El recorte en las participaciones federales es del orden del 40% en Veracruz.

Orlando Segura Hervert.
Desde el día en que el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Cartens, habló del shock financiero en las instalaciones del Senado de la República, con motivo de las audiencias públicas programadas para tratar la crisis y sus efectos, el tema central para los políticos ha sido la forma en que impactarán los recortes en las percepciones federales. Veracruz no escapa a esta medida y ya se afirma del 40 por ciento de las disminuciones en las partidas procedentes de la federación, una cantidad enorme que afectará el desarrollo y progreso de diversos proyectos que estaban sustentando para el crecimiento en diferentes áreas.
Esta mañana tocó el turno a Alberto Silva Ramos, Subsecretario de Infraestructura Social en la SEDESMA, ante un grupo de mujeres priistas, recordó las dificultades que están afectando el bolsillo de la mayoría de los mexicanos, en el caso de los gobierno estatales, éstos deben aplicar medidas preventivas en la que reflejen la eficiencia, la administración de las finanzas públicas, señaló y enfatizó la reducción que está por venir en la esfera educativa, entre otras.
El ejecutivo y varios secretarios de estado ya han dado a conocer los ajustes y las protestas han comenzado a surgir en diversos niveles, desde las delegaciones de la SEV, hasta las universidades y los centros de salud, cada quien en diferente tono han explicado que tales reducciones los perjudicará porque implica cancelar contrataciones, dejar de hacer determinadas obras, acciones y programas contemplados para atender a la población.
La semana pasada con motivo del inicio de clases, en la inauguración del ciclo escolar, Javier Benitez Ponce pidió la solidaridad de los padres de familia para que conjuntamente enviaran escritos y telegramas a Los Pinos, enfatizando la petición de que se incluyera en el paquete a otros rubros, menos el educativo y el de salud, dado que los principalmente afectados sería la niñez y los sectores vulnerables.
Por otra parte, las alzas en los combustibles, la luz, lastiman severamente a las clases medias y al segmento de pobres con alta marginalidad que en el país es de varios millones de mexicanos.