jueves, 30 de diciembre de 2010

IMPARTEN CURSO DE VIOLENCIA SEXUAL Y FAMILIAR A MAESTROS


Por: Tere Quintanilla/ Orlando Segura Hervert.

No se los dijeron, pero eso lo deducen, el gobierno federal no puede con la enorme violencia que se ha desatado en buena parte del país, por eso quiere regresar a las raíces familiares, por lo pronto, en los primeros días de diciembre, varios maestros asistieron a un curso de violencia sexual y familiar en la que los ponentes insistieron acerca de diversas técnicas para ubicar el contexto en el que los niños son lastimados y vejados por parientes, amigos, tíos, padrastros o por extraños.

Tales conductas afectan el justo y normal desarrollo de los pequeños, creándoles frustraciones y limitaciones que si no se atienden a tiempo, colocan al ser humano con enormes deformidades de la personalidad, inclinándolos hacia la agresividad o la depresión.

Lo anterior impide un crecimiento sano de quienes en unos cuantos años se harán cargo de la comunidad, la región, las instituciones, de ahí la importancia del porque la propia Secretaría de Educación Pública, está preocupada por los índices de violencia que se están dando en todo el país, indicó Edgar Madrigal Fuentes, maestro de primaria en el municipio de Tuxpan, quien agregó que las autoridades tienen que voltear hacia el seno familiar para rescatar a las futuras generaciones, además, la propia sociedad, los padres y maestros, están obligados a cuidar a esa niñez para que el día de mañana, sean seres humanos de provecho, gente que aporte que brinde oportunidades a sus semejantes, con perspectivas productivas.

El profesor que no ocupa ningún cargo sindical, insistió en que solo partiendo de la base de la familia será como se pueda recomponer a la propia colectividad, insistió en que se están viviendo momentos muy difíciles, de ahí la importancia de volver a inculcar principios, valores, actitudes de buena conducta, tal y como en antaño se hacia.

Madrigal Fuentes, comentó que inclusive los papás se deben tomar la molestia de llevar a sus hijos a las escuelas, preocuparse por los hábitos de lectura, las tareas y si se puede, también motivarlos para que participen en determinadas tareas religiosas, solo así, los niños sabrán dilucidad entre lo bueno y lo malo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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