasta plataforma continental que promedia 100 metros bajo la superficie del océano.
Cinco países tienen derechos de explotación exclusiva sobre su plataforma continental conforme a sus zonas económicas exclusivas –ZEE-, y teóricamente, sobre las extensiones de las mismas.
Por tal motivo y al menos que se contemple un consenso internacional que lo limite, la extensión de la plataforma continental será también de derecho exclusivo de explotación para Rusia, Canadá, estados unidos, Dinamarca (Groenlandia) y noruega, países que tienen costas aledañas al océano ártico. Otros tres países, Islandia, suecia y Finlandia, son países con territorios árticos pero sin litorales en el lugar.
Tomando como base el “consejo ártico”, organización de los ocho países ya mencionados que regula el desarrollo sustentable de las comunidades árticas y la protección de su medio ambiente, se están sentando las bases en la ONU para establecer un “tratado ártico”, que de manera similar al “tratado antártico”, regule las actividades de prospección y explotación de la zona.
Las reservas probables de petróleo y gas natural para el ártico se estiman en 90 billones de barriles de petróleo, 1,669 trillones de pies cúbicos de gas y 44 billones de gas lp, de los cuales el 84 porciento se encuentran costa afuera, según la oficina de sondeo geológico de estados unidos.
El país más agraciado con estos recursos es por mucho Rusia, dada la mayor extensión de su litoral ártico.
Como es sabido, Rusia ya posee la segunda reserva más importante de petróleo y la primera en gas natural a nivel mundial sin considerar el ártico. Esto la convierte automáticamente en la superpotencia energética del planeta.
Esta posición privilegiada única, no parece satisfacer las ambiciones rusas, que recientemente, en un acto unilateral de demostración de proyección hegemónica, producto de su “cruda imperial”, reclama para si la jurisdicción sobre el polo norte y planta una bandera submarina en el lecho del mismo en 2007.
De persistir la política rusa actual, se vislumbran futuras confrontaciones con los demás estados limítrofes, que han considerado siempre al polo norte y sus alrededores como una región neutral fuera de algún reclamo jurisdiccional que se aparte del control de las naciones unidas. Este control se establece a través de la “Convención de derechos del mar”, que establece los procedimientos y autorizaciones para la extensión de las zee de cada país.
Por otra parte, las disputas por los limites marítimos de las zee ya comenzaron, con un diferendo entre noruega y Rusia por la explotación de gas en el yacimiento “stockman”, zona limítrofe entre sus respectivas plataformas continentales. Este tipo de disputas tenderán a incrementarse en el futuro.
Por lo pronto, los cinco países limítrofes están realizando estudios geológicos que respalden ante la convención sus aspiraciones jurisdiccionales sobre el océano entero. Abra que esperar el desarrollo de los acontecimientos futuros, que más que un tratado internacional, apunta a una negociación entre estos países para repartirse el pastel con una zona de exclusión alrededor del polo norte.
FUENTES: CONSEJO ÁRTICO, ONU, USGS, INVESTIGACION PROPIA. PGQ-V-2009
Considerado el océano más pequeño y menos profundo del planeta, protegido por una capa de hielo de hasta cuatro metros de espesor, el océano ártico contiene, según estimados, el 25 porciento de las reservas de petróleo y gas natural de la tierra, que han permanecido hasta ahora prácticamente inexploradas. También es lecho de abundantes recursos minerales, tales como nódulos de manganeso, estaño, oro, platino, níquel y plomo.
Ante el cambio climático que calienta sus aguas cada vez mas y provoca paulatinamente la disminución en la capa de hielo que cubre su superficie, se abren oportunidades para explotar los hidrocarburos y minerales que se encuentran bajo el lecho marino que tiene un promedio de profundidad de solo 1200 metros y una vasta plataforma continental que promedia 100 metros bajo la superficie del océano.
Cinco países tienen derechos de explotación exclusiva sobre su plataforma continental conforme a sus zonas económicas exclusivas –ZEE-, y teóricamente, sobre las extensiones de las mismas.
Por tal motivo y al menos que se contemple un consenso internacional que lo limite, la extensión de la plataforma continental será también de derecho exclusivo de explotación para Rusia, Canadá, estados unidos, Dinamarca (Groenlandia) y noruega, países que tienen costas aledañas al océano ártico. Otros tres países, Islandia, suecia y Finlandia, son países con territorios árticos pero sin litorales en el lugar.
Tomando como base el “consejo ártico”, organización de los ocho países ya mencionados que regula el desarrollo sustentable de las comunidades árticas y la protección de su medio ambiente, se están sentando las bases en la ONU para establecer un “tratado ártico”, que de manera similar al “tratado antártico”, regule las actividades de prospección y explotación de la zona.
Las reservas probables de petróleo y gas natural para el ártico se estiman en 90 billones de barriles de petróleo, 1,669 trillones de pies cúbicos de gas y 44 billones de gas lp, de los cuales el 84 porciento se encuentran costa afuera, según la oficina de sondeo geológico de estados unidos.
El país más agraciado con estos recursos es por mucho Rusia, dada la mayor extensión de su litoral ártico.
Como es sabido, Rusia ya posee la segunda reserva más importante de petróleo y la primera en gas natural a nivel mundial sin considerar el ártico. Esto la convierte automáticamente en la superpotencia energética del planeta.
Esta posición privilegiada única, no parece satisfacer las ambiciones rusas, que recientemente, en un acto unilateral de demostración de proyección hegemónica, producto de su “cruda imperial”, reclama para si la jurisdicción sobre el polo norte y planta una bandera submarina en el lecho del mismo en 2007.
De persistir la política rusa actual, se vislumbran futuras confrontaciones con los demás estados limítrofes, que han considerado siempre al polo norte y sus alrededores como una región neutral fuera de algún reclamo jurisdiccional que se aparte del control de las naciones unidas. Este control se establece a través de la “Convención de derechos del mar”, que establece los procedimientos y autorizaciones para la extensión de las zee de cada país.
Por otra parte, las disputas por los limites marítimos de las zee ya comenzaron, con un diferendo entre noruega y Rusia por la explotación de gas en el yacimiento “stockman”, zona limítrofe entre sus respectivas plataformas continentales. Este tipo de disputas tenderán a incrementarse en el futuro.
Por lo pronto, los cinco países limítrofes están realizando estudios geológicos que respalden ante la convención sus aspiraciones jurisdiccionales sobre el océano entero. Abra que esperar el desarrollo de los acontecimientos futuros, que más que un tratado internacional, apunta a una negociación entre estos países para repartirse el pastel con una zona de exclusión alrededor del polo norte.
FUENTES: CONSEJO ÁRTICO, ONU, USGS, INVESTIGACION PROPIA. PGQ-V-2009
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