miércoles, 11 de diciembre de 2013

PITOS Y FLAUTAS


COMPARECENCIA DEL SECRETARIO DE GOBIERNO
ERICK LAGOS

Por Isael Petronio Cantú Nájera

Xalapa, Ver.- La glosa del tercer informe del gobernador Javier Duarte, a través de las comparecencias de los secretarios de despacho ha tenido de todo: desde la austeridad y experiencia del Procurador Amadeo Flores Espinoza, donde la gente pudo manifestarse a su modo sin ser molestada; hasta el aparato policiaco montado por el secretario de Seguridad Pública, Zurita, quien ante la manifestación de los periodistas ante el micrófono que creyó apagado dijo ¡Pinches medios!; llegando al extremo de las viejas manifestaciones faraónicas con acarreos de gente pobre tocando pitos y flautas a favor del secretario de gobierno Erick Lagos.

3 de la tarde del 10 de diciembre, la niebla rueda por la ciudad trayendo la humedad del golfo y cubriendo en una blanca opacidad la mole del Congreso del Estado, como velo lo desaparece por completo del horizonte político del estado, pero además otra niebla política lo abruma, ya que ese edificio desde las seis de la tarde del 9 de diciembre pasó a manos de las huestes del secretario de gobierno; desde esas horas los representantes populares doblaron las manos, no resguardando la autonomía del Poder Legislativo, permitieron que se transmutara en el escenario circense de algo que debería ser serio: glosar un informe del ejecutivo.

4 de la tarde del mismo 10 de diciembre, las autobuses con gente pobre acarreada de muchos lugares van llegando a las puertas del Congreso; en coches más caros, el coro de servidores públicos de la secretaría va entrando uno a uno, mientras otros les pasan rigurosamente lista de asistencia; a los primero se les da torta y refresco y a los segundos, bonos de premios por asistir y aplaudir la banalidad de un informe incierto y difícil de verificar. El escenario palaciego del congreso fue cerrado al antojo del secretario, las puertas principales, contra toda medida de protección civil, fueron encadenadas como se cierran las puertas en las cárceles, los espacios se achicaron y se dirigió a la gente como se dirigen las reses al matadero, finalmente, la ratonera del salón Lerdo de Tejada quedó copada y por poco se da el clásico portazo para entrar a ese recinto por parte de los “ganagracia” o de las mujeres burócratas que ajenas a las políticas de igualdad entre los géneros, compiten en montarse en las más altas y horribles zapatillas y ponerse apretados vestidos para concursar, no con el conocimiento, sino con el sexappeal… vaya, vaya que auditorio rebozante de banalidad y clientelismo.

El secretario, dentro de la numeralia de las cosas hechas por su secretaría que son obvias a todo informe, trató de definir la gobernabilidad no como el esfuerzo conjunto entre las autoridades, la sociedad civil y la iniciativa privada, sino como el control que el poder puede hacer sobre cualquier manifestación contraria al poder mismo. En un discurso de viejo cuño, del político “cercano” al pueblo, que camina y abraza a los pobres, que atiende toda demanda presentada, que dice si, pero no dice cuando, el secretario de gobierno, Erick Lagos fue dando contestación a cada una de las preguntas que su equipo elaboró y que previamente le fueron entregadas a los diputados para que preguntaran a modo, por supuesto con honrosas excepciones dentro de la oposición del PAN, del PRD y Movimiento Ciudadano.

Lo peor de toda comparecencia es que el diputado se rinda y abandone su papel de representante popular y se convierta en el coro del secretario en turno; y lejos de preguntarle para aclarar dudas sobre la implementación de las políticas públicas del gobernador, se deshaga en loas y caravanas, le toque pitos y flautas innecesarias a quien está obligado por ley responder sus preguntas en dichas comparecencias. Por eso el formato de la glosa, mediante la comparecencia pública de los secretarios de despacho, son simplemente inútiles para tratar de corregir los errores o insuficiencias en la ejecución de acciones de buen gobierno.

Si sirven para la exhibición de las dotes retóricas y lectoras de los secretarios y también de los y las diputadas; es curioso, pero si bien no se llega a ningún fin con las preguntas y respuestas que se escuchan en dichas sesiones, sí se logra conocer las incapacidades de ambos grupos que representan a los poderes ejecutivo y legislativo.

Afuera, la niebla sigue envolviéndolo todo, la presión para entrar al recinto ha disminuido, el aburrimiento, luego de la primera hora, se refleja en los mismos diputados que juegan ajenos en su modernos teléfonos táctiles; los acarreados igual, se les ha olvidado aplaudir y surge dentro de la masa, el “matraquero” que grita y azuza para iniciar la porra o el aplauso… algunos se despiertan, otros aprovechando el momento, se paran y se van.

La cara del secretario va reflejando el cansancio y cierta faz de tranquilidad… ninguna pregunta lo hizo caer, ni tartamudear, hace alarde de su edad y de la bondad del gobernador por haberlo nombrado secretario, le profesa una y otra vez gratitud por haberla dado la “oportunidad” de ser el secretario de gobierno; lejos está el verdadero estadista que autocríticamente es capaz de enderezar el rumbo y consolidar la democracia con verdaderos mecanismos de rendición de cuentas, de garantizar el acceso a la información, de construir gobiernos abiertos que permitan la participación y la colaboración de la sociedad civil… no, para el joven secretario gobernabilidad es retórica porque suena como muy “usado”, es contestar todo como sea, no amedrentarse ante las preguntas de la oposición, ni las movilizaciones, porque éstas se les puede reprimir o cooptar: -“chinga’o, si para eso lo pusieron como secretario de gobierno, faltaba más faltaba menos, en política se agarra el toro por los cuernos y se deja de patear el bote para que otro lo patee”, sin embargo es de reconocerse que en el fondo de su discurso hay cierta prosapia que ha abrevado en el instituto Ortega y Gasset, ¡Ojalá se deje asesorar más y logre unir el verbo a la praxis!

Afuera, el frio sigue y la niebla no se va… corre a lo largo del estado “la bestia” trasladando, en lenta sangría, la fuerza de trabajo desempleada por gobiernos neoliberales promotores de altas tasas de desempleo; caen en las carreteras los cuerpos mutilados de mujeres utilizadas en el tráfico horroroso de humanos; se oye el tableteo de la metralla de los grupos delincuenciales que se mueven a su antojo en el estado, secuestrando, matando, traficando en una impunidad que marca el nivel de la grave erosión del Estado de Derecho… otros muchos, 6 de cada 10 veracruzanos, ajenos a la comparecencia viven en la pobreza y la pobreza extrema, luego entonces ¿a qué gobernabilidad se refiere Erick Lagos? … como quiera el coro aplaude, grita, le lanza loas, le tocan pitos y flautas.

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