sábado, 11 de septiembre de 2010

TIENDA DE RAYA…


Por: Imelda Torres Sandoval
jurisagro@yahoo.com.mx
Ayer por la tarde estuve por el Ejido La Joya, de aquí de Tuxpan. Ubicado a sólo 30 minutos de Santiago de la Peña, entra uno por la Carretera a Poza Rica, terminando el muro de contención, a la izquierda se visualiza una cruz y uno sigue por el camino de terracería que conduce a Altamira. También se llega por aquí a Loma Alta, Las Pasas y los Kilómetros.
Acompañé al buen amigo Balta como apoyo en asesoría legal para los ejidatarios de La Joya, ya saben cómo es uno de metiche. Balta está trabajando, junto con Roberto Oropeza, con el Diputado Miguel Martín en el arranque del Programa de SEDESOL para mejoramiento de vivienda rural, y la visita a esta comunidad fue para levantar las cédulas. Dicho programa contempla apoyo económico para que la gente en extrema pobreza haga su pié de casa, o la termine con techo de losa.
Pobreza extrema se considera por parte de SEDESOL el ingreso, por FAMILIA, de alrededor de $2,500.00 MENSUALES. Qué tristeza me embargó que en la Joya se llenaron 30 solicitudes para este apoyo. Es decir, 30 familias en tan sólo esa comunidad, que cuenta con 48 ejidatarios, están considerados en el rango de pobreza extrema.
Pero más tristeza, y hasta indignación, me causó el abandono en el que el Ayuntamiento tiene a esta gente, y supongo que sucede lo mismo en todo el municipio: el apoyo que yo presto, de manera gratuita, es la asesoría a la gente para elaborar su constancia de posesión o constancia de residencia, requisitos necesarios para poder tener acceso al Programa de Mejoramiento de Vivienda Rural. Anastacia Ramírez, con su sonrisa incompleta y acento totonaca no tenía la constancia, y le preguntamos por qué no la había obtenido. Ella nos dijo: “es que la constancia me la cobran a cincuenta pesos, y no tengo dinero”.
Así es, la autoridad del ejido, y el propio subagente, les cobran a sus conciudadanos por la expedición de una constancia que certifique su posesión y residencia en la Joya. No critico a estas personas: en la Joya apenas hay luz, y las constancias estaban hechas a máquina. También ellos gastan para dar el servicio. Pero la pregunta es ¿dónde están los regidores, los ediles, el Presidente Municipal?
Con 50 pesos, Anastacia puede comprar un kilo de huevo y un kilo de frijol, además de un kilo de tortillas. Con esto, ella y tres personas probablemente tengan para comer en un día. Si Anastacia paga la constancia, adivinen quienes se van a quedar sin comer ese día.
Otra sorpresa que me llevé fue escuchar a Anastacia, y a la mayoría de los adultos mayores de la Joya hablar en totonaco. Sería importante que el próximo Ayuntamiento sí se preocupe por rescatar la tradición oral de este grupo étnico, sus costumbres, su comida y su música. Sin duda, son parte de la riqueza cultural de Tuxpan.
En la Joya apenas hay cuatro postes de luz, y los niños quieren bicicletas para ir a la escuela, que está en las Palmas, a una hora de camino. Y la autoridad municipal, en vez de resolver estos pequeños grandes problemas, se dedica a destruir boulevares y rellenar hoyos en el libramiento.
Espero que Beto Silva si cuente con la sensibilidad para trabajar en serio por erradicar la pobreza en todas las comunidades de Tuxpan, que a pesar de su condición, siempre, al final del día, nos invitan un taquito aunque sea con mole, pollo de patio y arroz.
Así es la gente de campo, abierta, sincera, honrada y solidaria.
¿Por qué, entonces, somos tan mezquinos con ellos y se nos olvidan sus problemas?
Si alguien de nuestros apreciables lectores sabe algo acerca de un programa de apoyo de bicicletas para que los niños puedan ir a la escuela, se los encargo para los peques de la Joya.
Hasta la próxima.

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