viernes, 20 de noviembre de 2009

ANTE EL PANDILLERISMO EN LAS ESCUELAS, SOLICITAN VIGILANCIA A LAS AUTORIDADES.



Me permito enviarle el siguiente texto, que contiene hechos que se registraron el pasado miércoles 18 del presente.
Me gustaría que lo publicara para hacer el llamado a las autoridades correspondientes y tomen cartas en el asunto.
Le agradezco su atención y quedo a sus órdenes.


El pasado miércoles alrededor de las 8 de la noche, un grupo de estudiantes salía habitualmente de clases del centro de estudios al que acuden, que está ubicado en la carretera a la Playa a aproximadamente 100 metros de la orilla. Los jóvenes inquietos y bulliciosos, caminaban hacia el bulevar para tomar el autobús que los habría de llevar al centro de la ciudad. Sin embargo no todos pudieron llegar hasta la orilla.
Cuando aún estaban frente a la escuela, unos pandilleros se acercaron a ellos y comenzaron a agredirlos verbalmente; una cosa llevó a la otra y en un instante el grupo se vio rodeado de bandoleros. Uno de ellos intento agredir con una patada en la cara a uno de los estudiantes, quien por una mezcla de miedo e instinto, corrió, los demás no se hicieron esperar. Menos uno.

“Gary”, como lo conocen sus compañeros, fue agredido brutalmente por los maleantes. Uno de los jóvenes que emprendió la huida, por instinto se detuvo y volteó, cuál fue su sorpresa al darse cuenta de que uno de sus compañeros estaba tirado inconsciente, mientras era salvajemente pateado. El joven regresó y con ayuda de otros que hicieron lo mismo y de los compañeros que apenas salían, cargaron a “Gary” y lo introdujeron en la escuela. “Gary” tenía golpes por todo el cuerpo, su rostro estaba completamente desfigurado, era una masa casi irreconocible, estaba lleno de sangre, tierra, y lágrimas.
Según relatos de los mismos compañeros, quienes en el momento se vieron amenazados, huyeron; sin embargo “Gary”, quien se caracteriza por ser un joven tranquilo y respetuoso, no vio la necesidad de huir, porque no tiene problemas con nadie. “Él se quedó parado, entonces uno de los ‘weyes’ lo dio un golpe que lo dejó inconsciente, ‘Gary’ se cayó, y cuando estaba tirado, esos ‘weyes’ se ‘agandallaron’; mientras unos lo pateaba bien feo en la cabeza, otros le daban de patadas en la espalda y otros en el estómago. Le dieron hasta que se cansaron”, señaló un compañero. Otro más mencionó: “Cuando esos weyes lo vieron tirado, uno se agacho y todavía le saco el celular y la cartera del pantalón, tal vez ahora hasta saben donde vive”.

Este es un llamado para todos los padres de familia, para que levanten la voz, ¡ESE PUDO SER SU HIJO!

Muchas veces, se habla de accidentes que desafortunadamente les ocurren a los jóvenes que frecuentan el bulevar los fines de semana por las noches. En esas ocasiones se conjugan elementos muy peligrosos, como el abuso del alcohol y otras sustancias, el exceso de velocidad, pero sobre todo la falta de madurez y responsabilidad. Aunque no deja de ser un suceso trágico, doloroso, que no se le desea a nadie, siempre existe una “espinita” de que eso se pudo haber evitado: “si no hubiera salido”, “si no hubiera tomado”. Pero, ¿Al salir de clases, enfrente de la escuela?, eso es algo que ningún padre se espera.
Siempre tenemos la idea, de que cuando pasan este tipo de tragedias existe un antecedente o algo que las ocasionó. En este caso no hay nada detrás, no hay disputas ni amenazas previas. Tampoco estamos hablando de jóvenes revoltosos y conflictivos, que estén involucrados en pandillas y actos delictivos. Al contrario, estamos hablando de jóvenes estudiantes de quinto semestre de preparatoria.

Diversos factores ocasionaron esta tragedia; primero, la falta de seguridad. Nunca antes de esto había pasado alguna patrulla por el lugar, a pesar de que es una zona habitada y de que hay varias escuelas en los alrededores. En el momento de los hechos se dio aviso a la policía, al no haber respuesta, se volvió a hacer el llamado y el personal de Policía Municipal se limitó a señalar que ya habían sido enviadas dos unidades. Nunca aparecieron.

Segundo, la falta de alumbrado. Aunque es una zona poblada, no hay alumbrado público. Las pocas lámparas que alumbran los alrededores, las ha colocado la escuela con medios propios. Sin embargo, en lo que es la vía pública no hay faroles. Como ya todos sabemos, los maleantes siempre buscan refugio en la oscuridad. En alguna ocasión, por necesidad he pasado por el lugar después de las 9 de la noche, la calle está sola, sobra decir que completamente oscura.
El factor más preocupante que ocasionó este incidente, es el silencio. El líder de la pandilla es conocido por los vecinos, sin embargo todos tenemos miedo, nadie levanta la voz.

Estimados lectores, “Gary”, puede ser su hijo, su nieto, su sobrino, su hermano, quien tranquilamente sale de clases y es atacado sin razón alguna por un grupo de abusadores, sin oficio, ni beneficio, que no solo lo lastimen físicamente con consecuencias que tal vez aún ni se conocen, sino que también le roben la tranquilidad y la alegría de vivir.
Hacemos un llamado a las autoridades correspondientes, para que tomen cartas en el asunto. Que se solucionen los problemas que causaron estos hechos y sobre todo, que se haga justicia para “Gary”.
¡YA BASTA!.

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