La tragedia de la tragedia
Por Laura Celenne González Elizalde
Tuxpan fue testigo de uno de los accidentes carreteros más trágicos de toda la zona norte de la entidad de los últimos tiempos. 43 personas realizaron su último viaje la madrugada del viernes 20 y otras 27 más, resultaron heridas. Preguntar sobre los responsables, corresponde a las autoridades competentes dar la respuesta, pero en un sentido social, factores como la pobreza acompañada por la negligencia podrían explicar el origen de este fatídico carreterazo.
La historia de Miguel Angel Villa Treviño, uno de los pasajeros del “autobús de la muerte”, es tal vez, el reflejo de la gran mayoría de las historias de las personas que abordaron dicha unidad. El iba y venía al norte del país y a Estados Unidos desde 2006. Hace tres años se fue a San Antonio, Texas, donde se empleó como jornalero y hace un año conoció a Melody, con quien vivió en unión libre y juntó dinero para ir a Coatzacoalcos a visitar a sus padres.
Don Maximino, su progenitor, relató a la prensa: "Mi hijo llegó hace cuatro meses, me ayudó a la siembra de frijol, maíz y chiles. Se dolía mucho de nuestra situación y se empleó temporalmente en el Ayuntamiento y a la par íbamos a la siembra, pero el dinero no alcanzaba. Por eso me dijo: Voy a Piedras Negras papá, trabajo para reunir y verás, te mandaré un dinerito”.
Desafortunadamente, hay situaciones en que las autoridades desde todos sus ámbitos requieren de tragedias como estas para darse cuenta que: “El pozo requiere ser tapado, para que el niño no se vuelva ahogar”.
Es casi imposible pensar que los 70 pasajeros del “autobús de la muerte” eran turistas, con destino a una de las entidades del norte del país que concentra grandes áreas de siembra de diversos cultivos. Tal vez sí, algunos sólo aprovecharon el bajo costo de transportarse de la zona sur de la entidad a ciudades como Monterrey y Coahuila y todas aquellas que quedan al paso.
La mayoría iba en busca de mejores ingresos, que en esta entidad no pueden obtener, por falta de oportunidades, de atención al campo o porque simplemente las políticas económicas aplicadas son erróneas, enriqueciendo al que más tiene y olvidándose del que hasta una tortilla, es un manjar en su mesa, hecho que en sí ya trágico.
Y no es que precisamente, el norte del país o los Estados Unidos sea el edén laboral, porque las historias sobre explotación de jornaleros son incontables y reales, pero la necesidad de unos pesos más para sostener a la familia es tan grande, aunque se corran riesgos, como el perder la vida.
Además del factor pobreza, asoma otra causa en éste fatal accidente, la negligencia. ¿Por qué se permite el sobrecupo en las unidades de transporte de pasajeros? ¿Por qué las unidades pesadas no transitan en buenas condiciones? ¿Por qué se les permite a los conductores exceder límites de velocidad y de cantidad de su carga? ¿Quién vigila las carreteras en la entidad?
Sin duda el día viernes 20 de abril, Tuxpan fue testigo del dolor y el sufrimiento de quienes perdieron a su familiar. Ese también fue un día de contrastes.
Mientras diversos servidores públicos, hacían todo lo humanamente posible por apoyar a los deudos y en la preparación de los cuerpos, otros como maestros y trabajadores de la educación, eran obligados -una buena parte-, a asistir a un acto político en horario de trabajo.
Mientras algunos candidatos fueron vistos llegar en helicóptero a este puerto para acudir al evento proselitista, familias de las víctimas tuvieron que ser apoyadas económicamente para tomar un transporte, ahora sí seguro, que los traería hasta acá en 10 horas.
Mientras algunos regidores se divertían y cenaban en la comodidad de las instalaciones del Casino local, pobladores tuxpeños de diversas colonias populares hacían coperachas para llevar alimentos a los familiares que arribaron al municipio a reconocer los cuerpos de sus seres queridos.
Y mientras la pobreza y la negligencia siguen presentes en la cotidianidad, 43 personas ya no retornarán a sus hogares, al morir su cuerpo y la esperanza de sus familias para vivir, al menos, medianamente mejor.
Una oración para todos ellos. Gracias por el favor de su atención y sus correos electrónicos. Escríbame amorperro2001@hotmail.com. Hasta pronto.
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