viernes, 28 de junio de 2013

SOY TOTALMENTE XALAPA

Uriel Flores Aguayo

Apenas son treinta y cinco días de campaña los que se ocupan para que se desplieguen las candidaturas de los (as) aspirantes a los cargos edilicios, sobresalientemente y por mala costumbre los aspirantes a las presidencias, es decir, es un poco tiempo el que se utiliza para que se conozcan a los aspirantes y sus propuestas, sin omitir que algunos vienen exponiéndose desde hace más tiempo, formal o informalmente. Ese corto tiempo incide en el ritmo y la temperatura de las campañas, siendo más lenta la conformación de un ambiente de campañas con todo lo que eso implica en interés y participación ciudadana. Podemos decir que ese tiempo es el que se va a intercambiar por cuatro años de ejercicio de Gobierno, siendo mucho lo que está en juego y que, tal vez, a estas alturas todavía no es suficientemente valorado por los potenciales votantes en todo su significado: una mala o descuidada elección se pagará con cuatro años de malos Gobiernos.

Es comprensible la postura del que anuncia que se abstendrá ante un panorama seco y poco motivador, en tanto tenga razones, no lo es tanto del que simplemente no participa porque no tiene ninguna postura sobre los asuntos públicos, quien lo hace por ignorancia o por comodidad. Pienso que hay que votar, que si hay opciones concretas sin aspirar idealmente; creo que es más valioso ser activos ,que hay virtud cívica y democrática en ese hecho y que, para exigir, no hay de otra más que participar. Ser omisos deja el terreno libre a la mediocridad y a la corrupción, a lo que sea. Apelo a una postura realista y positiva, buscando una rendija de participación en las condiciones tan adversas que nos coloca el sistema. Pretender que solo podemos entrar al juego electoral hasta que se presenten las condiciones perfectas de competencia democrática es quedarse en la inmovilidad y el infinito.

Decidida la participación concreta tanto en sufragio como en campañas, en el caso de Xalapa se debe reflexionar muy bien sobre el sentido de nuestro voto: la primera definición debe ser sobre la alternancia, condición indispensable para el desarrollo democrático de nuestro municipio; en seguida resolver sobre una alternancia de centro-izquierda (progresista) de acuerdo al tipo de sociedad que es la Xalapeña; en esa línea de prioridades debe colocarse en el centro el valor de la honestidad, que es el valor vuelto déficit político que atrofia todo; debe rodearse nuestra decisión de referencias ,ejemplos y compromisos de honradez, valor escaso en la política tradicional de Xalapa; el siguiente paso es la clara y categórica definición sobre la oferta democrática, en donde se establezca lo vital del problema político como fuente o embudo de los demás asuntos que tenemos pendientes en Xalapa, después vienen los puntos concretos sobre los otros problemas, donde se requiere conocimiento técnico y participación de expertos.

Mi postura es publica pero la reitero: dada la corrupción del PRD, mi partido, decidí apoyar a la señora Dulce Dauzon, para la presidencia de Xalapa, confiando más en la persona que en los partidos, en sus cualidades de honradez y capacidad; no me equivoque, ha hecho una intensa y verdadera campaña con serios propósitos de ganar, colocándose en niveles reales de competencia. Creo que la señora Dauzon es una revelación en sus posturas y su capacidad de trabajo, lo cual le ha traído amplias simpatías y estar a la cabeza de una coalición informal de corte progresista. Nos jugamos mucho en Xalapa: seguimos Gobernados por una especie de Regencia, con un sistema clientelar y en el subdesarrollo político o damos el brinco a una presidencia fuerte y democrática, que construya ciudadanía y se funde en la democracia. Si optamos y ganamos lo segundo , el futuro inmediato será promisorio y sano. Xalapa, nuestra entrañable ciudad, nuestra casa común, bien vale un voto de alternancia progresista.

Recadito: siempre será preferible votar.

ufa.1959@gmail.com

No hay comentarios: