• GUILLERMO BASURTO ORIGEL.
I. INTRODUCCIÓN.
El desarrollo tecnológico en el mundo de la información a través de Internet, y su cada vez mayor número de consumidores, ha generado una transformación de las relaciones económicas, sociales, culturales y políticas, aún no valoradas en su total dimensión por los académicos y estudiosos del tema.
Los corporativos empresariales de la información y el entretenimiento, rectores en la historia reciente, de la conciencia y valores de la sociedad, se han visto forzados a ingresar al nuevo mundo virtual, no por criterios de rentabilidad económica, sino por la ineludible necesidad para su propia sobrevivencia, de impactar y mantener a su auditorio tradicional en esta nueva tecnología.
Genera al menos una sensación de nostalgia, observar que las cadenas televisoras de señal abierta, continúan aferradas a un pasado que ya no volverá. Las cursis, morbosas y tediosas telenovelas; El acartonado conductor de noticiero, que se autoerige como autoridad de la conciencia colectiva; Los programas de revista, que ya no divierten ni a los huéspedes de los asilos de ancianos. Programas todos, profusamente desbordantes de spots comerciales.
Es de reconocer que la prensa escrita de cobertura nacional, ha tenido una evolución satisfactoria, ante un nicho de mercado cada vez más reducido. Nicho de mercado reducido, que se explica tanto por la migración del consumidor al Internet, como por las deficiencias de la educación en México, donde el sistema escolarizado no capacita para la asimilación de la lectura. La actual legislación de medios, obliga a la veracidad. Sin embargo, en el contexto de este análisis, la prensa escrita tanto nacional como regional, se encuentra ante una desventaja insuperable: La Oportunidad. En este nuevo mundo digital, la noticia de hace 5 horas, ya es historia.
Los medios impresos regionales, a pesar de no haber evolucionado en cuanto a la calidad de la información que sus pares nacionales y enfrentar la misma problemática de mercado, guardando las proporciones, tienen la ventaja de los convenios con los gobiernos municipales y estatales, que a través de constructoras y casas comerciales asociadas a los medios informativos impresos, se proveen del financiamiento que el periódico por sí mismo no les genera. La prensa regional, es el relicto viviente, de un pasado que se niega a morir, y, tal vez sobreviva a sus demás congéneres por muchos años más, o hasta que las acciones judiciales de los afectados, promuevan indemnizaciones ante tribunales, por la falta de objetividad, como ha ocurrido con los medios impresos nacionales.
El periodismo a través de la radio, observa una ventaja comparativa respecto a los demás medios tradicionales de información. Por ser recibido a través del oído, el consumidor o radioescucha, puede realizar otras actividades simultáneamente, no requiriendo su atención visual o táctil. La empresa o radiodifusora, puede cautivar a su auditorio objetivo, por medio de la música. Tiene la oportunidad de la noticia, limitada si acaso por la programación de su noticiero, pero pudiendo en caso de necesidad, transmitir la nota en corte informativo. A diferencia de la prensa, el consumidor no requiere una preparación previa de asimilación de lectura. Al igual que los medios impresos regionales, puede allegarse recursos económicos con convenios de gobiernos municipales y estatales. Con los mismos riesgos jurídicos, pero con mayor dificultad de su contraparte para acreditar el daño y el perjuicio ante tribunales.
Continuará…
I. INTRODUCCIÓN.
El desarrollo tecnológico en el mundo de la información a través de Internet, y su cada vez mayor número de consumidores, ha generado una transformación de las relaciones económicas, sociales, culturales y políticas, aún no valoradas en su total dimensión por los académicos y estudiosos del tema.
Los corporativos empresariales de la información y el entretenimiento, rectores en la historia reciente, de la conciencia y valores de la sociedad, se han visto forzados a ingresar al nuevo mundo virtual, no por criterios de rentabilidad económica, sino por la ineludible necesidad para su propia sobrevivencia, de impactar y mantener a su auditorio tradicional en esta nueva tecnología.
Genera al menos una sensación de nostalgia, observar que las cadenas televisoras de señal abierta, continúan aferradas a un pasado que ya no volverá. Las cursis, morbosas y tediosas telenovelas; El acartonado conductor de noticiero, que se autoerige como autoridad de la conciencia colectiva; Los programas de revista, que ya no divierten ni a los huéspedes de los asilos de ancianos. Programas todos, profusamente desbordantes de spots comerciales.
Es de reconocer que la prensa escrita de cobertura nacional, ha tenido una evolución satisfactoria, ante un nicho de mercado cada vez más reducido. Nicho de mercado reducido, que se explica tanto por la migración del consumidor al Internet, como por las deficiencias de la educación en México, donde el sistema escolarizado no capacita para la asimilación de la lectura. La actual legislación de medios, obliga a la veracidad. Sin embargo, en el contexto de este análisis, la prensa escrita tanto nacional como regional, se encuentra ante una desventaja insuperable: La Oportunidad. En este nuevo mundo digital, la noticia de hace 5 horas, ya es historia.
Los medios impresos regionales, a pesar de no haber evolucionado en cuanto a la calidad de la información que sus pares nacionales y enfrentar la misma problemática de mercado, guardando las proporciones, tienen la ventaja de los convenios con los gobiernos municipales y estatales, que a través de constructoras y casas comerciales asociadas a los medios informativos impresos, se proveen del financiamiento que el periódico por sí mismo no les genera. La prensa regional, es el relicto viviente, de un pasado que se niega a morir, y, tal vez sobreviva a sus demás congéneres por muchos años más, o hasta que las acciones judiciales de los afectados, promuevan indemnizaciones ante tribunales, por la falta de objetividad, como ha ocurrido con los medios impresos nacionales.
El periodismo a través de la radio, observa una ventaja comparativa respecto a los demás medios tradicionales de información. Por ser recibido a través del oído, el consumidor o radioescucha, puede realizar otras actividades simultáneamente, no requiriendo su atención visual o táctil. La empresa o radiodifusora, puede cautivar a su auditorio objetivo, por medio de la música. Tiene la oportunidad de la noticia, limitada si acaso por la programación de su noticiero, pero pudiendo en caso de necesidad, transmitir la nota en corte informativo. A diferencia de la prensa, el consumidor no requiere una preparación previa de asimilación de lectura. Al igual que los medios impresos regionales, puede allegarse recursos económicos con convenios de gobiernos municipales y estatales. Con los mismos riesgos jurídicos, pero con mayor dificultad de su contraparte para acreditar el daño y el perjuicio ante tribunales.
Continuará…
No hay comentarios:
Publicar un comentario