Por Orlando Segura Hervert...
Viene una interesante película que a decir de los analistas, nuevamente cimbrará al sistema, se trata de rememorar, analizar, desglosar los diversos argumentos que giraron en su momento, en torno al asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, la filmación se denomina: “Colosio, el asesinato” y entrará en cartelera, sino la frenan los intereses que en ocasiones pesan más que la libertad de expresión, en el mes de junio, unos días y semanas antes de la elección presidencial, algunos medios de comunicación como reporte índigo ya está difundiendo la trama, los actores que participan en dichas escenas, Kate del Castillo, Jiménez Cacho, por ejemplo.
La conclusión, mas allá del elemento jurídico que encontró un solo culpable (Mario Aburto) que está pagando presuntamente sus culpas en una cárcel de máxima seguridad, es que la muerte de Colosio fue un crimen de estado, así convenía a quienes en ese entonces dirigían el país y así se resolvió un asunto que se les estaba saliendo de las manos.
Luis Donaldo Colosio pronunció un discurso incendiario en el aniversario del PRI en aquel 1994, esa advertencia pesó en quienes tenían el control de la nación y bajo tal circunstancias, diversos personajes operaron la tragedia que enlutó al priismo, resolviendo una cuestión democrática por medio de las balas, a partir de ahí, no terminamos de sorprendernos con la serie de escándalos que se suscitan en la vida de México, después vino el asesinato de José Francisco Ruiz Massiu.
Fouché o Maquiavelo, si vivieran, se hubieran quedado perplejos, por no decir otra palabra, de lo que se orquestó, armó y ejecutó, esa es la impresión que tiene la sociedad mexicana de aquel magnicidio, tal vez solo elucubremos, quizás nunca descubramos a ciencia cierta quienes fueron los autores intelectuales, puede ser que nos quedemos con las dudas, lo cierto es que la población en su tiempo y espacio juzgó y hasta castigó, pero a decir verdad, la sociedad también olvida y perdona y este último aspecto daña el desarrollo de la colectividad porque desconocemos nuestra propia historia.
Unas semanas antes de aquel fatídico suceso del 23 de marzo de 1994, el sonorense convocó a los priistas tuxpeños en las esquinas de Mina y Juárez, ahí asistieron los políticos del momento, Pericles Namorado Urrutia, Crisóforo Hernández Cerecedo, Salvador Moctezuma Andrade, José Manuel Pozos Castro, Reina Isabel Lladó Castillo, Javier Benitez Ponce, ahí escucharon parte de aquel discurso emotivo e histórico: “Veo un México con sed de justicia”…
Han pasado 18 años de su muerte y ejecución, el nombre, su huella y ejemplo, prácticamente están en el olvido, solo se le recuerda para depositarle alguna ofrenda florar con hojas marchitas y paupérrimas…enfermas de resequedad, en ocasiones las prioridades del ser humano son algo extrañas…
Viene una interesante película que a decir de los analistas, nuevamente cimbrará al sistema, se trata de rememorar, analizar, desglosar los diversos argumentos que giraron en su momento, en torno al asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, la filmación se denomina: “Colosio, el asesinato” y entrará en cartelera, sino la frenan los intereses que en ocasiones pesan más que la libertad de expresión, en el mes de junio, unos días y semanas antes de la elección presidencial, algunos medios de comunicación como reporte índigo ya está difundiendo la trama, los actores que participan en dichas escenas, Kate del Castillo, Jiménez Cacho, por ejemplo.
La conclusión, mas allá del elemento jurídico que encontró un solo culpable (Mario Aburto) que está pagando presuntamente sus culpas en una cárcel de máxima seguridad, es que la muerte de Colosio fue un crimen de estado, así convenía a quienes en ese entonces dirigían el país y así se resolvió un asunto que se les estaba saliendo de las manos.
Luis Donaldo Colosio pronunció un discurso incendiario en el aniversario del PRI en aquel 1994, esa advertencia pesó en quienes tenían el control de la nación y bajo tal circunstancias, diversos personajes operaron la tragedia que enlutó al priismo, resolviendo una cuestión democrática por medio de las balas, a partir de ahí, no terminamos de sorprendernos con la serie de escándalos que se suscitan en la vida de México, después vino el asesinato de José Francisco Ruiz Massiu.
Fouché o Maquiavelo, si vivieran, se hubieran quedado perplejos, por no decir otra palabra, de lo que se orquestó, armó y ejecutó, esa es la impresión que tiene la sociedad mexicana de aquel magnicidio, tal vez solo elucubremos, quizás nunca descubramos a ciencia cierta quienes fueron los autores intelectuales, puede ser que nos quedemos con las dudas, lo cierto es que la población en su tiempo y espacio juzgó y hasta castigó, pero a decir verdad, la sociedad también olvida y perdona y este último aspecto daña el desarrollo de la colectividad porque desconocemos nuestra propia historia.
Unas semanas antes de aquel fatídico suceso del 23 de marzo de 1994, el sonorense convocó a los priistas tuxpeños en las esquinas de Mina y Juárez, ahí asistieron los políticos del momento, Pericles Namorado Urrutia, Crisóforo Hernández Cerecedo, Salvador Moctezuma Andrade, José Manuel Pozos Castro, Reina Isabel Lladó Castillo, Javier Benitez Ponce, ahí escucharon parte de aquel discurso emotivo e histórico: “Veo un México con sed de justicia”…
Han pasado 18 años de su muerte y ejecución, el nombre, su huella y ejemplo, prácticamente están en el olvido, solo se le recuerda para depositarle alguna ofrenda florar con hojas marchitas y paupérrimas…enfermas de resequedad, en ocasiones las prioridades del ser humano son algo extrañas…
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