Por Orlando Segura Hervert…
El litigio por 262 hectáreas entre las comunidades de Villahermosa y Comejen, no es reciente, viene de 1965, desde aquella época se dio la invasión y los ejidatarios prácticamente ya habían perdido la esperanza, pero no así la fe y por eso, asesorados por la Alianza Campesina, interpusieron diferentes recursos y por fin, el Tribunal Unitario Agrario, falló a favor de quienes demostraron tener la razón. Así Comejen ganó el pleito, declaró Basilio Santiago Antonio, Mandatario Apoderado Ejidal y quien dice que el asunto lo conoce muy bien porque le ha tocado vivir y gestionar viajes, aportar los elementos de prueba, demostrar que realmente ellos son los propietarios de esa superficie.
El hombre en cuestión es parco al hablar, fue otorgando algunos datos y palabras, no quiso que se grabara la entrevista, pero si aportó algunos hechos, dijo que la cuestión jurídica estaba a cargo de la organización campesina de Isidoro Martínez Cristóbal, dijo que el problema es grave, solo hay tres salidas posibles: 1.- Indemnización pero con el pago de la hectárea a su precio de mercado y no los ridículos 600 pesos que quiere valuar la Secretaría de la Reforma Agraria 2.- Devolución de las 262 hectáreas en conflicto, cabe aclarar que hicieron una propuesta de entregar 91 hectáreas en un primer paquete, ello generó roces y presiones entre las dos poblaciones 3.- Las autoridades y funcionarios federales de la Secretaría de la Reforma Agraria, actúan de mala fe, generan y desatan la violencia con un pretendido desalojo que sería de consecuencias lamentables, porque la otra parte ha dicho que no se saldrán del predio en cuestión.
Recientemente la magistrada Sara Angélica Mejía Aranda, falló por la restitución de la superficie, pero a la fecha no han podido entregar ese terreno a sus verdaderos dueños. Los órganos jurisdiccionales se tardaron 47 años en resolver tal asunto, obviamente las condiciones han cambiado y ahí está latente un problema social que puede desembocar en tragedia.
El litigio por 262 hectáreas entre las comunidades de Villahermosa y Comejen, no es reciente, viene de 1965, desde aquella época se dio la invasión y los ejidatarios prácticamente ya habían perdido la esperanza, pero no así la fe y por eso, asesorados por la Alianza Campesina, interpusieron diferentes recursos y por fin, el Tribunal Unitario Agrario, falló a favor de quienes demostraron tener la razón. Así Comejen ganó el pleito, declaró Basilio Santiago Antonio, Mandatario Apoderado Ejidal y quien dice que el asunto lo conoce muy bien porque le ha tocado vivir y gestionar viajes, aportar los elementos de prueba, demostrar que realmente ellos son los propietarios de esa superficie.
El hombre en cuestión es parco al hablar, fue otorgando algunos datos y palabras, no quiso que se grabara la entrevista, pero si aportó algunos hechos, dijo que la cuestión jurídica estaba a cargo de la organización campesina de Isidoro Martínez Cristóbal, dijo que el problema es grave, solo hay tres salidas posibles: 1.- Indemnización pero con el pago de la hectárea a su precio de mercado y no los ridículos 600 pesos que quiere valuar la Secretaría de la Reforma Agraria 2.- Devolución de las 262 hectáreas en conflicto, cabe aclarar que hicieron una propuesta de entregar 91 hectáreas en un primer paquete, ello generó roces y presiones entre las dos poblaciones 3.- Las autoridades y funcionarios federales de la Secretaría de la Reforma Agraria, actúan de mala fe, generan y desatan la violencia con un pretendido desalojo que sería de consecuencias lamentables, porque la otra parte ha dicho que no se saldrán del predio en cuestión.
Recientemente la magistrada Sara Angélica Mejía Aranda, falló por la restitución de la superficie, pero a la fecha no han podido entregar ese terreno a sus verdaderos dueños. Los órganos jurisdiccionales se tardaron 47 años en resolver tal asunto, obviamente las condiciones han cambiado y ahí está latente un problema social que puede desembocar en tragedia.
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