sábado, 11 de septiembre de 2010

VIVA TLACOTALPAN...


Por Uriel Flores Aguayo
Bien dicen que en gustos se rompen géneros: de los muchos lugares bonitos que tiene nuestro estado Veracruz, sin duda Tlacotalpan es sobresaliente, una joyita. Sin demérito de otros lugares atractivos y agradables, que son bastantes, para mi Tlacotalpan es el lugar más hermoso del estado. Tiene historia romántica, a la que mucho contribuyó Agustín Lara, el “flaco de oro “, tiene tradiciones impactantes y mágicas, tiene a su gente que es alegre y de alta lucidez y tiene al “rió de las mariposas” que es un monumento de la naturaleza. No es casual que el añorado German Dehesa, la haya reconocido y exaltado.
El rió a Tlacotalpan le da vida y, paradójicamente, como todo en la vida, también muerte en forma de la terrible tragedia en que están viviendo nuestros paisanos. Las escenas de la Tlacotalpan inundada son de una tristeza infinita; las dificultades por las que están pasando son enormes y motivo de preocupación para todos los veracruzanos.
Tal vez no sea el momento de buscar responsables al drama de Tlacotalpan, ya habrá oportunidad de esclarecer las causas de estos dramáticos hechos. De todas formas, cuando se reflexione y se piense en medidas para que no vuelva a ocurrir algo así, o por lo menos en esa magnitud, habrá que abordar lo relacionado con la previsión, con las obras permanentes y efectivas que deben realizarse en una zona donde las inundaciones son absolutamente esperables.
Se ha dicho bien que son momentos de una crisis estatal, desproporcionada, ya que a Tlacotalpan hay que agregar las afectaciones de otras zonas de la cuenca del Papaloapan y gran parte de la región de Minatitlán; igual se afirma correctamente que son momentos de acciones y de solidaridad, en los cuales no se debe regatear absolutamente nada.
No hay pretexto alguno para quedarse tranquilos mientras que los damnificados sufren una verdadera tragedia. Con y sin llamado de las autoridades todos debemos hacer algo. Muy estimulantes son las iniciativas que a nivel personal han tomado familiares y voluntarios en general para ir en auxilio de nuestros paisanos en desgracia. Muy plausible la labor de las asociaciones de protección de los animales que han ido al rescate o a la alimentación de las mascotas, muy oportuna y estimulante la labor de los grupos de música folklórica que, en lugares como el centro cultural “tierra luna”, han encontrado el espacio natural para convocar al apoyo; son incontables las acciones que grupos de ciudadanos, entre ellos destacadamente muchos profesores, han realizado para llevar ayuda a lugares como Hidalgotitlan y Lerdo de Tejada.
Más o menos las autoridades en general han estado a la altura del gravísimo problema que ha representado esta inundación, pero igual la ciudadanía ha respondido de acuerdo a sus posibilidades. Es más y mejor lo que se hace sin que se sepa que lo poquito que se lleva pero que se utiliza como pretexto para el protagonismo político. Insistir, como todavía lo hacen algunos, en mostrarse como solidarios “patito” no solo es criticable sino que, dada las condiciones actuales, resulta obsceno y despreciable. Vale mil veces más la decisión de la universidad veracruzana en el sentido de aportar un día de salario de sus trabajadores que el recurrente o “refriteado” gesto de los diputados locales que anuncian una aportación de diez mil pesos por dedo; el cinismo y la capacidad para el ridículo de nuestros prescindibles legisladores al parecer es infinita ;por más que uno se esmere en digerirlo no se puede evitar el carácter vomitivo de las fotografías de dos diputados locales del sur de Veracruz, en las que aparecen sonrientes rodeados de algunas botellas de agua y paquetitos con alimentos; para ellos el ciudadano, damnificado o no, es un limosnero, Por sinvergüenzas como esos es tan mal visto el servicio publico.

Recadito: el FAS suspende movilizaciones para que se atiendan las prioridades de nuestros paisanos en desgracia.

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