sábado, 6 de noviembre de 2010

MUNÍCIPES EN FUGA


Por Uriel Flores Aguayo…
urielfloresaguayo@hotmail.com
Está ocurriendo un hecho prácticamente inédito en los ayuntamientos veracruzanos, que se refiere al abandono del cargo por parte de los presidentes municipales, cuyo ausentismo va desde uno hasta los cuatro meses; existe información pública que relaciona con casos así a los munícipes de Colipa , Soledad de Doblado y Perote, entre otros.
A esta situación se agregan los palacios tomados, los paros de labores y los reclamos muy extendidos de proveedores. Estamos ante un cuadro de crisis económica y política en los municipios veracruzanos que concluyen el trienio prácticamente con administraciones quebradas. Además de las deudas que heredan, ya se gastaron los ingresos bursatilisados, dejan obras a medias y entregan los cajones vacios.
Estamos ante los peores momentos en la historia de los ayuntamientos veracruzanos, es dramática e insólita la imagen de los presidentes municipales que simplemente huyeron de sus responsabilidades. Se llegó a esta situación por los malos manejos y un especial estilo político en el ejercicio de los gobiernos municipales. Ganaron tan holgadamente su elección en el 2007 que pensaron que todo era muy fácil y que tenían la impunidad garantizada. Los problemas que están pasando son resultado de haber inflado las nominas, del enriquecimiento del edil principal y de la preparación de sus sucesores, en cuya operación dispusieron alegremente de recursos públicos.
La crisis política de los municipios veracruzanos tiene que ver con la ingobernabilidad que se produce por la ausencia total o parcial de los ediles pero también por la pérdida de su autonomía ante un gobernante estatal centralista y poderoso. En los ayuntamientos acéfalos aparecen y crecen todo tipo de problemas porque no hay autoridad ni ley. Los grupos facciosos se mueven a sus anchas sin que nadie les ponga un alto. Hay municipios en los que sus presidentes prácticamente huyeron, mientras que, en otros, están ahí pero ya no llegan al palacio municipal, como es el caso de Xalapa.
Los pobres resultados de los gobiernos municipales, sin perfil democrático, son un baño de agua fría o de realismo a los ciudadanos que cifraron demasiadas expectativas en ellos, sobre todo en las campañas electorales cuando la parafernalia y el repartidero se explotan al máximo.
Muy complicado se avizora el panorama para las próximas administraciones que, en muchos casos, sólo van a administrar deudas. Es estratégica su definición sobre el estilo y rumbo que le van a dar a sus gobiernos, los cuales, de estrada y por necesidad, tendrán que ser muy austeros. A estas alturas seguir actuando irresponsablemente sería suicida. Si le apuestan a la simulación y al saqueo pensando en carreras personales rápidas estarán creando las condiciones para estar cuando mucho un año en el puesto. A pesar de la baja participación ciudadana son muchos los que no están dispuestos a soportar más ineptitud, sectarismo y más robos. Les puede ocurrir lo mismo que al actual presidente de Papantla , a quien grupos de vecinos andan buscando para montarlo en un burro.
La crisis de los ayuntamientos es parte de la crisis política de Veracruz, donde los niveles de calidad democrática han descendido considerablemente, lo cual se ve reflejado en la existencia precaria de la pluralidad política, en la disminuida oposición y en el bajo nivel de debate y critica públicos.
Recadito: que aunque sean dos a los diputados del PRD se les conozca por su voz crítica y por no ser mercenarios.

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