domingo, 30 de marzo de 2014

El Director de Greenpeace Internacional en San Pablo: “Brasil y el mundo deben invertir en agricultura ecológica”

En el Foro Global de Agronegocios en San Pablo, el Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, dio una conferencia sobre los impactos del cambio climático en la agricultura y la necesidad mundial de evolucionar hacia la agricultura ecológica, y el rol clave que cumplen países como Brasil para liderar ese camino. Compartimos el post que escribió a su regreso: Me uní a un panel en el Foro de Agronegocios Global en San Pablo, Brasil, para hablar sobre los impactos del cambio climático en la agricultura y la producción alimentaria.

Puede sorprender que Greenpeace estuviera en una conferencia de la agroindustria. La habitación estaba llena de gente de agronegocios, que no son la multitud con la que normalmente nos relacionamos sino la que desafiamos con nuestras campañas. Sin embargo, me gustó tener la oportunidad de ser una voz disidente para hablar sobre cómo la agricultura ecológica es un modelo más flexible y sostenible para producir alimentos diversos y sanos frente a los patrones climáticos erráticos.

El modelo de agricultura que elijamos puede hacernos más vulnerables, o ayudarnos a ser más resistentes a nuestro clima cambiante y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No podemos darnos el lujo de discutir interminablemente los efectos del cambio climático global sobre la agricultura y no hacer nada al respecto. De hecho, los impactos del cambio climático – como las sequías masivas, tifones y tormentas – ya están apareciendo y son consistentes con las predicciones sobre el cambio climático. El tiempo para el debate ha terminado. Ahora es el momento de abordar el problema de frente con soluciones reales.

Uno de los enfoques – que sostenían muchos de los asistentes al Foro Global de Agronegocios – es el de la expansión del modelo agrícola industrial químico intensivo. Sin embargo este modelo ya ha demostrado ser fundamentalmente defectuoso e incapaz de hacer frente a los desafíos climáticos que el mundo ya está experimentando. De hecho, se requiere en primer lugar de climas estables y condiciones de crecimiento óptimas para lograr altos rendimientos. En segundo lugar, el modelo se basa en extensas áreas de monocultivo (plantación a gran escala de un solo cultivo), que perjudican la biodiversidad. En tercer lugar, este modelo también depende de costosos productos químicos (pesticidas y fertilizantes) que conducen al endeudamiento campesino, contaminan el medio ambiente, daña la biodiversidad y se basa en los combustibles fósiles. La dependencia de estos últimos, en particular, significa que a medida que sus precios suben, los precios de los alimentos aumentan, causando un aumento en el sufrimiento de los pobres del mundo.

Un enfoque mejor para asegurar la producción de alimentos en condiciones climáticas difíciles es la agricultura ecológica, un sistema basado en la diversidad de la naturaleza para producir alimentos para todos: la diversidad de las semillas y las plantas, de la diversidad de muchos cultivos diferentes al mismo tiempo en el mismo campo, la diversidad de insectos que polinizan (como las abejas) o eliminen plagas y la diversidad de los sistemas de cultivo de mezcla de cultivos con la ganadería. El resultado es una amplia variedad de comida que es saludable para las personas y el planeta.

Un buen ejemplo de cómo la agricultura ecológica se sobrepone al cambio climático está en los cultivos de granos. Científicos de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos descubrieron recientemente que los frijoles mejoran en gran medida los suelos pobres, aumentan la productividad del maíz y responden bien a la sequía. También tienen múltiples usos para alimentos de humanos y animales y para la fertilidad del suelo. Estos científicos descubrieron que el cultivo de maíz y frijoles juntos aumenta los ingresos en un 67% sin el uso de ningún fertilizante químico.

Todos los ojos están puestos en las economías emergentes – Brasil, China e India – que en conjunto producen y consumen la mayor parte de los alimentos en el planeta. El próximo Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que se publicará el 31 de marzo, indicará que nuestro sistema alimentario va a verse afectado sobre todo en estos países. Es muy posible que el cambio climático traiga un estancamiento en el desarrollo económico de estas regiones. Sin embargo esto no es inevitable.

Pero existen las soluciones de la agricultura ecológica y pueden servir de base para crear un nuevo futuro para los alimentos. Brasil tiene un fuerte movimiento de agricultura ecológica que ya ha tenido éxito en el logro de una política nacional de agroecología (la ciencia de la agricultura ecológica). Junto con el modelo de la agricultura ecológica Brasil está invirtiendo fuertemente en la expansión de la agricultura industrial. Por lo tanto este país tiene actualmente dos modelos paralelos que no pueden coexistir: uno basado en el cultivo de alimentos, con la diversidad de la naturaleza , que es saludable para las personas y el planeta, y el otro basado en monocultivos intensivos con productos químicos para exportar materias primas que en su mayoría alimentan a los animales.

Sin embargo, sólo mediante la transferencia de recursos financieros para apoyar la agricultura ecológica a gran escala Brasil podrá demostrar su liderazgo mundial y convertirse en un faro de la agricultura moderna e innovadora.

Otros países están mirando a Brasil para compartir sus experiencias, especialmente los de África, una región que necesita urgentemente de un sistema que no sólo pueda alimentar suficientemente a la gente, sino también frente a las manifestaciones más dramáticas del cambio climático.

Como africano, puedo decir que África no necesita el modelo agrícola industrial de cultivos intensivos con agroquímicos Lo que África quiere es que Brasil comparta sus éxitos en la agricultura ecológica y muestre al mundo entero que es el único camino para garantizar alimentos sanos para las personas, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático.
Fuente: Greenpeace.

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